VENEZUELA._ A las 07:12 p.m. del martes último, Venezuela le hizo saber a sus conciudadanos y al mundo entero que había dado otro importante paso hacia la soberanía gasífera, complemento esencial de la revolución petrolera, económica y socialista que impulsa aquí el Gobierno Nacional, encabezado por el presidente Hugo Chávez Frías.
Una llama “roja, rojita” -como suelen decir los venezolanos y venezolanas- iluminó la noche de todos los que seguíamos atentos la transmisión en vivo de una reunión del Consejo de Ministros, desde el Palacio Miraflores, luego del anuncio hecho por el propio mandatario nacional de que algo grande sucedería.
A esa hora de la noche, y previa instrucción del Jefe de Estado venezolano, fue encendido el fuego en el mechurrio del buque taladro Neptun Discovery, barco de perforación estacionado en el Campo Dragón, en el Golfo Paria, en la costa oriental de este país continente.
De esa manera tan singular, se inició aquí la extracción de gas del proyecto Mariscal Sucre, y la República Bolivariana de Venezuela inauguró su primer pozo gasífero costa afuera, el Cruz de Mayo, ubicado a diez kilómetros de la frontera marítima con Trinidad y Tobago. “Se ha puesto en marcha con todo éxito el primer pozo de gas costa afuera de este proyecto que colocará a Venezuela en la quinta posición mundial entre los países productores de este importante recurso”, afirmó Chávez apenas unos minutos después de presenciar la “bola inmensa de fuego”, gracias a las bondades del satélite Simón Bolívar.
Lo que el mandatario calificó como “fogonazo histórico”, resultó también el inicio del desarrollo del Gran Cinturón Gasífero de Venezuela, el cual abarca desde el Golfo de Venezuela, y se extiende por todo el Caribe, con reservas ubicadas al norte de Puerto Cabello, otra en las islas de La Blanquilla y la Tortuga, hasta llegar al frente Atlántico, donde se ejecuta el Proyecto Mariscal Sucre.
“Este cinturón se extiende a lo largo de miles de kilómetros, y se trata de una reserva incalculable para el desarrollo industrial, científico y humano del país”, explicó Chávez.
Hasta la fecha, se han realizado estudios en los campos Dragón, Patao, Mejillones y Río Caribe -áreas fundamentales del proyecto Mariscal Sucre- y, como resultado, se ha conocido que sus reservas probadas son de 14,7 trillones de pies cúbicos de gas.
Estas reservas pudieran aumentar en la medida en que se vayan realizando las perforaciones en los diferentes campos. “Solamente el pozo Cruz de Mayo generará el 1 % de la producción actual de Venezuela, ubicada en 7 000 millones de pies cúbicos de gas, y la población nuestra consume 2 000 millones de pies cúbicos de gas y el restante es consumido por PDVSA.
“Se tiene previsto producir 2 540 millones de pies cúbicos, cuando se activen los 36 pozos que conforman el proyecto de gasificación Sucre, y esa cifra supera el consumo total del país”, dijo.
Entre los destinos fijados para el gas que se obtenga de la exploración, perforación y producción en la zona, figura, en primer lugar, el consumo nacional como gas residencial y vehicular. Le siguen el desarrollo de la petroquímica y la puesta en marcha de las termoeléctricas, otros dos grandes proyectos en la agenda económica del Gobierno Bolivariano.
La construcción de una planta de acondicionamiento de gas y de una red de gasoductos submarinos que convergerán en el Centro Industrial Gasífero Gran Mariscal de Ayacucho (CIGMA), son otros obras complementarias que se ejecuta para garantizar de manera integral un desarrollo industrial de este recurso.
En 1 300 millones de dólares se calcula el presupuesto destinado por el Gobierno Nacional para la construcción de lo que resultará un gran complejo industrial.
Se estima que para 2013 se realicen las primeras exportaciones de gas licuado. “Venezuela ya ha firmado convenios y compromisos con diferentes naciones, como Argentina, Portugal y Cuba; y se encuentra en conversación con Brasil. Este gas, apuntó, es para el beneficio del pueblo venezolano y para ayudar a las naciones hermanas”, apuntó Chávez.
CRUZ DE MAYO POR DENTRO
Desde el buque taladro, que llegó a Venezuela el pasado año, el ingeniero Pavel Rodríguez, encargado de la perforación, precisó que los trabajos en el pozo Cruz de Mayo comenzaron el 21 de junio de 2008.
“Se constituye -argumentó- en el primer de gas libre no asociado al petróleo venezolano y posee una presión de salida natural que supera las 3 500 libras, lo cual indica que no está conectado o relacionado con el gas que se explota en la frontera, apenas a seis kilómetros de Trinidad y Tobago”, argumentó Rodríguez.
“Estas son presiones originales”, enfatizó al señalar la fuerza de la llamarada roja. “Con ese pozo, cuya vida útil se estima entre 15 y 20 años, se aspira obtener una tasa máxima de 70 millones de pies cúbicos de gas diarios.
“Cruz de Mayo es el primer pozo de desarrollo productor de gas en operaciones costa afuera en Venezuela. Y, costa afuera no solo tenemos gas, sino también líquido y, poco a poco, vamos a ir desarrollándolo”, indicó Rodríguez.
“Según los expertos, las operaciones costa afuera son un gran reto para todos los involucrados en el Proyecto Mariscal Sucre, por lo complejo de la exploración de hidrocarburos mar adentro. Pero, ese desafío se traduce en un compromiso de los trabajadores de PDVSA”, ratificó Rafael Ramírez, presidente de la principal industria del país y, a la vez, ministro del Poder Popular para la Energía y el Petróleo.
Luego, desde el mismo Neptun Discovery, trabajadores petroleros saludaron a Chávez y se mostraron jubilosos por este gran triunfo de la nueva PDVSA, comprometida con el desarrollo de Venezuela y el bienestar de su pueblo.
El Jefe de Estado venezolano consideró como un acto de soberanía, la prueba oficial del pozo Cruz de Mayo y el proyecto Mariscal Sucre en general, en clara alusión al llamado Proyecto Cristóbal Colón, nombre dado a la entrega de los recursos del oriente de este país por los gobiernos anteriores a la Revolución Bolivariana.
“Liberamos a PDVSA y liberamos a Venezuela”, afirmó Chávez. “Nada de esto se podía hacer y, además, decían que no estábamos capacitados ni preparados, que tenían que venir los extranjeros a sacar ese gas.
“Ahora, concluyó, estamos demostrando que sí podemos hacerlo”.
CONTROL ESTRATÉGICO EN ACTIVIDAD PRIMARIA DE HIDROCARBUROS
Para Venezuela, las buenas nuevas en materia de soberanía, no solo gasífera, sino también, y más importante aún, en los campos petrolero y energético, recibieron un espaldarazo la semana última al conocerse aquí que el Estado retoma el control estratégico en la actividad primaria de hidrocarburos. Así lo establece la Ley Orgánica que reserva al Estado Bienes y Servicios Conexos a las Actividades Primarias de Hidrocarburos, aprobada el martes último. Ángel Rodríguez, presidente de la Comisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional, informó a medios locales de prensa que en el instrumento jurídico se hace una declaratoria de servicio público y de interés público y social, incluyendo además las obras asociadas, y se regulan, específicamente, los procesos de inyección de agua, de vapor o de gas, los cuales permiten incrementar la energía de los yacimientos y mejorar el factor de recobro, así como la comprensión de gas. También se incluyen los vinculados a las actividades en el Lago de Maracaibo, como lanchas para el transporte de materiales, diesel, agua industrial y otros insumos; remolcadores, gabarras planas, boyeras, grúas de ripio, de tendido o reemplazo de tuberías y cables subacuáticos; mantenimiento de buques en talleres, muelles y diques de cualquier naturaleza. PDVSA o la filial que ella designe tomará ahora posesión de los bienes y el control de las operaciones antes señaladas, y es responsabilidad suya garantizar la continuidad de las operaciones. Con esta Ley, precisó el diputado, se corrige el desmembramiento de áreas esenciales de la principal industria venezolana, pues en el año 1992, la vieja PDVSA inició un proceso masivo de subcontratación de terceros, que ocasionó una pérdida, nunca antes vista, de la efectividad nacional para manejar las áreas fundamentales de la explotación del crudo, y terminó dejándola, prácticamente, en manos de compañías extranjeras.