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25 de Abril  2024 

Que la ciencia sea clave para hacer avanzar al país

Aportar soluciones a los problemas de la nación contribuir con resultados que coadyuven al desarrollo de los sectores estratégicos constituyen las prioridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma)


Jueves 21 de Enero de 2021 | 01:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

En medio de los retos impuestos por la pandemia de la Covid-19 y en un complejo escenario global en los ámbitos de la salud y la economía, Cuba destina cuantiosos recursos para continuar impulsando su desarrollo científico. Así lo aseguró la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), Elba Rosa Pérez Montoya, al referirse a las prioridades y desafíos de esta esfera en el país.

Comentó en comparecencia televisiva que en todas las áreas son significativos los saldos para la ciencia, ejemplificó que en 2021 la nación antillana destina el 2 % de su Producto Interno Bruto (PIB) a este sector primordial, con énfasis en cinco acciones para el calendario en curso, entre estas, continuar el fomento de la cultura de innovación.

Llamó, en ese sentido, a tener en cuenta siempre el método científico y la aplicación de la innovación para resolver los problemas de cualquier índole; además instó a seguir desarrollando los recursos humanos y las potencialidades para avanzar en las entidades de ciencia y tecnología, así como en la gestión empresarial.

Otro elemento vital resulta incentivar el aporte de las universidades y centros de investigación, al respecto exhortó a seguir avanzando en todos los territorios, a ampliar el impacto de los resultados y continuar movilizando el potencial humano en tanto fuerza clave para el desarrollo sostenible.

Subrayó la Ministra que en este 2021 la apuesta es a seguir desarrollando una ciencia, una tecnología y una innovación responsables, en la que todos los científicos den respuesta con valores, expectativas y soluciones a las necesidades y urgencias del país.

En su intervención en la Mesa Redonda la titular del Citma destacó el papel y los desafíos de la ciencia, al señalar que 2020 marcó el inicio de la década para el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de acuerdo con la Agenda de Naciones Unidas, los cuales marcan pautas, junto al cumplimiento del Plan de Desarrollo de Cuba hasta 2030.

Pérez Montoya indicó que tanto los ODS como la Agenda 2030 tienen un importante sustento en la ciencia, la tecnología y la innovación, por lo cual el país, en sintonía con esa estrategia global, apuesta por trabajar en función de esas grandes metas mundiales en armonía y articulación con los objetivos y metas propios de la nación.

Reconoció las vicisitudes del año precedente, cuando hubo que lidiar con el impacto y los graves efectos de la pandemia, lo cual exigió optimizar y exponer todas las potencialidades de carácter científico, pero, sobre todo, obligó a consolidar y fortalecer un sistema de trabajo de gobierno innovador que, bajo la guía del Presidente cubano, Miguel Díaz- Canel Bermúdez, ha permitido avanzar desde una estrategia con prioridad en la ciencia, la tecnología y la innovación.

“Un sistema de trabajo de gobierno innovador que ha permitido que la ciencia se despliegue en todas sus potencialidades. Como parte de esta experiencia innovadora, se destacan las visitas gubernamentales que realiza el Consejo de Ministros a los territorios, donde se suscita el intercambio entre expertos, académicos, ministros y personalidades que intervienen en los recorridos con las universidades y son permanentes las socializaciones con los centros de investigación y las entidades de ciencia y tecnología”, comentó.

“Además de la retroalimentación, -dijo- este sistema de trabajo innovador de gobierno acerca mucho más las necesidades que tienen los organismos y las entidades al sector donde se genera el conocimiento, de forma que se hace menos difícil avanzar hacia la búsqueda de soluciones y, en esa acción, ha sido vital la articulación de alianzas estratégicas.”

El 2020 fue un año en el que primaron los intercambios del gobierno con los académicos y los expertos para tratar temas trascendentales en la vida del país, un elemento que, insistió la Ministra, dinamiza el proceso del conocimiento, su generación e introducción.

Otro elemento importante del sector fue el rescate de una figura esencial en el desarrollo de la ciencia: los consejos técnicos asesores y su funcionamiento en el país, los cuales constituyen espacios clave para la actividad científica.

En el año precedente, entre los resultados más significativos se citan la participación activa de la comunidad científica en la nueva Constitución de la República, documento que jerarquiza la actividad de la ciencia y la tecnología, se promueve su avance y la necesidad imprescindible de su aporte para el desarrollo.

Se refirió al Plan de Desarrollo Económico hasta 2030, este incluye varios ejes y sectores estratégicos y uno de ellos concierne a la ciencia, la tecnología y la innovación. Así, el Citma puede asumir todo ese proceso de transformación para poder aplicar las políticas propuestas al país y en las que se trabaja de una manera acelerada desde 2015, aunque en 2017 logran su esplendor.

Son políticas que permitieron dinamizar el conocimiento y que en su expresión práctica ya cuentan hoy con normas jurídicas y elementos para el desarrollo de la ciencia. Ilustró con la dedicada al perfeccionamiento de las entidades de ciencia, tecnología e innovación en el país y además, la Política de perfeccionamiento para el sistema de Ciencia.

En la primera su objetivo principal era preservar los centros de investigación, que estos mantuvieran su vitalidad, sus investigadores y proyectos; en tanto la otra se centra en propiciar un mayor financiamiento para la ciencia y un cambio para el sistema de programas y proyectos en Cuba; así como facilitar, tanto la obtención de resultados como su introducción y generalización.

Se aprobó la política de parques científicos tecnológicos en Cuba, la de las Empresas de Alta Tecnología, y otra actualizada sobre propiedad industrial en la nación, más la de los organismos genéticamente modificados y otras referidas a los archivos y la memoria histórica, la normalización, metrología y calidad, entre otras.

“En total se trabajó en 13 políticas dirigidas a transformar el sistema de ciencia en el país”, resumió la Ministra.

Logros y resultados relevantes

En cuanto a los resultados de la implementación de las políticas aprobadas, señaló la creación de los dos primeros parques científicos y tecnológicos: uno en La Habana, específicamente en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y el otro en la Universidad de Matanzas.

Que estén enclavados ambos en universidades demuestra las potencialidades de las casas de altos estudios para poder desarrollar las sociedades mercantiles que acompañan a  esos parques, los proyectos que allí se incuban y las empresas y resultados que comienzan a generarse en los mismos.

Destacó la Ministra la creación de las primeras Empresas de Alta Tecnología, tras un proceso muy riguroso. Estas son el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y el Centro de Biopreparados (Biocen), ambas pertenecientes al Grupo Empresarial BioCubaFarma.

Informó que hay otras entidades de la biotecnología y de la industria farmacéutica que también están optando por esa categoría y se evalúan los resultados con ese propósito. Apuntó que ya se cuenta con las dos primeras empresas de interface del país, una en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Hecheverría (CUJAE) y la segunda en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas.

Precisó que ya las políticas van teniendo una expresión práctica, pero hay que seguir avanzando en que los impactos puedan ser compartidos en todo el archipiélago cubano, a partir del cierre de los ciclos de investigación y los proyectos principales. “Son resultados -explicó- que responden a las prioridades y la designación de un financiamiento notorio para la actividad de ciencia, tecnología e innovación”.

Las cifras lo demuestran pues entre el año 2000 y el 2019 ha habido un incremento de financiamiento en gastos corrientes para la ciencia de 250,6 millones a 699 millones de pesos.  Se trata de un aumento considerable que ha podido acompañar ese proceso de desarrollo; en tanto, el aporte de las empresas a la ciencia creció de 84,9 millones a 253.

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