Foot cover de Noticia Autor: Internet Publicado: 17/08/2023 | 01:07 pm
El consumo digital gana cada vez más popularidad en los clientes y negocios por las posibilidades que ofrece respecto a la disponibilidad, el alcance, la escalabilidad, la reducción de costos operativos y las posibilidades de marketing personalizable.
Podemos definir al consumo digital como una forma de comprar y vender productos y servicios a través de Internet, aprovechando las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías. El comercio electrónico, o e-commerce, es el tipo más común de consumo digital, donde el proceso de venta es prácticamente 100 % digital, salvo la logística de entrega en el caso de productos físicos, pero existen otras modalidades, como el comercio móvil, el comercio social o el comercio electrónico colaborativo.
Mientras que el comercio electrónico tradicional se centra más en la transacción de compra y venta de productos y servicios por Internet, el consumo digital va más a la forma en que los consumidores interactúan con las marcas, los productos y los servicios a través de medios digitales, como páginas web, aplicaciones móviles y redes sociales.
En la era digita, el consumidor juega un papel cada vez más relevante en el proceso de compra, pues puede adquirir fácilmente precios y calidades entre distintos ofertantes de todo el mundo, saber más sobre el fabricante o el producto en cuestión, y conocer la opinión de otros consumidores antes de decidirse por un producto o servicio; por lo tanto, el consumidor digital es un comprador exigente que busca algo más que productos, busca adquirir experiencias y sentirse único y especial, por lo que la modalidad de consumo digital le es más amigable.
A los compradores les beneficia consumir por Internet, por la mayor variedad de productos, comodidad, personalización, información y participación de otros usuarios; y a las empresas les favorece positivamente esta forma de comercio.
Para las compañías, el consumo digital les permite acceder a nuevos mercados, reducir costes, mejorar la relación con los clientes, aumentar la fidelización y la reputación, y obtener datos valiosos sobre el comportamiento y las preferencias de los consumidores.
Al vender por Internet las empresas se ahorran los costes que se requieren en una entidad física como vendedores, tiendas, mobiliario, además que un e-commerce se puede crear en poco tiempo y con poco presupuesto, en dependencia de las necesidades.
Con esta gestión en línea se mejora la interacción y fidelización de los clientes, pues se cuenta con más facilidades para recopilar los datos del cliente, los intereses, hábitos de compra y gustos. Además, gracias a la globalización de mercados, los productos pueden llegar a cualquier parte del mundo.
Pese a las posibilidades de desarrollo y beneficio, es importante analizar los retos y los riesgos que implica el consumo digital. La certeza y la privacidad de los datos personales se podrían ver comprometidos si no se toman las medidas de seguridad necesarias.
La brecha digital entre los distintos grupos sociales y territoriales es otra cuestión a tener en cuenta, pues no todas las personas cuentan con los medios para comerciar digitalmente, y existe un abuso de posición dominante de las grandes plataformas digitales.
Para afrontar los retos es necesario fomentar un consumo digital responsable y sostenible. Verificar la fiabilidad y la legalidad de las páginas web o aplicaciones que se utilizan; leer las condiciones de uso y las políticas de privacidad antes de facilitar datos personales o realizar una compra; comparar los precios y calidades, o consultar las opiniones de otros consumidores son algunas de las medidas que pueden adoptar los clientes antes de adquirir algún producto o servicio.