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Los cosecheros de Camagüey viven momentos de transformación

Se trabaja por duplicar la producción en 2013. Ejecutan programa de recuperación, áreas de siembra y modernización de secaderos y molinos


Viernes 24 de Abril de 2009 | 12:00:00 AM 

Autor

Lucilo Tejera Díaz

El sureste de la provincia de Camagüey es de suelos bajos y fértiles. Desde hace muchos años la zona se dedica al cultivo del arroz, producción que signa la vida de sus pobladores y lleva, a la vez, al avance industrial del procesamiento del cereal.

En 1972 el Ministerio de la Agricultura fomentó una empresa especializada en esa siembra, la Ruta Invasora, nominada así por estar ubicada en el área de tránsito de columnas del Ejército Rebelde en la última guerra de liberación. En 1987 el organismo rector la convirtió en complejo agroindustrial (CAI). Durante esos años la cosecha fue en franco aumento. Pero las limitaciones financieras de Cuba en los inicios de la siguiente década ocasionaron un sensible descenso en los niveles de recolección del grano y la descapitalización de las instalaciones fabriles, además de perjuicios por sequía. Para la economía del país resulta esencial revitalizar la producción doméstica de arroz, con el propósito de disminuir su importación de más de 500 000 toneladas anualmente y sujeta a los constantes aumentos de precios en el mercado internacional.

Desde mediados de la década del 90 del pasado siglo y en medio de los años más severos de crisis económica, se dieron pasos importantes para incrementar en pequeñas parcelas el cultivo del cereal por cooperativas de campesinos y otros productores, movimiento que cobró auge y cuenta hoy en Camagüey con más de 7 000 cosecheros. Con la posterior mejoría de la economía nacional, aun cuando se resienta por los efectos de la actual crisis mundial, Cuba emprende un programa para incrementar los arrozales aplicando paquetes tecnológicos que conlleven a elevar los rendimientos agrícolas e industriales y, paulatinamente, reducir los costos.

MOMENTO DE TRANSFORMACIÓN

En los últimos meses el CAI Ruta Invasora ha vivido momentos de transformación. Poco a poco se recuperan terrenos para el cultivo del cereal, y este año el propósito es sembrar unas 8 600 hectáreas.

Desde 2008 laboran en áreas del complejo tres máquinas cosechadoras con financiamiento nacional y próximamente otras siete entrarán en operaciones, además de 12 tractores que se dedicarán a otras tareas del cultivo.

La parte industrial, que consta de cinco secaderos y tres molinos, acomete un programa de rehabilitación y modernización, pues la tecnología instalada tiene muchos años de explotación, lo cual hace mermar el rendimiento por las numerosas interrupciones operativas debido a las roturas.

De los principales complejos arroceros del país, Ruta Invasora se ubica entre los mejores cuatro. Desde mediados de 2008 las mejoras que evidencia, más el incremento del cultivo entre los demás productores, propiciaron el autoabastecimiento en el municipio de Vertientes, tanto para la canasta familiar (que la población recibe normada y subsidiada) como para el consumo social.

La producción lograda en pequeñas parcelas y cooperativas se vende, en parte, al CAI y este se encarga de distribuirlo en el mercado minorista, hospitales, círculos infantiles y otras instituciones sociales.

El registro alcanzado por los camagüeyanos en el arroz molinado en 2008 fue de 13 453 toneladas, y en el actual se pretende llegar a 127 %, informó Idelino Álvarez, director del Ruta Invasora.

El programa en ejecución hasta 2013, que prevé mayor revitalización del cultivo y de la industria, estipula lograr en ese año más de 68 000 toneladas con la siembra de casi 36 000 hectáreas, más del doble actual, y duplicar también el rendimiento a cuatro toneladas por hectárea en la empresa especializada, de 2,7 toneladas por hectárea en el pasado año.

Aparte del financiamiento de Cuba existe un acuerdo de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) de otorgar más de ocho millones de dólares para el desarrollo del complejo.

Pero completar esas aspiraciones demandará en lo adelante de un intenso trabajo en la recuperación de campos infestados de malezas, reconstrucción de sistemas de riego, introducción y aplicación correcta de tecnologías más avanzadas y de semillas de resultados satisfactorios.

En medio del encarecimiento de la mayor parte de los insumos que requiere este cultivo, especialmente los fertilizantes, los arroceros de Camagüey dan pasos para mantener el costo por debajo del precio mundial, que a fines de febrero sumaba 475 dólares la tonelada trasportada hasta puertos nacionales. (AIN)

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