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Renace la democracia social en Ecuador

El Presidente electo ratificó que trabajará contra el narcotráfico y el microtráfico y reforzará la enseñanza de valores a los hijos en el amor a la Patria, identidad y lealtad


Jueves 06 de Abril de 2017 | 12:00:00 AM 

Autor

Hedelberto López Blanch

La fórmula Lenin Moreno-Jorge Glas del Movimiento Alianza-PAÍS apostó fuerte en unas elecciones al estilo de la “democracia” burguesa y lograron alcanzar el triunfo en un balotaje bastante parejo contra los candidatos derechistas del Partido CREO-SUMA, Guillermo Lasso-Andrés Páez.

A pesar de los enormes beneficios que ha recibido la mayoritaria ciudadanía ecuatoriana durante los últimos 10 años de gobiernos de Alianza-PAÍS, encabezados entonces por el presidente Rafael Correa, debieron suceder varios hechos para que el binomio Moreno-Glas se alzara con la victoria, pues enfrentaron una avalancha de campañas difamatorias y especulativas dirigidas por los poderosos medios de comunicación controlados por la derecha nacional e internacional.

Innegablemente que para enfrentar elecciones generales a la usanza burguesa, también se hace imprescindible que las fuerzas progresistas tengan a su disposición eficaces órganos de información masiva y que estos no se encuentren en manos de los grandes capitales, los cuales difunden noticias falsas que repetidas constantemente se convierten en “aparentes verdades”.

Algunos hechos ayudaron a que indecisos y confundidos por las campañas de la derecha dieran su voto a Alianza-PAÍS. Uno de los principales fue conocer que Guillermo Lasso se halla bajo sospecha de cometer delito de fuga de capitales hacia los llamados Paraísos fiscales, y a la vez rememorar que fue el actor fundamental del llamado feriado bancario que devino en la peor crisis financiera del país cuando fungía como ministro de Economía durante la efímera presidencia de Jamil Mahuad.

Otros sucesos relevantes resultaron las medidas neoliberales que han sacudido a los trabajadores y empleados argentinos y brasileños por las profundas medidas aplicadas por los gobiernos de Mauricio Macri y de Temer, este último tras el golpe Parlamentario contra la presidente Dilma Roussef.

Las propuestas de Lasso eran totalmente neoliberales como alzas en las tarifas de servicios públicos, apertura de la economía subordinada a los grandes capitales, reducción de empleos en el sector estatal, recorte a los gastos en la inversión pública, eliminar el edificio de Unasur y venderlo a empresas privadas y sacar a Ecuador del ALBA.

Además, suprimiría 14 impuestos y recalcó que al realizar los reajustes tributarios, cerca de 3 500 millones de dólares estarían en manos de los ecuatorianos pero no especificó que irían a parar a los bolsillos de una minoría de acaudalados de la nación.

Por ejemplo, se descartaría el anticipo del impuesto a las rentas que actualmente se aplica a las personas o empresas que generen utilidad mínima de 11 290 dólares anuales. Este año, solo 5 000 personas de 7 800 000 ecuatorianos económicamente activos pagarán rentas con lo cual se comprende que no afectan a los sectores menos adinerados.

También suprimiría los impuestos especiales en 12 rubros, entre estos a la salida de divisas que permitiría que los capitales se queden en el país y mantener la economía dolarizada en beneficio de las instituciones financieras o las pertenecientes al mercado de valores.

Como se conoce, en Ecuador las ventas de petróleo y la recaudación tributaria son las dos principales fuentes de ingresos y si esta última se reduce, repercutiría directamente en los recortes a los programas sociales.

Los datos no mienten, pues de 2007 a 2016 la recaudación tributaria se incrementó en tres veces, al pasar de 5 362 a 15 487 millones de dólares, debido a la mejora en la gestión en materia fiscal y el combate contra el fraude. El 57 % de esos fondos forma parte del presupuesto general del Estado para la construcción de carreteras, colegios, hospitales, respuesta rápida para la atención a desastres naturales, pago a trabajadores públicos y defensa del territorio, entre otros.

En contraposición a los proyectos neoliberales de Guillemo Lasso, el electo presidente de Alianza-PAÍS, Lenin Moreno,  con su campaña Toda una Vida, apostó por continuar e impulsar los programas sociales creados por la Revolución Ciudadana de Rafael Correa.

Su proyecto consiste en acompañar a los ecuatorianos desde el momento de la concepción hasta que cierren sus ojos a la vida, y dentro de este el plan Ternura para los cuidados de las madres y los niños, el parto institucionalizado, la atención neonatal, la estimulación temprana y la alimentación para erradicar la desnutrición infantil.

Otro que pondrá en marcha será Casa para todos, al cual se han registrado un millón y medio de personas. La idea es promover la construcción de viviendas para suplir el déficit que tiene el país en esa esfera y dinamizar la economía con la creación de 136 000 empleos en esa área.

Con respecto a la educación, la propuesta es mantener el concepto de universalidad y gratuidad para todas las instancias educativas, y la construcción de 40 universidades técnicas.

Otras medidas enunciadas son: el incremento del Bono de Desarrollo Humano de 50 a 150 dólares y de una pensión para las personas de la tercera edad, con seguro social gratis y un sepelio digno.

El Presidente electo ratificó que trabajará contra el narcotráfico y el microtráfico y reforzará la enseñanza de valores a los hijos en el amor a la Patria, identidad y lealtad.

El presidente Rafael Correa durante diez años batalló de manera incesante en bien de la mayoría del pueblo ecuatoriano y esos resultados fueron la base fundamental para alcanzar la nueva victoria electoral de Alianza-PAÍS, a pesar de la enorme ofensiva política, económica y propagandística llevadas a cabo por las fuerzas de derecha nacionales e internacionales que apostaban por volver a instalar en Quito un gobierno neoliberal y debilitar así la integración latinoamericana.

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