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Frente común por la sustentabilidad ambiental

Por eliminar definitivamente las sustancias agotadoras de la capa de ozono, se reconocieron varias entidades: Los hoteles Iberostar Parque Central en La Habana y el Punta Gorda, en Santiago de Cuba, más la Empresa Constructora de obras de ingeniería No. 16 del Ministerio de la Construcción y la Empresa Geocuba de Matanzas


Martes 18 de Septiembre de 2018 | 12:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

La histórica Enmienda de Kigali, que entrará en vigor el 1 de enero de 2019, pone en el punto del colimador a los hidrofluorocarbonos, potentes gases que calientan la Tierra y se siguen usando en los sistemas de refrigeración por lo cual se abre una nueva etapa que tiene como fundamento inspirador al Protocolo de Montreal y la reducción de las Sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO), más las acciones contra los desmanes asociados al cambio climático.

Ambos son hoy problemas ambientales de gran trascendencia mundial, cuando las altas temperaturas están batiendo récords en todo el planeta y, gracias al compromiso internacional, se prevé que para mediados de siglo la capa de ozono haya recuperado los niveles de la década de 1980.

Desde octubre de 2016 en Kigali se firma una nueva Enmienda al Protocolo de Montreal que amplía su alcance y  le adiciona el control y eliminacion de las sustancias de calentamiento global que inciden en el cambio climático en  los  sectores de la refrigeración y climatización, las espumas, los aerosoles, fumigantes, principalmente los HFC como gases ahora controlados por ese acuerdo global y sometidos a eliminación según un cronograma aprobado.

Al cuidado de toda la vida en el orbe se han consagrado durante décadas quienes trabajan por reducir y eliminar las SAO, además de demostrar cómo la gobernanza ambiental puede dar respuesta desde la ciencia, y los países pueden hacer frente juntos a una vulnerabilidad compartida, en los esfuerzos por aplicar el Acuerdo de París sobre el cambio climático y poner en marcha las ambiciosas medidas que urge adoptar en esa esfera.

Una Isla con vocación ambiental

Cuba junto al resto de los 195 países del mundo se integró a trabajar por eliminar las SAO, y las emisiones de gases de efecto invernadero (HFC), así como introducir alternativas de bajo potencial de calentamiento global a partir de mayor eficiencia y ahorro energéticos que implica disminuir la emisión de CO2 a la atmósfera.

A pesar de ser un pequeño Estado insular con limitados recursos económicos, cuenta entre sus resultados más relevantes en esa actividad, el cumplimiento de todos sus compromisos con el Protocolo de Montreal en cuanto a la reducción del consumo e importación de las SAO, según informó Nelsón Espinosa Pena, jefe de la Unidad Técnica de Ozono, perteneciente al Centro de Gestión de la Información  y Desarrollo de la Energía. (Cubaenergía).

En el Acto Nacional por el Día mundial de la Protección de la Capa de Ozono, efectuado en el Memorial José Martí, en La Habana, el directivo hizo una presentación sobre la implementación del programa del país para la eliminación de las SAO que ya transita por una segunda etapa hasta 2030, con la eliminación de los HCFC y todas las SAO.

Significa que para 2009-2010 se estableció la línea base de consumo de los HCFC, entre 2013-2014 se logró el congelamiento de la importación de los HCFC en el país, entre 2015, 2016 Y 2017 se logró la reducción del 10 % de la importación  de los HCFC y ya en el actual año, la Mayor de las Antillas se declara cumplidora de todas sus obligaciones con el pacto más universal y exitoso de toda la historia.

Destacó la importancia de la Resolución 127 de 2012 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) que establece el Programa nacional de eliminación de las SAO hasta 2030 que se estructura en dos fases, en correspondencia con los planes de desarrollo y los compromisos internacionales de Cuba.

Son disímiles los proyectos en los que se involucra el país  dirigidos a  eliminar las SAO en la producción y los servicios,   en la sustitución de importaciones y el ahorro de energía. Entre estos sobresalen la recuperación, reciclaje, recolección, transportación y destrucción de esos compuestos  (en la planta habilitada para esto en la fábrica de cemento Siguaney, en Sancti Spíritus,  ya se han demolido más de 2000 Kg).

También se elimina el uso y consumo del HCFC conocido como 141b en el sector de la  producción de espumas rígidas de poliuretano, por parte del Ministerio de Industrias (Mindus) a partir de alta tecnología y propelentes que no afectan la capa de ozono ( hoy hay cuatro plantas en producción y otra en proceso de inversión como parte del Protocolo de Montreal y a nivel nacional por el Mindus) .

Existe un Plan Nacional de eliminación total de los HCFC en el sector del servicio de refrigeración que implica prescindir de la importación de HCFC en el país en la refrigeración doméstica, comercial e industrial y en la climatización, mediante la ejecución de una estrategia  que incluye la reconversión de instalaciones, la recuperación y reciclaje de refrigerantes, el uso de alternativas libres de HCFC, la capacitación de técnicos, mecánicos e inspectores de aduana y acciones regulatorias.

Funciona además todo un sistema de  Investigación y medición de la capa de ozono por parte del Instituto de Meteorología que realiza la valoración de la situación de la misma en el país y en la región con un Programa de Vigilancia que permite conocer los cálculos diarios de la columna de ozono mediante un equipo Dobson de gran precisión.

En el contexto del evento se entregaron reconocimientos a instituciones que han eliminado definitivamente las SAO: el capitalino hotel Iberostar Parque Central; el hotel Punta Gorda, del Ministerio del Turismo en Santia as sustancias agotadoras de la capa de ozonogo de Cuba; la Empresa Constructora de obras de Ingeniería No .16, del Ministerio de la Construcción y la Empresa Geocuba de Matanzas.

En entrevista con OPCIONES, Iván de Armas, jefe de Calidad del hotel Iberostar Parque Central, indicó que aunque el camino ha sido largo, valió la pena el esfuerzo, iniciado con un estudio y evaluación sobre los tipos de equipos y de gases refrigerantes empleados, para luego hacer una planeación estratégica en función de la sustitución paulatina de los más dañinos.

“Concluimos con el reemplazo de todos lo que podrían afectar de una forma u otra a la capa de ozono, y en esto no solo se implicó el equipo de calidad. Se  involucraron todos en el hotel, desde la dirección general, hasta los departamentos como los de servicios técnicos, los de nuestra casa matriz en Cubanacán y, al incorporarse la cadena Iberostar a la administración del centro, también se sumó con mucha fuerza, a partir de ser reconocida como una marca que promulga el cuidado medioambiental en general”, subrayó.

“Cada día de forma creciente se aúnan más fuerzas en el sector con el fin de dejar un legado a las próximas generaciones pues lo que hoy no cuidemos ellos no lo podrán disfrutar mañana. Todos estamos en el mismo camino, y ya en Cuba hoy se valora no solo un turismo seguro sino sostenible, debido sobre todo a estos temas medioambientales”, abundó.

“El turismo se aprecia mucho cuando se trata de un destino preservado y protegido, en total armonía con la naturaleza y una conservación muy especial de las instituciones patrimoniales y de interés sociocultural e histórico”, concluyó.

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