Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:46 pm
Los resultados de la aplicación del Proyecto de Bases Ambientales para la Sostenibilidad Alimentaria Local (BASAL) en ejecución en el período 2012-2019 y la planificación de las acciones principales para su etapa final en 2020, fueron examinados durante un encuentro en La Habana, con la participación de productores, especialistas, directivos y funcionarios de decenas de instituciones involucradas.
BASAL centra su agenda en promover y apoyar la adaptación al cambio climático en el sector agropecuario cubano a nivel local y nacional, con el fin de contribuir al desarrollo socioeconómico continuado y sostenible del país, y está liderado por la Agencia de Medio Ambiente (AMA) y el Instituto de Geografía Tropical, ambos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), con el acompañamiento del Ministerio de la Agricultura (Minag).
Implementado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el respaldo financiero de la Unión Europea (UE) y de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), el proyecto permite reducir vulnerabilidades relacionadas con el calentamiento global en esta isla antillana donde la rama agroalimentaria padece por la incidencia de sequías y/o la ocurrencia de fuertes lluvias.
También las producciones del campo están amenazadas por el aumento de la temperatura mínima del aire, que incrementa la incidencia de plagas y enfermedades, así como del incremento del nivel del mar, responsable de la salinización de las aguas subterráneas y el suelo agrícola, o de las inundaciones en algunas zonas costeras.
Para Cuba, el enfrentamiento al cambio climático constituye una prioridad pues los problemas ambientales se acumulan y convierten paulatinamente en un factor determinante del desarrollo sostenible. Por eso unas 60 instituciones nacionales y locales de los sectores de la agricultura, la ciencia, la tecnología y el medio ambiente están involucradas en BASAL.
Juan Mario Martínez Suárez, director del proyecto, se refirió a los resultados de la implementación y se dieron a conocer los impactos de ese programa en las estrategias priorizadas del sector agropecuario, así como se presentó la guía metodológica para la elaboración de planes municipales de adaptación a las variaciones del clima en esa esfera.
A partir de paneles se analizaron las experiencias y derivaciones de tecnologías introducidas para la producción sostenible de alimentos y la adaptación al cambio climático en esa rama, la gasificación de la cáscara de arroz, el sistema de nivelación láser y el de trasplante mecanizado de ese cereal, además de la técnica de henificación.
Se examinaron las experiencias innovadoras de las brigadas de uso y calidad del agua y se validó la apropiación de resultados por actores claves beneficiados a nivel nacional y local, así como la socialización de las buenas prácticas y lecciones aprendidas alcanzadas en la implementación del proyecto en apoyo a la adaptación a las transformaciones del clima en el sector agropecuario cubano.
Se mostraron además los resultados de la certificación de fincas escuelas y la importancia de su sostenibilidad y replica, a la par de la presentación de publicaciones y productos audiovisuales generados a partir de procesos de sistematización del proyecto.
En BASAL no se trata solo de un plan para crear capacidades, adquirir nuevos conocimientos, fortalecer infraestructuras, facilitar documentación, aplicar novedosas herramientas para la toma de decisiones o asumir las buenas prácticas y lecciones aprendidas.
Lo más trascendente es el cambio de mentalidad generado pues ya hoy es habitual escuchar hablar entre los miles de productores involucrados en este programa, del cultivo de plantas proteicas, de los gases de efecto de invernadero, de modelo de ordenamiento ambiental, de enfoque de género o de estrategias municipales de impulso al desarrollo local.
El director de BASAL motivó un profundo análisis sobre el alcance y perspectivas del programa, que implementa más de 40 tecnologías y prácticas agropecuarias para la adaptación al cambio de clima en tres sistemas productivos priorizados: arroz, cultivos varios y ganadería vacuna lechera.
Se benefician con la aplicación de estas medidas unas 55 000 hectáreas de 134 sitios demostrativos que involucran a 15 500 personas (entre estas más de 5 300 mujeres) de 12 municipios, a lo cual se suman las soluciones tecnológicas que favorecen la eficiencia en el uso del agua para riego en al menos un 15 % de estos, y la producción de alimento animal en época de seca (riego por goteo, por aspersión, por pulsos o con tuberías flexibles).
Veintiséis unidades productivas asumen tecnologías para el aprovechamiento de recursos bioenergéticos, fuentes renovables y el mejoramiento de la eficiencia energética, en tanto 13 nuevos productos y servicios en vínculo con el extensionismo agrícola mediante la Red de Información Agrometeorológica y Productiva favorecen a más de 7 300 campesinos.
Otros resultados indican que 12 Centros de Creación de capacidades y gestión del Conocimiento apoyan el intercambio de información, en tanto tres Sistemas de Información Ambiental Municipal contribuyen a una mejor toma decisiones por parte de los gobiernos locales y otros actores claves.
Las cifras dicen mucho, pues más de 20 000 personas de 33 municipios cuentan con competencias técnicas y de gestión fortalecidas al acceder a conocimientos, metodologías, herramientas y lecciones aplicables a la adaptación a las transformaciones del clima.
Declaraciones de los productores agropecuarios demuestran la viabilidad y pertinencia de acciones como estas, asociadas a la Tarea Vida (Plan de Estado para el Enfrentamiento al cambio climático), que favorecen a fincas, cooperativas, unidades empresariales de base y Empresas Agropecuarias, con medidas relativas al manejo de los suelos y el agua, las semillas resistentes a condiciones extremas, la gestión integrada de plagas, las fuentes renovables de energía y la obtención y procesamiento de alimentos, entre otras.
Se incluyeron en la agenda del evento programas y documentales de Mundo Latino que se transmitieron en el encuentro, entre estos Del crepúsculo al amanecer, dedicado al proyecto en la provincia de Camagüey y otros filmados en varias cooperativas de Güira de Melena, como Leal a su tierra, Productos-meteorólogo y Corazón en la tierra, además de la serie Gente como uno.
Se realizó una mesa interactiva para el intercambio sobre varios proyectos internacionales en ejecución en el país, entre estos, OP-15, Conectando paisajes, Manglar vivo, Cobimas, 3ra. CNCC y Ecovalor.
BASAL frente al clima
Municipios que se benefician con acciones de difusión de conocimientos, herramientas y lecciones aprendidas y replicables a favor de la sostenibilidad alimentaria local:
Los sistemas productivos donde se implementa BASAL son, en la ganadería vacuna (en los territorios de Florida, Camagüey, Jimagüayú y Minas; en el arroz, (en Pinar del Río, Consolación del Sur y Los Palacios), y en cultivos varios (Artemisa, Alquízar, Güira de Melena, Perico, Martí y Yaguajay).
Por ejemplo en Los Palacios las medidas de adaptación de mayor impacto en su implementación se pueden resumir en nivelación de suelos, producción de semillas de arroz, rotación de este con otros granos, planta de gasificación de cáscara de arroz y agricultura de conservación en general.
En Güira de Melena abarca a la minindustria, las tecnologías de conservación de preparación de suelos, abonos verdes, rotación y asociación de cultivos, uso de bioproductos para el manejo de plagas de agricultura de conservación, entre otros.
En Jimagüayú incluye los bancos de forrajes, sistemas silvopastoriles y de bombeo eólico para aéreas ganaderas, el bombeo fotovoltaico para abastos de agua al ganado, y otras acciones más.
