Jueves
18 de Abril  2024 

Mayor biodiversidad para un mejor coeficiente socioeconómico

El proyecto Conectando paisajes muestra resultados muy favorables en su implementación y es un buen ejemplo de cómo Cuba se preocupa y ocupa por la conservación de su biodiversidad a partir de una efectiva gestión de los ecosistemas,  garantía de la producción de bienes y servicios ambientales y de una mejor calidad de vida en las serranías.


Viernes 05 de Junio de 2020 | 12:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

Un nuevo paradigma en la conservación de la biodiversidad y la gestión de áreas protegidas en el país constituye el proyecto “Un enfoque paisajístico para conservar ecosistemas montañosos amenazados”  que abarca las zonas de Guaniguanico, Guamuhaya, Bamburanao y Nipe-Sagua-Baracoa, donde se implementan corredores biológicos que propicien la integración con el entorno, las comunidades y el desarrollo de las actividades productivas.

Dedicado a la biodiversidad, el Día Mundial del Medio Ambiente transcurre en esta ocasión en circunstancias muy difíciles por el azote de la COVID-19 como pandemia global y, en la Mayor de las Antillas, se aprovecha la fecha para promover todas las potencialidades de una efectiva gestión del paisaje con fines conservacionistas, lo cual reduce la vulnerabilidad del medio natural y aumenta la producción de bienes y servicios en pos de mejorar la calidad de vida en las serranías.

Conectando Paisajes, como se conoce esta iniciativa, trabaja en la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en el entorno montañoso y para esto realiza múltiples acciones con los pobladores, las fincas, las instituciones y la gobernanza en los territorios, con vistas a minimizar las posibles amenazas por incendios incontrolados, contaminación, prácticas agrícolas y ganaderas inadecuadas, la minería a cielo abierto y los efectos del cambio climático.

El proyecto está representado por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y su Agencia de Medio Ambiente (AMA), la cual encarga para su coordinación principal al Instituto de Ecología y Sistemática (IES) junto a otras entidades, acompañados del Ministerio de Agricultura.

El financiamiento para su ejecución es donado por el Fondo para el Medio Ambiente Global (GEF) a través de la agencia implementadora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en un período de ocho años (2014-2022).

Según explicó la Msc. Guadalupe Bridón Calzado, especialista y coordinadora de comunicación de Conectando Paisajes, en Cuba las montañas albergan gran parte de la biodiversidad del país y allí se realizan actividades económicas que dependen en gran medida de las especies animales y vegetales, entre estas la producción de café, forestal, cultivos varios y ganadería.

Por tanto –dijo- se busca integrar los intereses económicos con los conservacionistas de manera armónica y compatible para mitigar las pérdidas de la biodiversidad y aumentar la capacidad de los ecosistemas de generar bienes y servicios ambientales en función de mejorar el bienestar social, la calidad de vida y elevar la capacidad de adaptación al cambio climático, por lo que se propone el establecimiento de un corredor biológico en cada sistema montañoso como alternativa de avanzada para la conservación.

“Este corredor no es más que una zona de conectividad entre dos áreas de conservación, que relaciona la naturaleza, el sector productivo y los asentamientos humanos y funciona como un modelo de preservación y desarrollo socioeconómico”, subrayó.

Informó que en sinergia con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) fueron aprobadas tres nuevas en zonas de conectividad: Paisaje Natural Protegido “Hanabanilla”, Reserva Ecológica “Pico San Juan” y Elemento Natural Destacado “Cueva de Martín Infierno”. Además como parte del proyecto se incrementó el puntaje de la matriz de efectividad de manejo de algunas áreas y se trabaja en la evaluación de la integridad ecológica en estas, así como en el inventario y monitoreo de especies metas para el examen de la conectividad.

Otros resultados se relacionan con la aplicación del enfoque de paisaje en el manejo de las áreas protegidas, como solución para estandarizar las acciones de gestión ambiental, y la creación de capacidades en cuanto a conocimiento e infraestructura para aumentar la eficiencia en su manejo; en tanto se crean los indicadores de paisaje en las zonas montañosas, tarea que implica una dosis alta de experiencia científica de los investigadores asociados al proyecto, pues su uso facilita los procesos de evaluación de estos ecosistemas y de las políticas dirigidas a su gestión.

Se publicó el libro “Diversidad Biológica de Cuba. Métodos de inventario, monitoreo y colecciones biológicas”, una obra muy completa que compila el estado del arte de la flora y la fauna en el país y el folleto “Paisaje Montañoso: Una mirada escolar”, que resulta un manual para círculos de interés en las escuelas ubicadas en las serranías para el mejoramiento de la educación ambiental.

 

 

 

 

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