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18 de Abril  2024 

Mecanización, ciencia y otros retos para el cultivo del arroz

Nuevas tecnologías comienzan a incorporarse a la siembra del cereal en la provincia Granma, la mayor productora del país


Lunes 22 de Marzo de 2021 | 12:00:00 AM 

Autor

Amado de la Rosa Labrada

El empleo de la mecanización en la siembra, cultivo y cosecha del arroz ha incentivado en Cuba el ingenio creador de productores de este cereal, quienes se ha  interesado, sobre todo, en elevar los rendimientos agrícolas, extender las plantaciones y buscar mayor eficiencia tanto en la siembra como en la recolección del grano.

Fuentes consultadas refieren que la producción arrocera se desarrolla en esta nación caribeña desde mediados del siglo XIX, con etapas de auge y otras de retroceso, pero siempre con la mirada de los productores puesta en la importancia de asegurar su mayor presencia como un fruto propio del país que, a diferencia de los importados, resulte más económico.

Sin dudas, con los años el arroz ha devenido fundamental en la dieta de la población cubana, cuya demanda impone crecientes retos al sector agropecuario; sobre todo cuando es palpable el impacto de la crisis económica a escala internacional causada por la pandemia de la Covid-19, de la que Cuba no escapa.

De ahí entonces surge la estrategia que impulsa el país con acciones para elevar los rendimientos productivos en el sector agropecuario, quehacer acentuado en renglones básicos de la alimentación nacional en rubros como el arroz con el propósito de disminuir su importación. Ese empeño mantiene abierta sus puertas a las nuevas tecnologías, empleo de la ciencia, inversiones y cooperación internacional.

Trasplante mecanizado

Resulta alentador saber que en Granma, provincia mayor productora del cereal en la nación, ya es realidad la siembra de arroz con tecnología de trasplante mecanizado en áreas de la Unidad Empresarial de Base (UEB) La Gabina, perteneciente a la empresa agroindustrial de granos Fernando Echenique.

Se emplea en esa labor un lote de maquinarias donado por el pueblo de Japón a Cuba en el año 2020, integrado por 20 tractores con rotobator, cuatro trasplantadoras y tres cosechadoras, destaca el periodista Juan Farrell Villa en el sitio www.lademajagua.cu.

Añade la publicación que Belexis Zamora Vinajera, director de la UEB, explicó que el inicio de la siembra en ese lote número uno sustituye la tradicional faena que implicaba el empleo de gran cantidad de fuerza laboral en condiciones abruptas, “las cuales han cambiado totalmente con la novedosa tecnología que, además de humanizar la tarea, logra superiores resultados al elevar de cinco a siete toneladas el rendimiento por hectárea”.

La ingeniera Tania Garcés Rosales, especialistas que atiende el proyecto de colaboración de Japón y Vietnam con Cuba, destacó la asesoría de las naciones asiáticas y el compromiso de generalizar y buscar  sostenibilidad a la aplicación de esta tecnología.

Garcés Rosales elogió entre otras ventajas, el ahorro en el empleo de simientes y agua junto a la  significativa reducción en los costos financieros, así como el mejoramiento de la calidad en la sanidad vegetal.

Recordó que la obtención de semillas tocó fondo  en el 2012,  solo contaban con una variedad  y hoy utilizan tres, todas certificadas, con el objetivo de asegurar en volúmenes las que  demanda la entidad mayor productora del cereal en Cuba.

La especialista subrayó que han dado un salto grande, “porque obviamos la siembra manual, hemos ido de la siembra directa al trasplante mecanizado para alcanzar la soberanía alimentaria, proceso  que promueve el Instituto de Investigaciones de Granos, el cual es el rector  del proyecto junto a los especialistas del Instituto de Mecanización,  encargados de la capacitación en todas la empresas del país”.

Ventajas tecnológicas

Expertos en el tema consideran entre las ventajas del trasplante mecanizado la elevación de los rendimientos del cultivo, pues se llevan al campo posturas bien desarrolladas y de poca edad, por lo que no existe estrés al trasladarlas al surco, su recuperación es rápida y se han obtenido en esas áreas hasta ocho toneladas por hectárea.

También el empleo de ese sistema en el cultivo arrocero humaniza considerablemente el trabajo del hombre, a la vez que contribuye al ahorro de agua y a la sustitución de parte de los productos químicos requeridos por el grano, con la aplicación del fertilizante de producción nacional, lo cual reduce las importaciones

Según publicaciones internacionales consultadas para este trabajo, el arroz constituye uno de los alimentos más consumidos en el mundo y en Cuba resulta un plato imprescindible en la mesa de la familia a lo largo y ancho de la Isla.


 

 

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