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18 de Marzo  2024 

Cienfuegos, una perla entre el mar y el lomerío

Más que un destino turístico la única ciudad cubana fundada por franceses es epicentro de una mágica combinación de sol, playa, senderos de montaña y excursiones a Trinidad y Varadero


Jueves 19 de Enero de 2017 | 01:00:00 AM 

Autor

María Lucía González

Cienfuegos es un paraíso tropical situado en el centro sur de Cuba, fundado por colonos franceses y privilegiada por los encantos de su bella bahía de bolsa que devela secretos y misterios propios de un paraje que incita a conocer.

No por azar en casi todas las instalaciones turísticas cienfuegueras la vista al mar es uno de los principales atractivos. Los tres hoteles del Grupo empresarial Islazul gozan de ese privilegio.

Porque más allá del confort de sus instalaciones la comercialización de este destino es un convite a conocer el entorno, la naturaleza y la cultura autóctonos y a desandar sus calles de casi perfecto trazado o elegir entre las variadas excursiones que ofertan las oficinas de Islazul.

Conocida también como Revienta Cordeles, la rada de aguas tranquilas ha sido musa inspiradora de poetas, músicos, repentistas y novelistas. Por eso cada año Cienfuegos es la sede de las deliberaciones del jurado del concurso de literatura y poesía Casa de las Américas.

Es  también conocida como la Perla del Sur, y  se halla a 240 kilómetros de La Habana. Disfrutar del  alba o del ocaso en el Malecón o la zona turística de La Punta es uno de sus encantos, como también de  la gente hospitalaria que viene espontánea al encuentro, orgullosa de su terruño y dispuesta siempre a servir de guía u orientar la brújula y a contar historias, un tanto reales, un tanto fantasiosas, que se transmiten de generación en generación.

Como en toda ciudad marinera en Cienfuegos se  habla de corsarios y piratas que una vez navegaron por esas aguas, de comerciantes, romanzas, tesoros y de las toninas que escoltan las embarcaciones en son de juego. El Museo de  la fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua atesora gran parte de esa historia que perdura viva entre los “castilleros” -hombres nativos del entorno-, quienes aún respetan las noches del lobo marinero o de las supuestas aparecidas  de la Dama Azul rondando el otrora fuerte militar, fundado en 1730, mucho antes que la propia ciudad.

Islazul invita

Desde el hotel Pasacaballo es fácil cruzar en pequeñas barcazas y patanas para llegar hasta el Castillo de Jagua y visitar el fortín, en el pintoresco poblado de pescadores y de mujeres tejedoras de mallas u otros avíos, con casas fabricadas sobre pilotes en el mar. Y qué decir de la cocina “castillera”, famosa internacionalmente por la originalidad de sus platos como una simple fritada de pescados y mariscos.

Muy cerca también se halla una de las mayores  colonias de cisnes rosados de la Isla. Bote adentro el río Guanaroca conduce a un paisaje espectacular  que parece salido de los libros de aventuras, accesible también por senderos que bordean el cauce.

Pasacaballo debe su nombre a los ganaderos asentados antaño en la zona, quienes narran que atravesaban en alazanes ese paso de mar conocido en la zona como el cañón de la bahía. La instalación cuenta con  amplia y moderna piscina, excelente cocina, áreas de juego y esparcimiento e innumerables espacios abiertos y terrazas, cuales miradores que permiten divisar un inigualable paisaje marino, con embarcaciones de pesca diseminadas en distintos puntos o el singular espectáculo  de un buque de gran eslora vadeando el estrecho que da entrada a la bahía.

A solo 23 kilómetros está la ciudad de Cienfuegos, obligada visita ya sea por tierra o en la lancha de pasajeros que hace paradas momentáneas en los asentamientos costeros y en Cayo Carena, único que está poblado de los cuatro existentes en la zona.

Historia, tradición, cultura y la generosidad humana no faltan en el recorrido por el bulevar, el parque Martí, plazas, museos y en la zona turística de Punta Gorda o el Paseo Marítimo, entre otros.

A la salida, hacia el sur, aguarda el hotel Punta la Cueva, pequeño y de original arquitectura, con amplias habitaciones recientemente remodeladas y con vistas que conspiran con el mar para una grata estancia.

Cienfuegos es un punto, además, que conecta a ciudades turísticas tan importantes como Trinidad, Varadero, Playa Girón y Santa Clara.

Espectacular naturaleza

Entre mar y montañas por la costa sur está ubicada la villa Yaguanabo, otro paraje ideal para el descanso, y para organizar, bajo la marca Masnatura, excursiones al valle La Iguana, tardes de ensueño en palapas  con el sonido de las olas de fondo, o cenas especiales con platos tradicionales de la comida marinera y la música típica de los campos cubanos.

Áreas protegidas y reservas de la flora y la fauna permiten acercarse a la naturaleza costera y de montaña. Yaguanabo cuenta demás con un balneario situado bajo ese gran puente oblicuo sobre el río de igual nombre que desemboca justo en esa ensenada del Mar Caribe entre rocas de dientes de perro donde el anzuelo de pesca casi nunca falla.

También hay acceso a las elevaciones de Topes de Collantes o de El Nicho, parajes insólitos para activar una cámara fotográfica y seguir las tantas rutas que conducen a saltos de agua, valles, balnearios naturales o simplemente pasear a caballo y atesorar las mejores fotografías de Cuba.

No por casualidad Cienfuegos es perla. Mar, lomerío, desarrollo, industria y  paisanos alegres y muy conversadores despiertan ese deseo de volver imbuidos por el mágico atractivo de ver la luna reflejada en sus aguas, a la que un poeta le cantó: luna cienfueguera, luna de cristal.

 

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