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España, llueve sobre lo mojado

Desde que en 2008 se inició la profunda crisis en las economías capitalistas desarrolladas, el gobierno español impuso al pueblo extremas medidas de austeridad (bajo presión de la llamada Troika) que deprecian la producción real, impulsan el desempleo, disminuyen el poder adquisitivo y el consumo interno de la población


Viernes 04 de Abril de 2014 | 12:00:00 AM 

Autor

Hedelberto López Blanch

Pese a las alabanzas de los miembros del gobierno del Partido Popular a favor de las medidas de austeridad que han permitido según ellos, salvar la economía del país, los datos y hechos indican lo contrario.

Comentar los problemas que a diario enfrentan los ciudadanos españoles envueltos en una vorágine de leyes neoliberales es, como dice el refrán, llover sobre lo mojado.

Desde que en 2008 se inició la profunda crisis en las economías capitalistas desarrolladas, el gobierno español impuso al pueblo extremas medidas de austeridad (bajo presión de la llamada Troika) que deprecian la producción real, impulsan el desempleo, disminuyen el poder adquisitivo y el consumo interno de la población y, por ende, se diluyen las probabilidades de saldar las deudas contraídas.

Como era de esperar, la mayoría de la población se ha cansado de escuchar las promesas de mejoría económica realizadas a lo largo de estos años por el ejecutivo gubernamental y, pese a la fuerte represión policial, salió a las calles para exigir sus derechos.  

Desde el 22 de marzo último se reiniciaron las protestas que han tenido lugar en los últimos años. Ese día, la denominada gran Marcha de la Dignidad agrupó a cerca de 2 000 000 de personas que atravesaron toda España para reunirse en Madrid y exigir el fin de la desigualdad económica y social.

Más de un centenar de manifestantes resultaron heridos y decenas detenidos.

Dos días más tarde, por avenidas madrileñas se realizaron otras dos grandes marchas denominadas Rodea la Capital y No pagamos vuestra crisis.

Los manifestantes se dirigieron hacia las sedes ministeriales de Economía, Hacienda y Administraciones Públicas, Empleo y Seguridad Social, Sanidad, Política Social y el Banco de España donde reclamaron sus derechos y exigieron pan, techo y trabajo.

Todos los días los españoles se despiertan con malas noticias por los que muchos han adoptado  unirse a las protestas o  abandonar masivamente el país en busca de mejores condiciones de vida.

Lejos de los cantos de sirena de la hipotética mejoría económica los datos oficiales demuestran lo contrario en una nación que exhibe un Producto Interno Bruto de 1 400 billones de dólares y se ubica en el puesto 13 de la economía mundial.

Según varias instituciones, los precios de las viviendas han caído 25 % desde 2008; está sin empleo 25,6 % de la población; el sector bancario endeudado y casi todas las entidades han solicitado abultados rescates; uno de cada cuatro españoles se encuentra en riesgo de pobreza o de exclusión social.

Entre los jóvenes menores de 25 años las condiciones se agudizan pues 52,2 % no halla trabajo para tratar de resolver sus necesidades.

España esta aún más endeudada tras recibir varios millonarios empréstitos con los que el gobierno neoliberal ha tratado de salvar a los bancos con multimillonarios rescates para que estos paguen las deudas que el Estado ha adquirido con otros entes financieros en países como Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, lo que provoca un mayor endeudamiento al adicionarse los nuevos altos impuestos.

Por su parte, la troika -integrada por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE)- obliga a que se tomen numerosas medidas de austeridad en el sector público y que se privaticen las empresas y servicios estatales.

Uno de los sectores que más ha sufrido los embates de la crisis es el de la construcción, que antes daba empleo a miles de españoles.

Antes de 2008 se desarrolló en toda España una enorme espiral constructiva y hoy hay cerca de 3 400 000 viviendas vacías porque las personas no tienen dinero para alquilarlas, mientras los bancos se han adueñado de miles de inmuebles a los que le bajan los precios para tratar de darles salida. 

En ese limbo aparece en las afueras del gran Madrid, el Secarral de Seseña, lugar que pretendía convertirse en la mayor urbanización de España y que, con más de 5 000 casas construidas pero casi todas deshabitadas, parece una ciudad fantasma.

Otro megaproyecto que fracasó  fue el primer aeropuerto internacional privado de España, en Ciudad Real, que a un costo de 1 000 millones de euros sería satélite de  la terminal aérea de Barajas, pero no era necesario. Desde hace dos años, por incosteable, cerró sus efímeros servicios, solo sirve para colocar anuncios publicitarios o para la filmación de alguna película.

Recientemente, el Premio Nobel de Economía 2001, el estadounidense Joseph Stiglitz, advirtió que la economía española se encontraba en una depresión peor que la crisis de 1929 en Estados Unidos.

El destacado economista criticó la respuesta que ha dado la Unión Europea a la grave crisis al imponer medidas de austeridad que han aumentado abruptamente el desempleo y la desigualdad entre la población.

Ante estas desagradables realidades, es de esperar que las manifestaciones populares continúen incrementándose a lo largo y ancho del territorio español.

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