La tierra no permite el descanso, una y otra vez reclama del esfuerzo humano para sacar de sus entrañas el alimento que demanda el humano. Los pinareños no están de espalda a esta realidad y es por ello que la campaña de frío de cultivos varios echó a andar.

En esta oportunidad el plan previsto supera las 47 700 hectáreas a plantar, entre las que sobresalen las viandas, hortalizas, granos y frutales. Este último a partir de un afán de preservación e incrementar sus ofertas a los vueltabajeros.

La contratación ha sido un importante puntal en la concepción del plan en pos de mayores producciones, rendimientos y eficiente empleo de los recursos materiales necesarios, con altos precios en el mercado internacional.

Los empeños también estarán dirigidos a materializar producciones cada vez más ecológicas sin la utilización de fertilizantes químicos; teniendo en cuenta que la probada efectividad del empleo de medios biológicos para combatir plagas y enfermedades aumenta constantemente sus seguidores. Esto permite la obtención de  renglones más sanos, con las consiguientes ventajas para el consumidor.

A partir de las prioridades del país, los pinareños acometerán la siembra de unas 3 500 hectáreas de frijoles. Estas tienen como fin la sustitución de importaciones y su sistemática oferta a la población en los mercados de frontera, sectores priorizados y como semilla.

Para ello, harán énfasis en las atenciones culturales que precisa el cultivo, a lo cual contribuirá la experiencia de los productores de esta parte del occidente cubano, además, del paquete tecnológico que incluye pesticidas, fertilizantes y combustibles.