El bloqueo viola flagrantemente, el derecho internacional y en particular la libertad de comercio e inversión. Niega créditos y ayuda financiera a países y entidades que cooperen con Cuba y establece que las compañías de cualquier país del mundo que tengan tratos con la Isla pueden ser sometidas a represalias legales. Prohíbe incluso a potenciales inversionistas la entrada a Estados Unidos.