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500 años después, Trinidad desafía el tiempo

Tanto la venerable ciudad como el polo turístico de Ancón-María Aguilar, en Casilda, se complementan al combinarse naturaleza, historia, tradiciones y patrimonio


Jueves 21 de Mayo de 2015 | 12:00:00 AM 

Autor

Luis Ubeda Garrido

Cuentan que el viernes 23 de diciembre de 1513, arribó Diego Velázquez de Cuéllar al río Guaurabo, donde en sus proximidades predijo fundar la Villa de La Trinidad. A finales de ese año, ordenó un reconocimiento de la zona y a principio de 1514, en las márgenes del río Arimao (tomando en cuenta el futuro puerto de Casilda, a solo cinco kilómetros y literalmente en el centro de la Isla), funda la villa de la Santísima Trinidad.

La creación de la que sería la tercera villa se realizó antes del 10 de febrero pues Velázquez en esa fecha envió unos barcos a cargar casabe con destino a Trinidad.

A mediados de 1515 el villorrio ya se encontraba en su actual emplazamiento, muy próximo al poblado indígena de Manzanillo -en el que Velázquez pasó la Navidad del año 1513 agasajado por el cacique Manatiguahuraguana-, y que según el Fidalgo de Elvas era "el mayor pueblo de indios de Cuba".

En la actualidad, tanto por auto, ómnibus o en aviones de pequeño y mediano porte se arriba a la multi- centenaria ciudad de la provincia Sancti Spíritus, cercana a las blancas playas de la península de Ancón y las verdes montañas del macizo de Guamuhaya, más conocido como Escambray. Desde La Habana la Ciudad Museo está ubicada a 348 kilómetros, mientras que de Varadero, se acorta a 275 y de Cienfuegos, a solo 94 kilómetros.

Nada que envidiar a las playas del norte

En la Península de Ancón, las aguas azules de las playas homónimas y María Aguilar invitan a refrescar y pernoctar en algunas de las más importantes instalaciones hoteleras trinitarias, sinónimos de confort, remanso de paz y excelente servicio. Hoy entre Trinidad y los hoteles de Ancón y María Aguilar el turismo dispone de unas 1 300 habitaciones, distribuidas en ocho alojamientos, encabezados por el Iberostar Trinidad y el Motel Las Cuevas, el decano de esos inmuebles situados en la propia villa.

En Casilda el visitante puede optar, entre otros, por hoteles próximos a las playas: Brisas Trinidad del Mar, Ancón y Horizontes Costasur, de 241 habitaciones, 279 y 131 habitaciones, respectivamente.

Se ofertan servicio de mesa bufé, cenas italianas, marinas y criollas. Erigidos los tres en una zona de agradable clima por su cercanía al mar, en la trilogía se armonizan elementos de la arquitectura colonial, variada oferta de servicios y actividades de animación que representan genuinas tradiciones cubanas. Poseen equipos náuticos, bicicletas acuáticas, kayaks y equipos para hacer snorkeling…

Las opciones incluyen implementos deportivos para tenis de mesa y en cancha, baloncesto, voleibol y diversos juegos pasivos. La estancia en este paraíso del Caribe le permitirá acceder a sesiones de ejercicios aeróbicos, clases de baile, de idioma español y de coctelería.

El hotel Ancón es uno de los más famosos de Casilda, pero además, deviene instalación insignia de la Cadena Gran Caribe en la provincia. Se distingue `por ese rasgo de originalidad anhelada: una opción toda incluida, con la comodidad y la elegancia peculiar que lo caracterizan.

Muchos vacacionistas reiteran su estancia al considerarlo un sitio para la estancia en familia y el disfrute de un aposento inolvidable bajo el cálido sol del trópico y un entorno costero natural de primer orden. Se encuentra en la Carretera "María Aguilar" en la Playa Ancón.

"Nacido por el mar y por el mar mantenido"

Casilda es un pequeño poblado de pescadores, situado en la orilla noroeste del Golfo de Ana María. Es el puerto de carga de la ciudad de Trinidad, cinco kilómetros tierra adentro. Casilda es un poblado, a juicio de sus habitantes, "nacido por el mar y por el mar mantenido".

En cuanto al nombre de Casilda, cuenta una de las leyendas que en ocasión recaló en este puerto una pequeña goleta en la que viajaba un matrimonio con su pequeña hija enferma, quien se restableció con el clima sano de la costa. Casilda era el nombre de la niña, cuyo padre en agradecimiento bautizó con este nombre a este puerto.

Vale recordar que los moradores de Casilda desempeñaron un importante papel en el desarrollo del florecimiento y opulencia de una de las siete primeras villas fundadas por el Adelantado Diego Velázquez.

Desde su ribera, Hernán Cortés zarpó en 1518 a conquistar el imperio azteca, por lo que la comarca marítima participó activa y directamente en los nuevos descubrimientos. Asimismo los investigadores locales encantan con las historias de piratas y corsarios. Aún quedan huellas de su presencia en el lugar. En 1642 los piratas desembarcaron en el puerto de Casilda, y posteriormente en 1654 anclaron en la comunidad para luego asaltar a Trinidad, obligando a sus habitantes a abandonar la villa; el cura de la Iglesia fue asesinado cuando regresó al poblado para tratar de evitar la profanación de su Santo Recinto. 

El 4 de noviembre de 1702 el feroz pirata Carlos Gant desembarcó en ese puerto al frente de 300 de sus secuaces, se apoderó de varios barquichuelos, de algunos esclavos y vecinos, e invadió a Trinidad, saqueando cuanto pudo, sin respetar la Iglesia parroquial en la que se apoderó de los vasos sagrados.

La economía lugareña sigue hoy muy ligada al mar, gracias a su puerto y a la actividad pesquera, esta última con gran auge en la zona donde existen varias empresas dedicadas a esta actividad económica. También está la prestación de servicios al turismo nacional e internacional.

Casilda se distingue en la producción de ostiones desarrollada por una brigada de expertos pescadores pertenecientes a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Pescasilda, que se extiende a la zona de Caballones, en el bajo de Las Pozas, donde convergen las aguas del río Agabama con las del Caribe, para ofrecer un ambiente ideal a la reproducción y crecimiento de la variedad Crasostrea gigas.

Al rescate portuario

Luego de una larga inactividad por diferentes causas, el trinitario puerto de Casilda se reanima. De acuerdo con Sonia Ramírez Suárez, jefa de la Estación Puerto de Casilda, subordinada a la Empresa de Servicios Portuarios de Cienfuegos, "entre diciembre y abril  de este año recibimos el triple de embarcaciones que con intermitencia estaban entrando a Casilda, lo cual indica que los turoperadores están cada vez más interesados en visitarnos por lo que significan la naturaleza, historia, tradiciones y patrimonio de nuestro territorio".

La funcionaria agregó que otra buena nueva del puerto espirituano es la entrada mensual del barco El Bustén, con bandera de San Vicente y Las Granadinas, que traslada áridos espirituanos hacia la isla Gran Caimán.

Auspiciada por la Empresa de Materiales de la Construcción en Sancti Spíritus y la Empresa Importadora y Exportadora, consiste en el envío de arena azul lavada, procedente de la cantera de Algaba, la cual se alternará con piedra de hormigón para ser utilizadas en las mezclas asfálticas e hidráulicas, tal y como sucedió hace unos cinco años, cuando se iniciaron estas transportaciones hacia el área del Caribe y que luego fueron interrumpidas.

La jefa de la Estación Puerto de Casilda añadió que ya se han materializado dos salidas este año, con alrededor de 2 650 toneladas, y para completar la capacidad de carga del barco, este zarpa de las costas trinitarias rumbo a Cienfuegos, donde le adicionan alrededor de 300 toneladas de cemento procedente de ese territorio en cada viaje.

Sin dudas, esta reanimación del puerto de Casilda ocurre en el momento oportuno. No está lejano el día en que se convierta en destino de algunos de los cruceros turísticos que cada año surcan las aguas del Caribe. Abierto en el siglo XVII, su modernización permitirá su integración al derrotero del turismo cultural de la ciudad de Trinidad.

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