-Usted planteó en su intervención que en estos últimos diez años los gobiernos hicieron un poco la vista gorda ante los cambios que ocurrían y los que se avecinaban. ¿Qué opinión le merece esa actitud, que ha conllevado a agravar la situación económica y social de Estados Unidos y que, en mayor o menor grado, ha repercutido en todos los países?
-No creo que tengo un completo entendimiento de las razones de las políticas que se tomaron durante ese tiempo. Pienso que la administración de Bush trató de bajar impuestos creyendo que esa era la forma más simple y efectiva para estimular e incrementar la inversión y el crecimiento en la economía americana.
En cambio, con ello solo se estimuló el consumo, no las inversiones. También algunas de estas disminuciones de impuestos produjeron especulación en los bienes raíces.
"Igualmente, la administración de Bush tenía una predisposición ideológica a regular sin pensar en lo que regulaba, y pedir a las grandes instituciones financieras regularse a sí mismas. Pero los bancos más poderosos no eran capaces de autorregularse. Los que tenían las posiciones más altas en esos bancos no disponían de poder absoluto sobre todas las divisiones que estaban operando en ellos. Algunas estaban ganando millones de dólares, aparentemente con gente que estaba preparada, y entonces los directores de las instituciones bancarias no querían entrar en guerra con esas divisiones. Eso es sólo una parte de la gran historia".
-Se ha demostrado que estas crisis económicas del capitalismo son cíclicas… -Es inevitable que haya bolas especulativas muy seguidas, que casi siempre van demasiado lejos. Muchos críticos del sistema anglosajón suponen que el mejor sistema es uno que opera perfectamente, pero podría ser, también, que el mejor sistema opere muy lejos de ser perfecto. El pianista que a usted más le gusta oír, tal vez no sea el que toque todas las notas perfectamente.
-¿Pero estas crisis cíclicas para autoalimentar el capitalismo, no le parecen irresponsables ante las graves consecuencias que acarrean?
-Yo sí creo que hubo elementos de irresponsabilidad en esta crisis reciente. Esta última burbuja o crisis fue muy distinta a la que sucedió en los años 90. La crisis de bienes raíces fue marcada por irresponsabilidades de muchas partes: los banqueros, los especuladores que compraron tres, cuatro y cinco casas; gente común que mintió sobre sus entradas económicas reales; reguladores que no cumplieron con sus obligaciones de supervisar a las instituciones financieras y legisladores que solo piensan lo que tienen que hacer para que los reelijan otra vez.
-¿Considera que la actual crisis será aguda y de larga data?
-Es imposible saber lo profunda que va a llegar a ser, pero sí pienso que tomará mucho tiempo para que se vuelva a la prosperidad.