Apicuba, presente en todo el país, al igual que las abejas y la miel, cuenta con 14 Unidades Empresariales de Base Apícolas, tres plantas de beneficio, una de envasado de miel en pequeños formatos y una de logística, encargada de sostener la producción. Autor: Opciones Publicado: 08/06/2023 | 09:10 am
Empezó por cuatro colmenas en la década de los 90 del pasado siglo, en la finca Santa Amelia, en el Cotorro. Hoy tiene 120 extendidas también en Guanabacoa y La Habana del Este. Ramón Oliva es un apicultor quien dice llevar las abejas en el corazón.
“Sin las abejas no hay futuro ni hay vida humana, desaparecen las abejas y desaparece el hombre”, sentencia quien amanece trabajando y permanece en la faena hasta que oscurece, “sacando miel, propóleos y cera” en la atención cultural que llevan los panales, para lograr su plan de entrega de miel, de 2,5 toneladas.
Con sus cuidados, Oliva dice obtener anualmente un promedio de 40 kilogramos por colmena, además de los otros productos de la apicultura, que entrega a la Unidad Empresarial de Base Apícola de Mayabeque.
“La época de mejor cosecha es de diciembre a marzo, coincidente con el inicio de la floración de la campanilla blanca. Aquí, en Santa Amelia, también hay mango, romerillo, café, algún cítrico, por lo que se obtiene una miel polifloral”.
Oliva carece de terreno propio y usa los que le facilitan familiares y amigos. “Ellos ponen el terreno, yo pongo las abejas, que les fecundan los cultivos y se obtienen la miel y la polinización”.
Jubilado, aprendió estudiando, con libros, con apicultores. A lo largo de los años ha adquirido destreza a la hora de manipular las colmenas, pero no ha escapado a sus picaduras. Por eso, prepara el humador (dispositivo para producir humo), una de las variantes que se emplean para neutralizarlas. Obtiene la miel de las láminas con un extractor centrífugo, cuando se vacía el panal, las abejas lo reconstruyen y comienzan a producir nuevamente. Igual es el ciclo de vida de Oliva, que transita al ritmo del de sus abejas.
Todos para uno
Ramón Oliva es uno de los 1 800 productores primarios dedicados a producir miel cubana, reconocida internacionalmente por su excelencia y comercializada en la Isla y el mundo por la Empresa Apícola Cubana, Apicuba, organización que se dedica al acopio, beneficio y comercialización de los productos de la colmena, obtenidos con calidad, inocuidad y trazabilidad.
Apicuba, presente en todo el país, al igual que las abejas y la miel, cuenta con 14 Unidades Empresariales de Base Apícolas, tres plantas de beneficio, una de envasado de miel en pequeños formatos y una de logística, encargada de sostener la producción.
De acuerdo con Martha Casanova Cámara, directora comercial de la empresa, en el país existen una 218 887 colonias de abejas en 6 922 apiarios de producción y 83 centros genéticos para la crianza de abejas reinas.
“La miel es el producto mayoritario de las colmenas y el más consolidado. De esas, tenemos miel polifloral, orgánica y la miel monofloral, de cinco especies mayoritarias en el país. Una de las posibilidades y las ventajas que tiene la apicultura cubana es que toda la miel se acopia a partir de plantas silvestres y esto facilita que las producciones sean totalmente naturales”, dijo.
En el caso de las mieles monoflorales, decimos que son buenas por su gran cosecha. Por ejemplo, las campanillas blancas y moradas, como son mayoritarias, tienen una mejor producción. Estas mieles se pueden obtener de acuerdo con la época del año, agregó. Existen otras especies melíferas como el romerillo de costa, el leñatero y el mangle prieto.
Cuba exporta unas 8 000 toneladas anuales y el principal consumidor de la miel cubana está en la Unión Europea. Dentro de ese mercado, Alemania es el cliente mayoritario, que ocupa cerca del 50 % de los volúmenes de ventas.
“Las exportaciones hoy se hacen fundamentalmente en bidones de plástico y una de las metas de la empresa es cambiar nuestra matriz, pues cuando el producto llega a los clientes, que son envasadores, mezclan nuestra miel con otras de diferentes orígenes para lograr su propia mercancía y ya deja de ser auténticamente cubana”, argumenta Casanova Cámara.
En el mundo, las normativas sobre los alimentos naturales son cada vez más exigentes por ejemplo ahora la Unión Europea está condicionando que los grandes envasadores de miel relacionen en la etiqueta sus diferentes orígenes, una de las regulaciones para evitar adulteraciones como las que ha sufrido la miel, destacó.
Es objetivo de la empresa vender en formatos pequeños, de manera que el cliente conozca las verdaderas potencialidades de los productos de las colmenas cubanas. En respuesta a esa línea estratégica, en la actualidad Apicuba tiene en el mercado diferentes dimensiones y tipos de envases, de plástico y vidrio, minidosis, miel orgánica y convencional, que se ha exportado a mercados como Italia, México y España. En el Caribe, se incursiona en Guadalupe y Martinica.
Trayectoria
Existen otras fortalezas. “Desde el año 1970 se establecen leyes y regulaciones ambientales y sanitarias para asegurar el desarrollo de una apicultura moderna, intensiva, sostenible, con colmenas sanas y producciones inocuas”, dijo la Directora comercial.
Ante la necesidad de estudiar el comportamiento, la salud y las potencialidades de la apicultura, desde la década de 1970 Cuba cuenta con un Centro de Investigaciones Apícolas (Ciapi), que incluye un laboratorio con científicos que desarrollan estudios diversos dirigidos a indagar, profundizar y proponer soluciones, a partir de sus investigaciones en la rama apícola.
Por ejemplo, el centro ha elaborado y validado el calendario floral de las mieles cubanas, que muestra que en la Isla existe miel el año entero, pero la cosecha fundamental, con el 40 % de lo que se acopia en el año, se produce a partir de noviembre y hasta enero.
Por otra parte, la gestión apícola se ejecuta con enfoque de cadena, realiza sus actividades productivas bajo la supervisión y vigilancia de las autoridades competentes del país, fundamentalmente la Dirección de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Salud Pública y la Oficina Nacional de Normalización.
Según destacó Casanova Cámara, el país cuenta con normas cubanas que amparan y regulan la calidad de la materia prima (NC:18/2013) y del producto terminado (NC:371/2017), las cuales además se encuentran armonizadas con el Codex Alimentarius y normativas internacionales aplicables a este rubro, y otras vigentes referidas a los requisitos generales de higiene, almacenamiento y envases, entre otros.
En esta producción, Cuba ha implantado un Sistema Integrado de Gestión certificado y con la cadena de riesgos de inocuidad y calidad de todos los productos apícolas y se trabajan las colmenas bajo un manejo integrado sin uso de antibióticos, ni otro químico.
Cada lote producido se certifica por laboratorios contratados, en Cuba, el del Centro de Investigaciones Apícolas y en Alemania, por el Quality Service International (QSI), donde se evalúan los indicadores y requisitos exigidos por las normas o por los clientes. En tanto, se cuenta con más de 1 200 toneladas de miel orgánica certificada por la empresa francesa Ecocert y existe potencial para incrementar en nuevas zonas y productores.
Entre las líneas de desarrollo de la empresa se encuentran incrementar progresivamente la cantidad de colmenas para elevar la producción, continuar la introducción de energía solar fotovoltaica, que permite reducir costos y aportar al sistema energético nacional.
Más que miel
Según destacó Casanova Cámara, entre los productos que se comercializan hoy se encuentra el polen que, de acuerdo a las flores que tiene Cuba, es rico en vitaminas y minerales por lo cual constituye un suplemento natural para carencias nutritivas. “Su consumo, dijo, puede ser en jugos, yogures o de manera directa”, señaló.
Destacó también el extracto fluido de propóleos, con efecto antimicótico, antibiótico, antioxidante, antiparasitario. Unas pinceladas de tintura de propóleos directamente sobre la zona afectada de la piel, una o dos veces en el día, favorece la cicatrización de heridas, puede aplicarse en el tratamiento de enfermedades de trasmisión sexual, así como herpes Zóster, acné juvenil, psoriasis, verrugas plantares, micosis y aftas bucales. También es recomendable en el tratamiento de la giardiasis, y es un regulador del colesterol y de la tensión arterial.
El suplemento Propomiel, es elaborado a partir de la combinación de miel de abejas y extracto de propóleos y constituye un complemento ideal en la protección de las vías respiratorias de niños y adultos. Por su acción protectora y su poder inmunoestimulante este producto se recomienda para resistir y eliminar las afecciones respiratorias.