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20 de Abril  2024 

La Conchita rejuvenece

La Fábrica de Conservas y Vegetales La Conchita de Pinar del Río mejora sus equipos con el fin de aumentar los niveles productivos y las exportaciones


Viernes 17 de Febrero de 2006 | 12:00:00 AM 

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PINAR DEL RIO.- Incrementar los niveles productivos y los surtidos de exportación son propósitos del proyecto de inversiones que este año acometerá la Fábrica de Conservas y Vegetales La Conchita, situada a unos cuatro kilómetros del centro de esta ciudad vueltabajera.

Esas labores incluyen un mejoramiento en los equipos de la línea de jugo, con la adquisición de llenadoras-tapadoras, así como el montaje de máquinas para colocar etiquetas y fechas.

Aquí se producen seis tipos de jugos naturales, entre estos de tomate, manzana, pera, mango y guayaba, de gran aceptación en el mercado.

Entre las novedades tecnológicas figuran la fabricación de mayonesa y la introdución de montacargas eléctrico, que humanizarán y agilizarán las labores de cada jornada.

Los quehaceres constructivos se centrarán en la infraestructura, en general, y en el mejoramiento de los residuales, a fin de evitar contaminaciones ambientales.

Con ello mejorarán las condiciones productivas de la entidad que, a pesar de las limitaciones de recursos materiales, ha acometido la reparación y mantenimiento de los diversos equipos, algunos de los cuales datan de antes del triunfo revolucionario.

Este empeño contribuye a disminuir las interrupciones laborales y a aumentar las producciones, con molidas diarias de unos 6 000 quintales, mientras los valores superan los 50 000 pesos.

Con más de medio siglo de existencia, La Conchita produce 44 surtidos, a partir de derivados del tomate, vegetales, frutas en almíbar, salsa mayonesa y aderezo, jugos, cremas y pulpas de frutas.

Empresas cubanas constituyen las principales proveedoras de la materia prima, aunque también se emplean procedentes de España y de Brasil.

Félix Cáceres, director de la fábrica comentó a Opciones que consolidar los renglones existentes será la principal premisa, sin descartar algunas novedades en estudio, así como afianzar la presencia de sus productos en naciones de la Comunidad Económica Europea y del área del Caribe, donde se exploran mercados con posibilidades halagüeñas.

Destacó los resultados económicos del pasado año que marcan un significativo ascenso en el trabajo al sobrecumplirse el plan de producción en valores y unidades físicas, así como los destinados para el turismo y para la exportación. Asimismo, se redujeron los gastos, los costos de producción y aumentaron las utilidades, mientras se veló por la calidad, con alta exigencia en las características físico-químicas, olor, color, sabor y densidad.

Mientras se veló por la atención al cliente y sus criterios, a partir de encuestas, encuentros y otros estudios aplicados por el área de mercado que hacen que la sirena de La Conchita no se silencie desde 1943, mientras por sus alrededores se esparce el aroma de las frutas y salsas.

MIRADA ATRAS

Luego de la general depresión sufrida por la economía cubana en la década del 90 y en la cual también La Conchita perdió buena parte de su producción, durante la Feria Internacional de La Habana correspondiente a 2002, la entidad se presentó con más de 20 renglones entre los que sobresalió la famosa pasta de guayaba, su producto insigne, la crema de mango y diferentes tipos de dulces en almíbar como la fruta bomba, además de mermeladas, concentrados, distintos derivados de tomate, ensaladas de vegetales marinados, jugos y néctar de frutas naturales.

En tal fecha, los productos de La Conchita se comercializaban en los continentes latinoamericano y europeo. Y entre sus perspectivas inmediatas estaba una producción con España de frutas en almíbar como melocotón, pera, fresa, por mencionar algunos y otra con Italia de tomate seco, con resultados muy halagüeños en las pruebas de mercado realizadas.

Dos años después, comenzó a comercializar El Nido de Codorniz con gran demanda y aceptación por su excelente calidad y propiedades proteicas, presentado en un envase de cristal exclusivo, con diez huevos precocinados, acompañados de aceite, cebolla y ensalada marinada, ingredientes que proporcionan al alimento un agradable sabor y presencia.

El Nido de Codorniz consolidó entonces los empeños de diversificar las producciones de La Conchita, la cual previó ese año crecer en sus diversas líneas, entre estas la de néctar y jugos concentrados, cremas de guayaba y mango, dulces en almíbar y vegetales encurtidos.

Ese año se ofertaban 47 renglones y laboraban en el rescate productivo de otros como el pimiento en aliño, sazonador integral, puré de tomate y la vita nuova en un nuevo formato de lata de medio kilogramo, con una durabilidad de dos años. Todo ello se ejecutó sin hacer inversiones, con iniciativa, alta eficiencia y una labor seria de los innovadores de la entidad, quienes buscaban soluciones a las dificultades tecnológicas que se presentaron, en aras de cumplir con el plan de ingreso de ese año de alrededor de 2 000 000 de dólares.

En 2005, sus proyectos de desarrollo buscaron incrementar las ofertas para el sector del turismo a fin de cubrir la demanda de ese mercado, especialmente en las líneas de productos destinados a las tiendas, mientras continuaron consolidando las ventas en los formatos que exigen las cadenas hoteleras.

En el mercado nacional gozan de una altísima preferencia sus conservas de tomate, entre las que destacan la vita nuova y sopa de tomate. Asimismo, sus diferentes salsas: mayonesas, aderezos y otras.

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