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27 de Julio  2024 

Proyecto IRES, apuntar a dos dianas

Se estima que las acciones comprendidas en IRES impulsen la producción de alimentos y al mismo tiempo mitiguen la emisión de no pocas toneladas de gases de efecto invernadero


Lunes 22 de Enero de 2024 | 07:15:20 PM 

Autor

Raquel Sierra

Avances en la rehabilitación de tierras en siete municipios del país vulnerables al cambio climático e incrementos productivos en esos espacios rescatados de la degradación, persigue el proyecto Incremento de la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales a través de la rehabilitación de paisajes productivos en localidades seleccionadas de la República de Cuba (IRES).

Esta iniciativa, la primera de su tipo que financia en Cuba el Fondo Verde del Clima, se propone rescatar 35 735 hectáreas de tierras y convertirlas, una parte en módulos agroforestales, y la otra en espacios silvopastoriles.

IRES, cuyo título es Incremento de la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales vulnerables, a través de la rehabilitación de paisajes agroforestales productivos en siete municipios seleccionados, cuenta con financiamiento del Fondo Verde del Clima (GCF, por sus siglas en inglés) por 38 200 000 dólares, y de unos 81,7 millones de pesos que proveerá en cofinanciamiento del gobierno cubano.

Con un plazo de implementación de siete años (84 meses) -que puede prolongarse hasta 20 años (240 meses), el proyecto beneficiará a siete de los diez municipios donde se registran los mayores impactos del cambio climático: Los Arabos (Matanzas); Corralillo, Quemado de Güines y Santo Domingo (Villa Clara) y Colombia, Amancio y Jobabo (al sur de Las Tunas), explicó Wilfredo Arregui, su coordinador nacional.

En esos territorios, puntualizó, es más acentuada la desforestación, la salinidad y compactación de los suelos y la escasez de agua, entre otros efectos del cambio climático.

Ejecutado por el Grupo Empresarial Agroforestal, es el cuarto proyecto diseñado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en América Latina y el Caribe con fondos del GCF.

Según Arregui, el fin es incrementar la resiliencia al cambio climático de la producción agrícola, garantizar la seguridad alimentaria y elevar la estabilidad de los sistemas locales productivos, el empleo y acceso al agua, con impacto directo en 51.000 agricultores y familias (23.788 mujeres), y otras 217.000 personas, de forma indirecta.

“El proyecto no solo se propone la transformación directa de personas o áreas de intervención, sino también trabajar en normativas y políticas y buscar incentivos. Por ejemplo, estamos proponiendo un fondo de resiliencia para incentivar esta forma de hacer y fortalecer la gobernanza de las localidades, como contribución a la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria”, dijo.

Objetivos esenciales

Entre sus primeros objetivos específicos de IRES está invertir en el uso de tecnologías modernas para rehabilitar paisajes productivos.  En ese sentido, se destina el 90,6 por ciento del presupuesto a la adquisición de equipos e insumos productivos.

La idea es emplear seis tecnologías agroforestales diferentes: cedro y plátano; frutales, cultivos agrícolas y cercas vivas; bosques mediante regeneración natural, bosques a partir de plantaciones forestales polifuncionales en áreas invadidas de marabú, sistema silvopastoril con árboles de sombra y otro, con arbustivos leguminosos.

IRES también persigue contribuir al fortalecimiento de las capacidades institucionales, técnicas, de gobernanza y el marco legal. Su estrategia de educación ambiental apunta a la infancia y la adolescencia para estimular su presencia activa en el futuro de Cuba.

Es coherente con el Marco estratégico de FAO que busca respaldar la Agenda 2030 mediante la trasformación hacia sistemas agroalimentarios eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, para una mejor producción, nutrición y medio ambiente.

Hacer camino al andar

El primer desembolso del proyecto fue recibido en octubre de 2020 y se ejecutó entre ese año y 2023. Una segunda partida, correspondiente al segundo año, se recibió en 2023. Según explicó el coordinador, el Fondo Verde del Clima condicionó el segundo desembolso a tres requisitos fundamentales: estudio de gases de efecto invernadero y captura de carbono, estudio hidrológico  e hidrometeorológico y ejecución del 70 por ciento del cofinanciamiento comprometido como aporte de Cuba. Los tres fueron cumplido en agosto de 2022.

En sus tres años de implementación –debido a la paralización por la covid-, IRES ha importado parte del equipamiento previsto: tractores, equipamiento para el desbroce del marabú, roturador para la preparación del suelo sin invertir el prisma, remolques, motosierras para trabajar manualmente el marabú, molinos forrajeros y sembradoras de tracción animal, destacó Arregui.

Un conjunto de 150 asperjadoras manuales de espalda fue entregado a los municipios beneficiarios deIRES, con el objetivo de fortalecer las capacidades de agricultores cubanos en el manejo integrado de plagas y enfermedades en los cultivos, así como para mejorar la eficiencia en la aplicación de productos fitosanitarios, su entrega forma parte de las acciones emprendidas dentro del proyecto que se propone promover prácticas agrícolas sostenibles y de adaptación al cambio climático.

De las 150 unidades adquiridas, fueron entregadas un total de 115 unidades a productores y productoras y el resto se destinaron a las Unidades Empresariales de Base Integrales de Servicios Técnicos en los municipios de implementación del proyecto: Los Arabos en Matanzas; Santo Domingo, Corralillo y Quemado de Güines en Villa Clara; y Amancio, Jobabo y Colombia en la provincia de Las Tunas.

Según Juan Mario  Martínez, el fortalecimiento de las unidades que prestan servicios técnicos integrales permite garantizar, tanto la asesoría técnica como el mantenimiento y reparación de maquinarias e implementos agrícolas de los productores en las áreas de intervención y a otros asociados.

Las importaciones incluyen 150 fumigadoras motorizadas y siete pulverizadores integrales para tractor destinadas al esparcimiento de plaguicidas y sustancias fitosanitarias en los cultivos. La iniciativa ha equipado los tres laboratorios provinciales de suelos, los Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos y aulas de las escuela de campo.

 
 

Entre sus resultados, se encuentran la transformación de más de 4.500 hectáreas que están siendo convertidas en innovadores sistemas agroforestales y silvopastoriles, la reforestación con bosques plantados cercanos a la naturaleza y con regeneración forestal natural asistida y la producción de 536 toneladas de hortalizas, viandas, granos y frutas.

IRES y Tarea Vida

IRES es un aporte al plan de Cuba para enfrentar el cambio climático, conocido como Tarea Vida, y al Plan nacional de soberanía alimentaria.

Con sus sistemas de cultivos múltiples y la cobertura del suelo todo el año, se persigue fortalecer el contenido de materia orgánica y carbono y el incremento de la diversidad biológica de los suelos y aumentaría la renovación de los acuíferos.

La introducción de árboles leguminosos en sistemas agroforestales deberá conducir a la reducción o eliminación de la necesidad de aplicar fertilizantes nitrogenados, en tanto los árboles y arbustos en sistemas silvopastoriles evitarían la compactación del suelo.

Se estima que las acciones comprendidas en IRES deben mitigar la emisión de 2.700.000 toneladas de gases de efecto invernadero.

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