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20 de Abril  2024 

Grecia enfrenta a la Troika

La Eurozona debe buscar por todos los medios un acuerdo para que Grecia no salga de la Unión, lo cual sería el principio de una posible catástrofe


Jueves 25 de Junio de 2015 | 12:00:00 AM 

Autor

Hedelberto López Blanch

El Gobierno de Alexis Tsypras desde que llegó al poder hace cinco meses ha resistido estoicamente todos los embates de la Troika en el intento de obligar a Grecia a seguir endeudándose en una espiral financiera que ha afectado la vida económica y social del país y de sus ciudadanos.

Tras fracasar el jueves 18 de junio un foro informal de ministros de finanzas de la Eurozona, los líderes de esa agrupación monetaria citaron para el lunes 22 a una reunión urgente entre los 19 jefes de esa Unión, a la que el ministro griego del ramo, Yanis Varufakis señaló que su país participaría "dispuesto a seguir con los compromisos, si no lo obligaban a hacer lo mismo que a los gobiernos anteriores, de aceptar una nueva porción de deuda en condiciones que dejan pocas esperanzas de poderla devolver".

Los resultados de esa previa reunión fueron una especie de tabla para ambos bandos: los todopoderosos jefes de la Eurozona aceptaron en primera instancia las propuestas de Grecia, que pese a las presiones se mantuvo en sus concepciones. El país heleno debe pagar 1 600 millones de euros al FMI el 30 de junio, lo que no podría realizar sin la ayuda de los acreedores.

Tsypras debió hacer algunas concesiones como subir la edad de jubilación a 67 años, pero no entraría en vigor hasta 2017; eliminar a partir de 2018 el subsidio para los jubilados y reemplazarlo por pensiones en 2020; subir en 1 % las contribuciones de los pensionados al sistema de salud; incrementar la tasa principal del IVA en 13 % a la energía y 6 % para medicinas y libros.

Además, aumentar el impuesto de sociedades del 26 al 29 %, aplicar una tasa extra del 12 % a los beneficios empresariales superiores al medio millón de euros, recortar ligeramente el presupuesto de Defensa el año que viene y aumentar el impuesto al lujo, incluidos los yates privados.

El Primer Ministro griego, que tras la reunión dijo que sus propuestas habían ido más lejos de lo que pedían los acreedores, innegablemente ha desarrollado un juego de ajedrez con la Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea) para no declarar al país en default, obtener los empréstitos y sobre todo no afectar aún más a los ciudadanos de poder adquisitivo medio y bajo.

Cuando parecía que habría una solución la Troika volvió a rechazar las propuestas helénicas, sin pensar en los graves problemas que se avienen para ambos bandos.

La Eurozona debe buscar por todos los medios un acuerdo para que Grecia no salga de la Unión, lo cual sería el principio de una posible catástrofe. Declaraciones de altos funcionarios como la emitida por el presidente de la Eurozona, Jeroen Dijsselbloem, anhelan un prudente convenio.

Medios de comunicación indicaron que hasta el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, recibió a Tsipras en Bruselas con mucha afabilidad, lo tomó por los hombros y le dio palmaditas en las mejillas, muy distinta a la actitud que había asumido cuando lo saludó a principios de mes en la misma ciudad.

Si Grecia se desvincula del euro, otros países podrían hacerlo y por tanto la moneda única sufriría un fuerte golpe y provocaría un impacto especulativo en los mercados.

Otro problema que no deja dormir a los funcionarios de Europa Occidental y de Washington es que ante los impagos y la crisis helénica, Rusia, que ya ha firmado contratos con Grecia para que el gasoducto hacia Turquía pase por su territorio, fortalezca su influencia en esa nación europea.

Si en 2004 Grecia comenzó a padecer graves problemas económicos con un déficit del 6 % del PIB y una deuda de 48 000 millones de euros, a principios de 2015 se elevó a 330 000 millones de euros.

A partir de 2005 el país fue sometido al control fiscal de la Comisión Europea y en 2009 la Troika inició los multimillonarios rescates a los bancos y la implantación de violentas medidas de austeridad aplicadas con intransigencia las que llevaron al país al hundimiento de su sistema político y económico.

La táctica capitalista utilizada para continuar el saqueo de los países que caen bajo su égida, fue entregar los rescates financieros a los bancos privados para que estos a su vez, paguen las deudas que el Estado ha adquirido con otros bancos de Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, lo que provoca un mayor endeudamiento al adicionarse los altos impuestos acordados.

Para la entrega de los empréstitos, la Troika impone leoninas medidas de ajustes y austeridad con el "derecho" a supervisarlas permanentemente, con lo cual los países pierden la soberanía financiera, política y social.

En solo seis años, las ataduras de la Troika han provocado cifras desconcertantes: el desempleo alcanza al 27 % de la población activa y entre los jóvenes llega al 52 %; la deuda sobrepasa el 140 % del Producto Interno Bruto; el acceso a la vivienda y a la educación se han convertido en un lujo y 3 000 000 han sido excluidos de la sanidad pública.

Esos han sido los motivos principales para que el pueblo heleno se alzara y votara el pasado 25 de enero a favor del candidato del Partido Syriza, Alexis Tsipras, que apuesta por darle un vuelco al fracasado sistema político, económico y social vigente.

Hasta ahora, el Gobierno de Alexis Tsipras ha logrado enfrentar las enormes campañas mediáticas y de los líderes de la Unión Europea en su contra y seguro deberá continuar esquivando los grandes desafíos y presiones que con viento de huracán soplarán sobre Atenas. Esperemos que la Troika retome un camino más realista.

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