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25 de Abril  2024 

No por menor…

Genética y alimentación constituyen eslabones esenciales para el desarrollo del ganado menor en Cuba, que dentro de las proyecciones de trabajo hacia 2030 persigue duplicar las producciones


Martes 18 de Septiembre de 2018 | 12:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

En la finca integral agroecológica El olivo, en Viñales, Pinar del Río, el productor Osnel Corrales,  puede elaborar varios tipos de quesos: al olivo, al pimentón, al vino, al romero, semicurado y fresco. Todos tienen algo en común: los producen en una minindustria de referencia nacional con leche de cabra. 

Ese es solo un filón de lo que puede significar el desarrollo en el país de las especies de ganado menor, que incluye ovino, caprino, cunícola y, más recientemente, cuyes. Una de las características de la cría de estas especies en el país, es que el 90% de los animales se concentra en productores individuales, explicó Julio César Vázquez, director de la Empresa de Ganado Menor (EGAME).

Hoy la EGAME tiene la misión de promover a escala nacional del ganado menor, ejerciendo sus funciones con plena autonomía de gestión y aplicando las políticas específicas para cada especie, así como elevar la eficiencia, calidad y competitividad de las distintas actividades de manera sostenible en los ámbitos económico, tecnológico y ambiental, con el objetivo de contribuir a la sustitución de importaciones e incrementar el consumo de proteína animal en la población.

Aunque estas especies se desarrollaron menos que la vacuna, en el país existen centros genéticos y se promueve la introducción de nuevas formas de manejo, con la mirada puesta en el desarrollo acelerado. Según el viceministro de la Agricultura José Miguel Rodríguez de Armas, se considera que la variante más apropiada es la de la rama porcina, donde existen convenios que establecen los centros genéticos y multiplicadores del sector estatal que suministran a los cooperativistas los animales para la ceba, de manera que se puedan multiplicar más rápido las producciones. “En la cría porcina, esa alternativa ha tenido un buen impacto productivo y los volúmenes de carne prácticamente se han duplicado”.

Según declaró el viceministro de la agricultura, “queremos desarrollarlos los tres, porque son diferentes. El ovino tiene sus funciones: la obtención de carne para el turismo y la población; en el caprino predomina la leche, mientras la especie cunícula, brinda una carne muy nutritiva. El ovino y el conejo, son para carne, mientras que el caprino, es leche, con derivados como queso, yogur y leche fluida”.

Tras buenos genes

Como en todas las formas de ganadería, genética y alimentación constituyen eslabones esenciales para el desarrollo del ganado menor en Cuba. A juicio de Pedro Luis del Campo Gómez, director de la Genética Nacional Ovino Siboney, unidad que encabeza el trabajo de desarrollo genético en el país, de forma general, “el ganado menor va por el camino correcto, porque se le está dando la importancia que lleva la genética, pues sin ella no puede avanzar ninguna especie”.

El programa de genética nacional prevé la producción de no menos de 150 sementales y 300 reproductoras para distribuir por el país y vamos a empezar los centros multiplicadores en las provincias para, desde ahí, poder potencializar a los productores privados, es muy importante que cada territorio tenga una pequeña genética como  centro multiplicador para producir allí  y que llegue a cada productor.

De hecho, dijo, se están haciendo los trabajos e introduciendo en cada una de las provincias los sementales y las hembras nuestros. En Sancti Spíritus, Pinar del Río, Ciego de Ávila, La Habana, Mayabeque, Matanzas, ya tienen animales nuestros con identificación genética positiva.

De acuerdo con el director de EGAME, como el 90% de la producción se concentra en productores privados, se requieren modelos de capacitación capaces de llevar a la base productiva los saberes acerca de la necesidad de la mejora genética mediante la inseminación artificial, la alimentación alternativa y su dosificación, entre otros.

La Empresa Nacional de Ganado Menor y el Ministerio de la Agricultura están haciendo un gran esfuerzo en la genética en estas especies, algo que hace un tiempo estaba  detenido y se empiezan a introducir nuevas razas de ovinos de pelo, con los cuales se van a hacer cruzamientos para irlos comparando con el pelibuey y ver si se obtienen piernas con mayor volumen de carne en la canal, con el objetivo de abastecer el turismo y el mercado, agregó del Campo. “Hoy el país importa 44 toneladas de pierna de ovinos y tenemos que garantizar sustituir esas importaciones, buscando animales que sean carniceros y conformen sus piernas como lo exige el turismo, para los diferentes cortes requeridos en la cocina”.

Eres lo que comes

“Si al principio decía que ninguna especie se desarrolla sin la genética, tampoco puede hacerlo sin alimentación. Esa es la mejor genética, la alimentación”, apunta el director de la Genética Nacional Ovino Siboney.

Esa es la razón por la cual en cada uno de los lugares se está promoviendo el fomento de las plantas proteicas, “algo importantísimo porque para nadie es un secreto la situación económica del país y a base de concentrado de pienso resulta muy costoso el desarrollo de  estas especies, entonces hay que buscar alternativas”.

Según del Campo, por ejemplo, el Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (Cenpalab) tiene muchas evidencias de las posibilidades nutricionales de la thytonia, la morera, la moringa y el piñón florido. De ahí que en la Siboney fomente viveros en el área de La Habana, con el fin de emplear esas planta para disminuir el uso del pienso y reducir costos. “Los destetes que estábamos haciendo a los 90 días nos dan un incremento de peso por encima de 150 gramos diarios, eso nos dice que en 90 días podemos destetar el pelibuey, que en el país alcanza 11 kilogramos y ya en la genética, utilizando las plantas proteicas, estamos destetando con más de  17  kilogramos”, ejemplificó.

“Hay que aplicarlo y aplicarlo bien, para que las especies puedan desarrollarse y a la vez, reducir los costos. Esta es una vía y es por eso que algunos campesinos se están desviando del ganado mayor y empiezan a introducir el menor, pues resulta menos costoso y constituye un alimento de elevados valores nutritivos, en conejo y el ovino”, sentenció.

En el Trópico, dijo el viceministro de la Agricultura Rodríguez de Armas,  la ganadería rumiante y los equinos es a base de pastos y forrajes, no hay porqué usar otra variante, quizás en la ceba final, en vacas elites, se pueda dar un poquito de pienso, pero en lo fundamental, entre el 85-90% de la alimentación tiene que ser a base de pastos y forrajes, para aprovechar las bondades del Trópico, la temperatura y la lluvia y alimentar con esa base. En el caso del ganado menor también se usan las plantas proteicas, es un rumiante igual que el vacuno y realmente hace muy buen aprovechamiento de ellas.

Retos

De acuerdo con el director EGAME, en 2018 la empresa tiene muchos retos, en su misión y en su visión.“El año pasado, de un plan de producción de 4 300 toneladas, se produjeron 4 368. Este calendario nos propusimos un salto productivo, y de una planificación de 4 500 toneladas, estamos trabajando para producir 4 800 de carne, de ellas 420 con destino al turismo, como rubro que sustituya importaciones.

Sin embargo, comentó que “el reto más grande, más que cumplir con ese plan, es lograr que los productores nuestros, produzcan alimentos para nuestras especies”. Solo así podrá alcanzarse el primero.

Por otra parte, consideró que tecnológicamente, el salto más grande no está en el equipamiento sino en el  manejo y la mejora genética, con la importación de sementales ovinos para cruzar con el pelibuey. A su vez, como idea conceptual, se trabaja en la adquisición de semen, con el objetivo de refrescar la raza en el caprino.

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