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25 de Abril  2024 

Con mirada de futuro

El rescate de la ganadería cubana pasa por la búsqueda de inversión extranjera que se conjugue con los esfuerzos nacionales, así como de tecnologías eficientes y amigables con el entorno


Martes 13 de Noviembre de 2018 | 01:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Corrían los años 80. Las ayudas económicas y materiales llegaban a Cuba a pila abierta. La ganadería en grandes vaquerías mostraba signos de avances con incrementos en las producciones, mediante el uso de tecnologías de reproducción, ordeño mecanizado y alimentación a base de pienso importado. Los cambios en la geopolítica, pusieron fin a una etapa que en un momento se consideró irreversible.

Con la caída en picada de los recursos externos, decrecieron los rebaños y la recuperación, basada en recursos nacionales, ha tomado décadas, sin cuajar hasta ahora. La búsqueda de capitales extranjeros se presenta como una posibilidad para poner nuevamente en pie un importante sector económico, directamente vinculado con la alimentación de la población y con impacto también en el turismo y la industrialización de los alimentos.

Buena parte de esa misión recae sobre el Grupo Empresarial Ganadero (Gegan), que responde por toda la avicultura del país, todo el porcino -con una parte considerable en convenios de ceba con los productores-, toda la ganadería menor y con 50 % de la vacuna, indica Jorge Carlos González Torrecillas, vicepresidente primero de Gegan. De ahí que su desarrollo tiene un peso sustancial en los resultados de esos segmentos productivos.

Nuevas vías

La Cartera de Oportunidades de inversión extranjera 2018-2019 recoge nuevamente  proyectos relacionados con el ciclo cerrado de cría, sacrificio y procesamiento de pollos hasta su empaque, tanto para la comercialización de los cortes de carne fresca, el suministro al sector hotelero y como materia prima a empresas productoras de derivados -tanto para la Zona Especial de Desarrollo (ZED)Mariel como en varios territorios del país-,  y con la producción industrial de carne vacuna, su procesamiento industrial y la comercialización de cortes especiales, entre otros.

María Dolores Rivero Díaz, directora de Desarrollo y Negocios del Gegan, señala que el grupo tiene también en la cartera de oportunidades proyectos relacionados con la producción de pollo, cerdo, queso mozzarella y ahora se incorporan otros para el ganado menor (ovino, caprino, cunícula) y derivados del pato (paté de hígado, pierna  y pechuga magret), “productos que en un momento se produjeron y por la situación económica del país se dejaron de producir y hoy estamos incentivando nuevamente”, declaró.

Recientemente, en la Feria Internacional de La Habana Fihav 2018,  el interés fundamental fue “priorizar proyectos que están en una etapa avanzada de negociación, con posibilidades de ser firmados este año y aprobados por el país como asociaciones económicas internacionales para la producción de pollo en Pinar del Río, con República Dominicana, por lo cual se revisan los pasos finales para el estudio de prefactibilidad, y luego presentarlo para su aprobación final”.

A su vez, dijo, dos compañías de Dinamarca trabajan en los análisis para producir cerdo, con una posición en Villa Clara y otra en Cienfuegos. En el primer caso hay encadenamiento productivo con el Ministerio de la Industria Alimentaria, porque se cierra el ciclo completo, desde la producción hasta la industrialización. “Lo que se quiere es aumentar la fabricación de productos terminados del cerdo, entre esos, jamón, embutidos, salchichas y otros derivados. Si bien hoy el país no importa carne de cerdo, sí se adquieren en el mercado internacional productos terminados”.

De acuerdo con la directora de Desarrollo y Negocios del Gegan, uno de los dividendos de Fihav 2018 fue identificar nuevos intereses para la producción de cerdo, pollo, ganado de leche y de carne además del intercambio con los proveedores para la renegociación de deudas, obtención de créditos a más largo plazo y diálogos de colaboración.  “Una mejor preparación nos posibilitó mejores resultados en cantidad y calidad”, afirmó la directiva.

Paso adelante y hacia arriba

En la ganadería moderna, explicó Rivero, hay nuevas tecnologías que nos proponen y debemos evaluar, por ejemplo en el campo de la inseminación artificial a tiempo fijo, “común en naciones como Argentina, pero desconocida en Cuba y tenemos un centro de investigación con posibilidades de hacerlo, pero hay un elemento económico y financiero que influye, hay que ir a los proyectos, buscar  alianzas con esas personas que tienen los conocimientos, para poder hacer ese trabajo”. Igual sucede con tecnologías de alimentación no convencionales, como el uso de la semilla del algodón en la ganadería, para lo cual se analiza un proyecto de colaboración para su experimentación.

A juicio de la Directora “hay retos muy grandes para la ganadería, pero nos estamos abriendo a un escenario hasta hace muy poco nos era desconocido. Vamos aprendiendo a sacarle provecho y a prepararnos cada vez mejor para todo el futuro desarrollo ganadero del país”.

Esfuerzo propio

El programa de desarrollo de la ganadería tiene bien identificadas hasta 2030 cuáles son las pautas y qué tiene que lograr, qué se tiene hoy y qué debe obtenerse hasta el 2030, indicó Rivero. “Esa brecha tiene determinadas prioridades. Algunas requieren de la inversión extranjera y buscar financiamiento; otras, las trabajamos con créditos, mientras una parte se hace con financiamiento propio. De esa manera se han revitalizado las tecnologías porcinas, hecho innovaciones en las fábricas de pienso a partir de recursos propios, se proponen nuevos convenios para el ganado menor y se adoptan medidas dirigidas a rescatar la disciplina tecnológica, la reproducción y la genética”.

De hecho, apunta, el Gegan puede cumplir para el 31 de diciembre los planes en la producción de cerdo, de leche y de carne.  En el caso de la avicultura, el cumplimiento depende del alimento, en el vacuno se pueden usar alternativas, pero en la avicultura, no. No obstante, se está produciendo más que lo obtenido en igual fecha del año anterior y no se renuncia al plan.

Para ese rubro, en la feria se negoció un crédito, que tendría que ver con la tecnología y un sistema para el tratamiento de las excretas, que hacen mucho daño, tanto para el medio ambiente como para los operarios que están en las granjas. “Con ese financiamiento podríamos resolver tecnológicamente muchísimos problemas y puntos críticos que hoy tiene la avicultura, lo que redundaría en una mayor producción de huevo y una mejor calidad. No estamos detenidos pero, evidentemente, hay que buscar alternativas y otros esquemas para salir adelante”.

Insoslayable

Un punto ineludible es la relación de la ganadería con el entorno. “Para la ganadería cubana, la Tarea Vida es imprescindible y transversal. No se puede hablar de desarrollo porcino si no se habla del cuidado del medio ambiente, la contaminación, las energías renovables, el uso del biogás,  las semillas de pastos, la genética y el cambio climático. Y aunque estemos aún lejos de eso, tenemos que pensar en una ganadería de bajo carbono”, corroboró Rivero.

Todos esos elementos están incluidos en el Programa de desarrollo hasta 2030: el uso del agua, la eficiencia de las tecnologías que estamos adquiriendo para que sean bombas que trabajen con paneles solares y sistemas que no dañen el medio, e insertado en todos los segmentos productivos.

A juicio de González Torrecillas, para el Gegan es prioritaria la aplicación de toda la ciencia y la tecnología que conduzca al desarrollo. En ese sentido, el Grupo también contribuye al cambio de la matriz energética. Según Rivero, “como política, los organismos rectores nos conducen a que le equipamiento y la tecnología que se compren tiene que estar armonizada con todas esas exigencias. Por ejemplo, lo que estamos trabajando para sistemas de riego, el bombeo y doble bombeo en las unidades, tiene que estar sustentado en energías renovables. Hoy no hay otra manera de hacerlo, eso es parte de la innovación tecnológica, pero es parte también de lo que podamos hacer para mejorar el entorno y la salud de las personas y los animales en una estrecha vinculación con la inocuidad de los alimentos  y la calidad de los productos. Mientras menos agresivo sea su manejo, mejor será para el consumo y los clientes. Esa es parte de la filosofía del grupo”.

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