Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:20 pm
Perspectivas Agrícolas 2019-2028, el nuevo informe conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), resume los desafíos en esta esfera para el futuro de América Latina y el Caribe.
El principal reto radica en garantizar que el crecimiento agrícola por venir sea más sostenible e inclusivo de lo que fue en el pasado, en un contexto de menor demanda y precios internacionales más bajos.
Según precisa el documento, asegurar tal camino dependerá de avances necesarios en las áreas de nutrición, protección social y ambiental y el apoyo para los medios de vida, ya que la pobreza rural, el hambre y la obesidad están aumentando en la región.
El texto indica que existen “fuertes oportunidades de crecimiento” en la zona para producir frutas y verduras de alto valor, lo cual brinda mejores coyunturas a la agricultura familiar y dietas más saludables para la población.
“Las políticas específicas podrían ayudar a los agricultores y consumidores a aprovechar estas oportunidades, al tiempo que protegen la base de recursos naturales de la región”, se subraya en el informe.
Los sistemas alimentarios mejorados y las políticas innovadoras de seguridad nutricional también son necesarios para contener tanto el reciente aumento del hambre como el incremento de la obesidad, ya que la región tiene la segunda prevalencia más alta de personas obesas y con sobrepeso en el mundo, solo por detrás de América del Norte.
En cuanto a Cuba, el texto señala un aumento considerable en la prevalencia de personas obesas, de 7,8 % en 1975 a 24, 6 % en 2016. En el caso del sobrepeso, la prevalencia varió de 31,4 % en 1975 a 58,5 % en 2016, según datos de la Organización Mundial de la Salud (2019).
Otro desafío que señala el informe es que alrededor de 20 % de los suelos de la región están amenazados por la erosión y, en particular 43 % del territorio cubano está en esa situación, lo cual acentúa la necesidad de una mayor integración de las políticas y programas agroambientales en curso.
A la vuelta de un decenio
Para los próximos años, América Latina y el Caribe responderán por más de 25 % de las exportaciones globales de productos agrícolas y pesqueros, según señala el nuevo informe Perspectivas Agrícolas 2019-2028 de la OCDE y la FAO, recién publicado.
El texto de ambas instituciones, indica que la producción agrícola de la región continuará en incremento, pero la reducción de la demanda doméstica e internacional puede contribuir a un crecimiento más lento durante el próximo decenio.
“A pesar de esto, la zona tendrá un crecimiento de 22 % en sus cultivos y de 16 % en sus productos pecuarios en la próxima década, siete y dos puntos porcentuales, respectivamente, mayores que el promedio global”, subraya el documento.
El aumento de las exportaciones de la región también limitará la desaceleración general de la producción, por lo que la apertura comercial seguirá siendo de gran importancia para los países de Latinoamérica y el Caribe.
Resulta significativo que el crecimiento de las exportaciones también se desacelerará, pero la ventaja comparativa de la región en muchos productos agrícolas significa que puede captar una mayor participación de los mercados mundiales.
Especifica el texto que para los productos básicos, como el maíz, el arroz y la carne de res, un mayor crecimiento de la demanda internacional con respecto a la doméstica representará que una mayor parte de la producción se destinará a la exportación en el próximo decenio.
Si bien el comercio general de productos básicos agrícolas y pesqueros continuará expandiéndose durante la venidera década, el ritmo será más lento (alrededor de 1,3 % anual) que el promedio de 3,3 % de los últimos diez años.
Precisa el informe que la producción agrícola y pesquera en América Latina y el Caribe ha crecido, incluida la silvicultura, en un promedio de 2,7 % por año (en dólares estadounidenses constantes de 2010) en las últimas dos décadas.
Actualmente, América Latina y el Caribe responden por 14 % de la producción agrícola mundial y 23 % de las exportaciones agrícolas y pesqueras.
En picada la producción de cereales
Según el texto, se prevé que el crecimiento en la obtención de cereales disminuya en la próxima década, con tasas de incremento anual de alrededor de la mitad de las observadas en los últimos veinte años para los principales países productores de ese renglón.
Para 2028, se espera que la región produzca 233, 5 mega toneladas (Mt) de maíz (18 % del total mundial); 22.1 Mt de cereales secundarios (3 % del total mundial), 21,4 Mt de arroz (4 % del total mundial) y 37,3 Mt de trigo (11 % del total mundial).
Por ejemplo, la producción de soja seguirá creciendo durante la venidera década, y se proyecta mayor expansión del uso de la tierra para esa planta a expensas de los pastos, aunque un tercio del aumento en el área cosechada provendrá de cultivos dobles (dos cultivos en secuencia durante el mismo año).
Sin embargo, se espera que la tasa de crecimiento de la producción anual para la región en su conjunto disminuya de 6,9 % visto en las dos décadas anteriores, a 2,8 % para el decenio entrante.
El crecimiento anual promedio en la producción de carne de vacuno y ternera se desacelerará levemente en la próxima década –a 1,2 % al año– en comparación con 1,4 % en los veinte años anteriores. Se proyecta que la producción de pescado crezca 12 % durante el decenio venidero.
Cambios en la demanda interna de alimentos
El informe pronostica un aumento de la demanda interna de proteínas de origen animal pues se espera que el consumo per cápita de carne de vacuno, ternera y carne de cerdo crezca alrededor de 10 % en la próxima década (12 % pescado, 15 % aves).
Se prevé que para 2028, el consumo de aves de corral, de 34,2 kilogramos (kg) per cápita por año, representará 42,1 % del consumo total de carne (esto es 14,8 puntos porcentuales más alto que a mediados de los 90).
La FAO y la OCDE pronostican un mayor consumo de frutas, verduras, carnes, productos lácteos y pescado en comparación con alimentos básicos como el maíz, el arroz y los frijoles, en tanto se espera que el consumo per cápita de maíz disminuya un 4,3 % en la próxima década.
