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05 de Octubre  2024 

Actualizan cifras y datos que alertan sobre situación demográfica en Cuba


Lunes 26 de Agosto de 2024 | 10:46:23 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

La población es el principal recurso con que cuenta una nación para su desarrollo. Pareciera una verdad de Perogrullo pero se trata de una afirmación que se valida cuando, por ejemplo, al examinar los cambios en la estructura demográfica de un país, es evidente su repercusión en la concepción e implementación de planes, programas, estrategias y proyectos, a escala gubernamental y local, los cuales deben ser revisados y ajustados de acuerdo con el contexto y su impacto en lo económico, social y ambiental.

Y es que la estadística de población y el conocimiento y manejo de estos datos, es relevante para la planificación de recursos y servicios por parte de organismos e instituciones y también en la formulación y diseño de políticas públicas y en la toma de decisiones. No son simples cifras por lo que se requiere precisión. En una reciente conferencia de prensa con expertos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), se conoció acerca de la pertinencia de establecer en el país nuevos cálculos para determinar la población efectiva y se realizó una actualización de los indicadores demográficos.

En el encuentro, participaron Juana María Pantoja, jefa de la ONEI; el vicejefe de esa oficina, Juan Carlos Alfonso Fraga; Diego Enrique González Galbán, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la ONEI y Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, entre otros especialistas y funcionarios de esa esfera.

Según se explicó, los estudios realizados desde 2023 por un grupo de expertos llevaron al concepto de población efectiva y las nuevas pautas para su medición. El algoritmo del cálculo de la población efectiva fue aprobado el 13 de diciembre último en reunión del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

Se considera población efectiva a “todos los nacidos vivos en un año calendario y a los residentes, nacidos o no en Cuba, que hayan acumulado 180 días y más de residencia en el territorio nacional en los últimos 365 y no han fallecido”. Esta se calcula descontando las personas cuando dentro del año calendario no han acumulado el tiempo requerido de 180 días de estancia en el territorio nacional, y contándolas nuevamente cuando cumplen ese requisito.

Comentó Alfonso Fraga que dada el alza de la movilidad hacia el exterior y las nuevas leyes migratorias establecidas en el país, se necesitaba una nueva metodología para un cálculo más preciso de la población cubana. Es decir que la condición de inmigrante o emigrante la da el tiempo de permanencia física en el país a lo largo de un año. El inmigrante, una vez que entra al país, debe acumular 180 días o más de permanencia en el mismo, en tanto el emigrante es aquel que en el año no acumuló 180 días o más de permanencia en el territorio nacional.

Señaló que al cierre de diciembre del 2023 permanecían fuera del país un millón 349 733 personas, de ellas, cerca del 75 % debían ser descontadas de la población por no tener residencia efectiva en el territorio nacional en el período 2021-2023. De acuerdo con los cálculos, se contaba en esa fecha con una población efectiva de 10 055 968 personas, lo cual significa un 10,1 % menos que la que se tenía al 31 de diciembre del 2020 y similar a la que Cuba registró en algún momento del año 1985. Otro dato interesante es que la totalidad de las provincias y municipios registraron un descenso de su población.

Esa disminución se detectó en las regiones occidental y central del archipiélago, donde La Habana, Mayabeque y Cienfuegos resultaron las provincias donde se hizo más visible el fenómeno; en tanto en el oriente, en Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, aunque también se redujo la población, sucedió en menor medida, pues si bien sus pobladores no son los que más emigran al exterior, sí se mueven hacia otras localidades del país.

Al respecto dijo que la Mayor de las Antillas cuenta con una Política de atención a la dinámica demográfica, renovada en 2022, en la que esa conceptualización, sus variables y su comportamiento a niveles territoriales tienen un impacto en el diseño de otros programas de elevado interés para la nación. Y apuntó que también inciden las leyes de Emigración, Ciudadanía y Extranjería aprobadas por el Parlamento recientemente.

El vicejefe de la ONEI señaló que el sistema estadístico cubano cuenta con dos particularidades importantes: el registro automático del recién nacido y el control de las migraciones internas con datos exactos. Especificó que con el cálculo de la población efectiva desde el 31 de diciembre de 2020, momento en que se registraron movimientos migratorios menores, hasta 2023, se percibieron cambios en los que influyeron la migración, la compleja situación económica del país, el recrudecido bloqueo estadounidense, la permanencia de la Ley de Ajuste Cubano y la inclusión de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo, como agravantes.

En sus precisiones afirmó que la dinámica demográfica cubana se caracteriza por el decrecimiento natural de su población, lo cual se traduce en que son más quienes mueren que los que nacen. Desde hace cinco años en Cuba los fallecimientos superan a los nacimientos.

Sobre la tendencia al envejecimiento expresó que el 24, 4 % del total de habitantes, al cierre de 2023, tenía 60 años y más, y hoy la población se mantiene mayoritariamente femenina, pues, por ejemplo,  quienes emigraron al exterior fueron generalmente los hombres. También son más los cubanos que residen en zonas urbanas que rurales.

Las provincias con mayores porcentajes de envejecimiento son Villa Clara (26,2 %), La Habana (24,8 %) y Sancti Spíritus (24,2 %). El municipio de Plaza de la Revolución continúa como el más envejecido del país, con 35 % de su población de 60 años y más con respecto al total. En contraste, el menos envejecido es Yateras, en Guantánamo.

Precisó que igualmente se profundiza el número de adultos mayores entre niños de 0-14 años, que alcanza 1511, lo que significa que por cada 1000 niños de esas edades (0-14 años) hay 1511 adultos mayores de 60 años y más, ascendiendo ese valor a 1902 y 1728 en Villa Clara y La Habana, respectivamente

Alfonso Fraga subrayó que ante la dinámica demográfica que se registra en los primeros meses del presente año, en los que se han contraído los nacimientos y continúa el movimiento de personas hacia el exterior, la población en Cuba hoy es menor de 10 millones de habitantes y debe seguir decreciendo.

Más estadísticas encienden las alertas

El director del CEDEM, de la Universidad de La Habana, Antonio Aja, insistió en las alarmas que se encienden tras el análisis exhaustivo de la situación demográfica cubana y alertó que el país presentará una economía envejecida, caracterizada por el alto costo, para la sociedad y la familia, de la atención y el cuidado a la creciente población adulta mayor.

Se refirió al incremento del costo de los programas sociales, con mayor incidencia en la seguridad y asistencia social, y a las dificultades en la renovación de los recursos laborales del país y sus territorios.

Llamó en ese sentido a incentivar en lo posible la natalidad, respetando los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, y los nacimientos, cuando lo desee, pero no sobre la base de la fecundidad adolescente; a preocuparse y ocuparse en grado superlativo por la satisfacción de las necesidades asociadas a la calidad de vida de la población envejecida de 60 años y más; y ponderó la importancia de lograr crear condiciones para que trabaje toda la población, esté envejecida o no; así como, examinar y profundizar en las causas que provocan la migración interna y externa.

Aseveró que las estadísticas y publicaciones de la ONEI tributan a la política para atender la dinámica demográfica, actualizada en 2022, y abundó en la significación de los objetivos de esa política, pues los datos contribuyen a estructurar la estrategia de avance económico y social del país, en función de la población, como objeto y sujeto del desarrollo, ya que el gobierno, en los diferentes niveles, puede conocer y planificar mejor en cada momento y lugar.

Trascendió además que junto a la Política Demográfica, la mayor isla antillana cuenta con Observatorios a nivel provincial y municipal, y proyecciones desde la Salud Pública y la Educación, que favorecen la recopilación de información sobre el comportamiento de sus poblaciones efectivas para luego realizar cálculos más precisos.

 

 

 

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