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Hojas de Ruta para conservar la biodiversidad

Con el IV Taller Técnico Regional para América Latina y el Caribe de la Iniciativa Global Financiamiento para la Biodiversidad


Miércoles 20 de Junio de 2018 | 12:00:00 AM 

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Muy explícito resultó el mensaje del Secretario General de la ONU con motivo del Día Internacional de la Diversidad Biológica, cuando expresara que nuestro futuro común depende de que los gobiernos, empresas y la población de todo el planeta actúen para proteger la naturaleza que nos sustenta.

Este año las partes del Convenio sobre esa materia comenzarán a trabajar en un nuevo plan de acción para velar porque en 2050 la biodiversidad se valore, se conserve, se restaure y se use sabiamente en beneficio de todas las personas, por lo cual el mundo entero debe sumarse a esta iniciativa.

Indicó el funcionario que la rica variedad de la vida en este globo terráqueo es fundamental para el bienestar y la prosperidad de la población actual y de las generaciones venideras, y precisó que hace 25 años las naciones del mundo acordaron el Convenio sobre la Diversidad Biológica cuyos objetivos son la conservación mundial de la biodiversidad, la utilización sostenible de esta y la distribución equitativa de sus beneficios.

Algo imprescindible para alcanzar las metas de desarrollo sostenible, pues la protección y restauración de los ecosistemas  y el acceso a los servicios ecosistémicos son necesarios, más bien imprescindibles, para erradicar el hambre y la pobreza extrema.

 La reducción de la deforestación, de la degradación de las tierras y el aumento de las reservas de carbono en los bosques, las tierras áridas, los pastizales y las plantaciones son ineludibles para mitigar los efectos del cambio climático. Además, la protección de la biodiversidad de los bosques y las cuencas hidrográficas contribuye a que  dispongamos de un suministro abundante  de agua limpia.

Estos son solo algunos beneficios. No obstante, a pesar de estar conscientes de eso, la pérdida de la biodiversidad persiste en todo el planeta. La solución es redoblar los esfuerzos  y afianzar los logros.

En esa línea trabaja el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para incentivar la cooperación en esa esfera, de acuerdo con las reflexiones sustentadas en el IV Taller regional para América Latina y el Caribe de la Iniciativa Global de Financiamiento para la Biodiversidad, Biofin, que recientemente sesionó en la capital cubana.

Soledad Bauza, coordinadora-residente adjunta del PNUD en Cuba, durante el cónclave destacó el papel de la Mayor de las Antillas como facilitador de este diálogo regional y señaló a la Tarea Vida -Plan del Estado cubano en el enfrentamiento al cambio climático- como paradigma y medio propicio para viabilizar la participación de Biofin en los esfuerzos de esta isla caribeña a favor del entorno natural.

El encuentro permitió  apoyar la celebración del aniversario 25 de las acciones por la Diversidad Biológica, asunto clave para el logro de los Objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible (ODS) al 2030, en específico lo relacionado con la financiación para un progreso sustentable.

Informes públicos reconocen que el consumo y la producción desmedida estresan los ecosistemas más allá de sus límites de regeneración, por lo cual los ODS llaman a contribuir  al avance sostenible con una visión multidimensional en una ruta combinada hacia la prosperidad mundial, el bienestar del ser humano y la salud del planeta.

En ese complejo camino, la manera en que gestionamos los ecosistemas del planeta y los bienes y servicios que estos ofrecen constituye un elemento clave. Por ejemplo los ODS 14 y 15, referidos a los océanos, los recursos marinos y los ecosistemas terrestres, reconocen la necesidad de que los pequeños estados insulares y los países en desarrollo  aumenten los beneficios económicos resultantes del uso sostenible de los recursos naturales, al tiempo que fortalezcan la integración de los valores de los ecosistemas y la biodiversidad en la planificación, los procesos de desarrollo y la contabilidad nacional.

El PNUD, como red mundial de desarrollo de las Naciones Unidas, apoya la implementación de estos objetivos, y pone a disposición de los países los más de 40 años de experiencias y conocimientos acompañando los procesos de integración de consideraciones ambientales y enfoques sobre la gestión sostenible de la diversidad biológica en los planes y estrategias de desarrollo a nivel nacional, sectorial y local.

Cuba cuenta con un Plan nacional de desarrollo al 2030, el cual define ejes estratégicos, entre estos, uno que aborda los temas de medio ambiente y los recursos naturales, con objetivos como el que se centra precisamente en la sostenibilidad financiera en el uso y conservación de los recursos naturales y el medio ambiente, la lucha contra la contaminación y el enfrentamiento al cambio climático.

“Para el PNUD en Cuba es de gran orgullo contribuir a las prioridades de ese plan y en particular, de ese propósito. Tenemos el compromiso y disposición de continuar acompañando al país en la movilización de recursos de la cooperación internacional en apoyo a la implementación de la Tarea Vida, para responder a los impactos del cambio climático y fomentar un desarrollo resiliente”, señaló la funcionaria.

Y añadió que  en esta isla antillana por más de 25 años el PNUD en alianza con socios de la cooperación internacional (bilaterales y multilaterales),  ha apoyado la conservación de la biodiversidad y la incorporación de la dimensión ambiental en la planificación sectorial y territorial, como condición básica para un desarrollo sostenible.

 Citó desde estudios y acciones de conservación de la biodiversidad y los ecosistemas,  hasta la adaptación basada en el incremento de la resiliencia ante los efectos del calentamiento global. Entre sus resultados más sobresalientes destacó el fortalecimiento del Sistema Nacional de Aéreas Protegidas y el de Alerta Temprana, el Manejo Sostenible de Tierras y el Integrado Costero.

“Actualmente se apoyan varias iniciativas para aplicar herramientas metodológicas y soluciones financieras que fortalezcan la dimensión económica en las decisiones relacionadas con la diversidad biológica y los recursos naturales, por ejemplo la valoración de bienes y servicios de los principales ecosistemas cubanos, en lo cual Biofin se involucra como parte de este favorable contexto nacional de políticas.     

“Las instituciones y actores a todos los niveles que participan en estos procesos se apropian y comprometen con el fortalecimiento de alianzas entre los variados sectores que intervienen, el ambiental, productivo y de servicios en el manejo y gestión de los recursos naturales, financiero, bancario, y de economía y planificación. Un enfoque gradual, adaptable e innovador que ha permitido la implementación exitosa de Biofin”, aseveró la experta.

Entre los temas examinados en el Taller en La Habana se encuentran la producción de resultados mejorados; la reasignación de recursos; la evitación y ahorro de costos; la innovación en la movilización de recursos y valoración económica; así como la institucionalización, metodología y discusiones abiertas.

Cuba en Biofin

América Santos, vicetitular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba (Citma), exaltó la importancia de participar en esta iniciativa lanzada por el PNUD en 2012, la cual tiene una total convergencia con los esfuerzos que realiza la Mayor de las Antillas para que las metas de la biodiversidad tengan un soporte económico efectivo.

“Por esto -explicó- diseñar una estrategia de movilización de recursos mediante un plan financiero nos da una herramienta para facilitar las inversiones en biodiversidad bajo el principio de la sostenibilidad, a la vez que fomenta el desarrollo socioeconómico”.

Afirmó que esta iniciativa converge y resulta compatible con los esfuerzos del país para favorecer y controlar las amenazas principales a la diversidad biológica, prioridad que está reflejada en varios documentos de política y estrategias de la nación como la conceptualización del modelo económico y social de desarrollo socialista, el Plan nacional hasta el 2030 (uno de sus ejes  estratégicos es el relativo a los recursos naturales y medio ambiente).

También citó a los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, las metas nacionales contenidas en el programa de Diversidad Biológica 2016- 2020, los compromisos contraídos a nivel internacional con el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático -Tarea Vida-, así como los ODS y las metas de AICHI.

En esos documentos y acciones se refleja como una prioridad contribuir a detener el ritmo de pérdida de la diversidad biológica cubana  a partir de su conservación y uso sostenible como aporte significativo al bienestar humano, la adaptación al cambio climático y el mantenimiento de los bienes y servicios que suministran los ecosistemas.

“Resulta decisivo también continuar trabajando en lograr una conciencia ambiental sobre la necesidad de defender la biodiversidad como  base del desarrollo socioeconómico de la nación”, apuntó la Viceministra.

 Destacó los avances en el desarrollo de la metodología para mejorar los efectos para la diversidad  mediante el uso de las finanzas y la economía que garantizará su implementación, y agradeció a Biofin (Iniciativa para el Financiamiento de la Biodiversidad) y al PNUD por la asistencia técnica sostenida que ofrecen y la integración y complementariedad lograda entre el organismo coordinador y los entes rectores participantes.

Manifestó el interés del país por incorporarse al proyecto regional Biofin II dirigido al tema de compensaciones monetarias por pérdida de biodiversidad asociada a la evaluación del impacto ambiental.

Financiar la biodiversidad

Onno van den Heuvel, gerente de Biofin, declaró a Opciones que en la primera fase de trabajo de ese mecanismo se hicieron algunas evaluaciones del concepto de biodiversidad para los países, cuánto se ha invertido y cuánto habrá que gastar en el futuro y, lo más importante constituyó la elaboración de un plan financiero en el cual se infiere la posibilidad de movilizar más recursos.

“Esto -dijo- a partir de fuentes nacionales  e internacionales, del sector público y privado, utilizando los mecanismos existentes o quizás incorporando otros nuevos, empezando por lo programado en cada uno de los países. Pero ahí no nos detendremos, en esta segunda fase el objetivo será poder concretar cuáles son los mejores mecanismos o soluciones financieras que las naciones pudieran aplicar”.

Ilustró con las compensaciones por peligro de biodiversidad, o cómo promover obras de conservación en un lugar donde se piensa construir una carretera, o la elaboración de presupuestos sobre la base de resultados, entre otras acciones a nuestro alcance, y también citó la incorporación del concepto conocido como inversiones de impacto, que refleja al sector privado no solo interesado en ganancias o utilidades, sino también en los impactos.

“Ya se ha logrado hacer esta evaluación y cada país debe decidir qué soluciones de financiación aplicar, pues son estos quienes deciden qué van a hacer y cómo. Ante el mundo que hoy vivimos, Biofin demuestra que existe un vínculo muy estrecho entre la conservación de la naturaleza y el cambio climático, la primera desempeña un papel muy importante al mejorar nuestros bosques se puede retener más carbono y todo en función de adaptarnos a la nueva situación climática.

“Otro ejemplo está en el fomento de la conservación de las costas, muchos países incrementan sus manglares para que sirvan de barrera de protección, no hay dudas de que la naturaleza juega un papel muy importante en esto, así que nos toca fomentar más su integración, preparar los financiamientos y a la vez contribuir en materia de biodiversidad con un efecto positivo en las actividades de mitigación, adaptación y enfrentamiento al cambio climático.

“En un país como Bután, cuando se inició este proyecto, el gobierno muy sabiamente exigió combinar todas las estrategias y las soluciones a ambas, a la biodiversidad y al cambio climático. Y esto con una prioridad máxima en la reducción de la pobreza, pues no deberíamos olvidar nunca a las personas, que son  el centro y la razón misma de nuestro quehacer”, concluyó el ejecutivo de Biofin.

Adriana Dinu, coordinadora ejecutiva y directora del PNUD/GEF, se refirió al éxito de este programa en la tarea de aunar las finanzas, de decidir cómo mejorar la eficiencia y la entrega de los fondos a partir de una mayor planificación de los recursos para que identifiquen las prioridades en esta materia, así como eliminar los gastos y costos innecesarios futuros.

“Lo principal era la lista de soluciones financieras que estaban proponiendo en los países con énfasis en las más innovadoras y teniendo en cuenta las lecciones aprendidas de los diferentes Estados de la región para diseñar los instrumentos de política que van a acompañar estas propuestas y así mejorar la capacidad que permitirá que estas se implementen”, afirmó.

Algunos de los aspectos más significativos examinados en el taller fueron los de la institucionalización donde se conoció las experiencias de Belice, Cuba y Costa Rica, acerca de cómo aunar los diferentes organismos involucrados en la preservación del medio ambiente para que creen una plataforma, por ejemplo, los ministerios de finanzas, economía y planificación, entre otros.

“En marzo hubo un taller global para Biofin  donde se lanzaron  un catálogo de opciones innovadoras por primera vez en el mundo, muy abarcadoras, 150 soluciones para financiar la biodiversidad, ahora para avanzar a la segunda etapa se determinan las prioridades que se les darán a estas medidas o respuestas en los países junto con los planes de acción para la implementación y las adecuaciones que hagan falta”, apuntó Dinu.

“He estado muy impresionada del liderazgo del Gobierno cubano y del sentido de responsabilidad en este tema desde el nivel más alto, como lo ejemplifica la Tarea Vida”, insistió.

“Para la fase segunda del proyecto Biofin a nivel global el financiamiento es de 29 millones de USD pero esto cubrirá más de 30 naciones y esperamos lograr mucho más; ahora estamos examinando los planes de acción por cada país y evaluando los resultados en cada uno”, precisó la funcionaria.

Temas como las plataformas para las compensaciones y multas por pérdida de la biodiversidad a partir del análisis del impacto ambiental, o la optimización de fondos ambientales patrimoniales, la evolución y diversificación de las políticas para tarifas por uso de áreas protegidas, el desarrollo de acuerdos sectoriales público privados de producción limpia con guías sobre biodiversidad, en particular para medios agrícolas básicos, la importancia de la institucionalización, el apoyo a estrategias de biocomercio, sus retos y fortalezas, fueron también incluidos en el evento en La Habana.  

Biofin es una alianza colaborativa de alcance mundial administrada por el PNUD, que aplica una metodología basada en evidencias, con el fin de mejorar los efectos para la biodiversidad biológica, mediante el uso de las finanzas y la economía.

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