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En Cuba se abre paso la Enmienda de Kigali

Sobre las acciones habilitadoras para la implementación de la Enmienda de Kigali en Cuba se intercambió durante un taller de capacitación sobre gases y tecnologías alternativas de bajo potencial de calentamiento global 


Martes 26 de Marzo de 2019 | 12:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

Una vez más Cuba ratifica su vocación ambientalista y las capacidades en el ámbito de la aplicación de las nuevas tecnologías, al enfrascarse  en la eliminación gradual de  los gases Hidrofluorocarbonos (HFC) de alto potencial de calentamiento atmosférico que se utilizan comúnmente como refrigerantes.

Son múltiples las acciones con vistas al inicio de la aplicación, a principios de 2020, del Proyecto de implementación de la Enmienda de Kigali, en vigor desde enero pasado, y cuyo fin es la erradicación paulatina del uso de los HFC en el mundo y que, en el caso de esta nación caribeña, se suman a las medidas de mitigación integradas en la Tarea Vida, de cuyo cumplimiento se encarga al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), aunque involucra a todos los actores sociales y económicos del país.

El doctor Nelson Espinosa Pena, director de la Oficina Técnica de Ozono (OTOZ), perteneciente al Centro de Gestión de la Información y Desarrollo de la Energía (Cubanergía), una de las instituciones de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada, del Citma, explicó el alcance de la Enmienda de Kigali.

Aprobada por todos los países en noviembre de 2016, constituye un paso importante para unir  indisolublemente  las acciones del Protocolo de Montreal  dirigidas a la eliminación de las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAO) y las medidas de mitigación del cambio climático, mediante la eliminación de los HFC de alto potencial de calentamiento atmosférico.

La enmienda está en vigor desde el primero de enero de 2019 aunque es para 2024 cuando se fijó el inicio del congelamiento de esos compuestos,  de acuerdo con lo pactado.

Un taller sobre las actividades habilitadoras para la preparación de la implementación de la Enmienda de Kigali en el sector de la refrigeración y la climatización se efectuó en La Habana en cooperación con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el auspicio del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, entre otras organizaciones.

Con el propósito de preparar a las entidades del país para enfrentar los nuevos retos en esta esfera, y recibir  e intercambiar experiencias y conocimientos, se dieron cita en el Hotel Nacional de Cuba, directivos y especialistas principales de los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE), los Organismos Superiores de Dirección Empresarial (OSDE), empresas productoras,  de proyectos y de servicios,  importadoras, universidades y centros científicos y de investigación, entre otros.

El examen abarcó disímiles asuntos, desde el cronograma de eliminación de los HFC, la revisión de la legislación complementaria y las regulaciones para el funcionamiento de la Enmienda, la adopción y revisión de las normas técnicas necesarias, así como la  incorporación de las subpartidas y códigos arancelarios de aduanas, incluyendo los HFC y refrigerantes alternativos.

En el encuentro se identificaron las barreras y desafíos para la implementación de la Enmienda, así como aspectos de seguridad  en el uso de los nuevos refrigerantes, la capacitación y certificación  de los técnicos del país en las alternativas actuales y la elaboración de una propuesta de un Programa de eliminación de los HFC para el periodo 2020- 2040.

Se analizaron las opciones de bajo potencial de calentamiento atmosférico (GWP), entre estas los refrigerantes naturales: hidrocarburos, CO2, amoniaco, agua y los HFCs no saturados (HFOs), las sustancias puras y mezclas, además de reconocer los requerimientos para lograr un cuidadoso equilibrio entre costo,  eficiencia energética y seguridad, esto último sobre todo en el caso de los tóxicos e inflamables, en los que se exige el establecimiento de normas sobre buenas prácticas.

Tecnologías amigables con el medio ambiente

La representante residente del PNUD en Cuba, Soledad Bauza, realzó la trascendente labor de la Mayor de las Antillas en esa esfera, vinculada también a lo concerniente al enfrentamiento del cambio climático, con efectos asociados a su condición de pequeño Estado insular.

En particular, será una valiosa oportunidad para profundizar en el conocimiento de los sectores y las aplicaciones donde se consumen los HFC, afinar los mecanismos de recolección de información y coordinación, identificar los requerimientos y necesidades del país para la implementación efectiva de la Enmienda, y ayudar a trazar las líneas generales de la estrategia nacional para la reducción del consumo de esos compuestos.

Se presenta esta como una gran oportunidad para reducir las emisiones de gases efecto invernadero aprovechando la estructura del Protocolo de Montreal, con vistas a aligerar los grandes impactos esperados (evitar el incremento de 0,5 °C para el 2100), por lo cual urge la ratificación universal de esta Enmienda.

“El PNUD aprecia que el proyecto de actividades habilitadoras es clave, pues ayudará en la preparación del país para implementar esta importante Enmienda al Protocolo de Montreal, el cual está integrado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hasta 2030 y es una herramienta clave para alcanzarlos”, subrayó la funcionaria.

Reconoció que la reducción del consumo de los HFC es un reto mayor que la eliminación de los CFC y los HCFC que la preceden, por lo que hay que apoyar proyectos para la creación de capacidades en la implementación de la Enmienda de Kigali, un importante paso de la comunidad mundial en los esfuerzos por restringir drásticamente los gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global.

“La implementación de estos propósitos será una relevante contribución al cumplimiento de programas estratégicos para el desarrollo sostenible en Cuba como son el Plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030, la política nacional para el fomento del uso de las Fuentes Renovables de Energía (FRE) y la eficiencia energética  y el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, Tarea vida”, alegó Bauza.

Al momento de entrar en vigor 65 países ya la habían ratificado, y Cuba se encuentra próxima a la culminación de este proceso, una Enmienda que hace sinergia con otros pactos internacionales entre estos el Acuerdo climático en París, y además tributa a la Agenda para el desarrollo sostenible al 2030.

“La Enmienda de Kigali contribuye al logro de los ODS en particular al cumplimiento de metas del ODS 7 (vinculados a la energía asequible y no contaminante), al ODS 13 que llama a la acción por el clima y al ODS 9 que promueve el desarrollo sostenible de la industria, innovación e infraestructura”, precisó la experta.

Proyectos en la Antilla Mayor

Insistió en que los proyectos que hoy se inician también apoyarán el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por Cuba en relación con la preservación de la Capa de Ozono y la introducción de medidas de adaptación y mitigación al cambio climático.

El proyecto para la eficiencia energética en el sector de refrigeración y climatización también tiene relevante importancia pues está enfocado en promover y crear capacidades en el sector de la energía y el clima, fomentando mayor eficiencia y el uso de gases que no dañan la capa de ozono, ni potencian el calentamiento global.

Esos proyectos podrán también generar articulaciones y complementariedades con otros en implementación en el sector de la energía, que cuentan con el apoyo de socios de la cooperación con Cuba.

 José Fidel Santana Núñez, viceministro del Citma, consideró que es imprescindible calcular el impacto económico que representa el asumir los compromisos implícitos en la ejecución de las nuevas tecnologías, pues -enfatizó- no siempre coincide la asistencia técnica con su correspondiente financiamiento.

El director de Proyectos de la Oficina del Control del Uso Racional de la Energía (Onure), Welmer Collejo Jerez, señaló que el país está en una situación más favorable en cuanto a la eficiencia energética con una política definida, sobre todo en el empleo de las FRE, esfuerzos que tienen sus inicios en el programa nacional de la Revolución Energética en 2005 hasta la fecha, acompañado de la conciencia de ser más eficientes en cuanto a la generación de electricidad y al consumo tanto a nivel industrial como residencial.

“Existen aún algunas dificultades -dijo- que se aprecian en inspecciones del uso de la energía; es un reto fomentar esto que dará muchos frutos al país, pues como dijera el líder histórico de Cuba, Fidel Castro, en su momento, hemos encontrado un gran yacimiento que es el ahorro de energía”.

José Rojo, director general del Instituto de Refrigeración y Climatización -IRC-, comentó que cuentan con uno laboratorio entre otros tantos  que trabajan para actualizar la resolución 136, que es conjunta del Ministerio de Energía y Minas con el de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, lo cual resulta muy importante.

“Venimos trabajando hace muchos años con la Onure desde que comenzamos con la aplicación de la Resolución 136 e incluso, antes. Junto a ellos elaboramos todos los índices técnicos para la preparación de la nueva resolución que sustituiría a la vigente que data de 2009, cuando las condiciones desde el punto de vista de tecnología que se evaluaban en aquella época, difieren mucho de las  que actualmente se están desarrollando en el mundo.

“Por eso debemos ir hacia esa dirección de actualizar los requisitos mínimos establecidos para la entrada al país e ir ampliando también la gama de equipos que pudiéramos regular en cuanto a eficiencia energética, tropicalización y seguridad eléctrica”, acotó Rojo.

“La Onure ha escuchado todas nuestras opiniones y estamos trabajando de conjunto en acelerar este proceso cuyo beneficio impacta directamente en la economía del país y además en la población, pues al final, cuando importamos un equipo más eficiente, se disminuye la factura eléctrica de cada hogar y las personas lo sienten en su propio bolsillo.

“Por otra parte, va  a permitir exigirle a los suministradores que los equipos de refrigeración y climatización que se comercialicen tengan mayor calidad, y contengan gases refrigerantes que sean los usados hoy en el mundo, lo cual permitirá controlar de una forma más estable.

“Igualmente tenemos que pensar en cómo ayudar a los laboratorios para que puedan verificar también los lotes que están entrando al país, una tarea grande que demanda toda una infraestructura dígase transportes, equipamientos, especialistas… Estamos trabajando en esa línea de entregar el estudio de factibilidad de los nuevos laboratorios”, concluyó.

Armando Lázaro Gómez Díaz, especialista de OTOZ,  resumió los objetivos del taller (que duró tres jornadas para abarcar la mayor cantidad de especialistas del país), en la creación de las bases para comenzar una asistencia técnica, a partir de la colaboración del PNUD regional y Cuba con el grupo de Ozono,  con la intención de habilitar la Enmienda de Kigali anexada al Protocolo de Montreal.

“Con los representantes de los organismos y entidades asistentes, se prevé crear grupos de trabajo para junto a la ONEI hacer un levantamiento y crear un inventario sobre los HFC en Cuba y en qué equipos se encuentra; es esto lo más inmediato y debe comenzar en el segundo semestre del año, como parte de las acciones habilitantes para la implementación de la Enmienda de Kigali  en Cuba”, detalló el experto. 

Carlos Andrés Hernández, representante del PNUD para América Latina y el Caribe, afirmó que esta nación caribeña podrá implementar correctamente las exigencias de la Enmienda Kigali pues el país constituye un referente en la reducción por etapas de las SAO.

Destacó que Cuba es uno de los países de la región que ha cumplido con el Protocolo de Montreal para controlar y eliminar la producción y el consumo de las SAO, y ahora se prepara con vistas al inicio de la aplicación, a principios de 2020, del Proyecto de implementación de la Enmienda de Kigali, y la eliminación gradual del uso de HFC en el mundo.

El funcionario del PNUD regional, con sede en Ciudad de Panamá, señaló que la Enmienda de Kigali es una nueva etapa del Protocolo al considerar además de su inicial motivación en la protección de la capa de ozono, la de actuar ahora como un tratado climático al incluir a los HFC que no dañan la capa de ozono pero son sustancias de un alto potencial de calentamiento global (y que históricamente se han usado como alternativas a las SAO).

“El Protocolo ya conoce muy bien los sectores donde se emplean esas sustancias, tiene una estructura organizada que ha permitido la eliminación de los CFC (clorofluorocarbonos) en un principio, luego los HCFC hidroclorofluorocarbonos, por lo cual esperamos que los países aprovechen esos fundamentos y experiencia para ahora eliminar los HFC.

 “En el caso de Cuba estas acciones son importantes, porque resulta este el primer paso en el desarrollo del plan, de la visión del país para implementar la Enmienda Kigali que es un reto para los próximos 25 años: en 2024 comienza la congelación y la reducción escalonada hasta llegar al 80 % de restricción en 2045.

“Es importante que se sepa cuál va a ser la ruta para implementar la Enmienda de Kigali, pues esta es una herramienta muy poderosa para mitigar el cambio climático y podría ser tan exitosa como el Protocolo de Montreal ”, puntualizó el funcionario del PNUD.

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