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28 de Marzo  2024 

Secretos de veguero

Sus cosechas de tabaco se ubican entre las mejores del país con 2,4 toneladas por hectárea (ton/h), incluso hasta 2,7 en la última campaña


Miércoles 16 de Mayo de 2018 | 12:00:00 AM 

Autor

Amado de la Rosa Labrada

Fiel continuador de la tradición familiar de cosechar buen tabaco, no es casual que el campesino pinareño Máximo Pérez Pérez obtenga hoy los mejores rendimientos de ese cultivo en Cuba, que median entre 2,2 y 2,4 toneladas por hectárea, incluso hasta 2,7 tn, de acuerdo con el comportamiento del clima, según sus experiencias.

Tales resultados lo ubican entre los más sobresalientes productores agrícolas del país; sin embargo, considera que su logro más importante es la estrecha relación de trabajo que mantiene con la Estación Experimental del Tabaco, de San Juan y Martínez, en la provincia de Pinar del Río.

“En esa institución, subraya, laboran personas bien calificadas; científicos ligados con el cultivo del tabaco, empeñados en lograr nuevas técnicas, mejores métodos de labranza, y variedades de mayor calidad y rendimientos; entre ellos hay buenos genetistas, y cuando uno se alía a la ciencia y tecnologías de avanzada, aprende y se beneficia llevando a la práctica esa sabiduría.

“Se trata de un importante talento de hombres de ciencia, quienes nos trasmiten sus conocimientos y experiencia en este campo; junto a ellos podemos entender y adentrarnos en esa cultura legendaria del tabaco; nos ayudan a obtener la explicación científica sobre los avances más novedosos que al aplicarlos se logran resultados asombrosos”.

Máximo –hoy con 48 años de edad-, no olvida que desde los 14 se hizo cargo de la finca El Rosario, fundada por sus abuelos, en el actual municipio pinareño de San Juan y Martínez, la cual tienen asociada a la Cooperativa de Créditos y Servicios Tomas León, donde ya realiza la campaña tabacalera número 34, siempre con buenos dividendos.

“Aquí, recalca, hemos alcanzado hasta 2,7 toneladas de la aromática hoja por hectárea, cifra que casi duplica la media registrada por el resto de los productores en los últimos años”.

Explicó que las hojas cosechadas del llamado tabaco de sol –después de una primera fermentación en la casa-, las entregan al Grupo Empresarial TabaCuba, “que nos contrata toda la producción; dispongo de unas cuatro hectáreas para ese cultivo y  estoy entregando entre 10 y 12 toneladas, lo cual significa rendimiento alto”. En esa región la media fluctúa entre 1,4 tn, y 1,5 tn, por hectárea.

Disposición y experiencia

Diez trabajadores contratados lo acompañan en las faenas cotidianas; la mayoría con más de 15 años junto a Máximo Pérez, “porque como mismo se cultiva el tabaco,  también hay que cultivar el interés y la disposición de las personas que nos siguen en esta labor tan compleja, porque una vega de tabaco es una escuela constante.” comentó.

“Se necesitan, señaló, que los trabajadores conozcan las especificidades de su labor agrícola, y hay que enseñarle a los que comienzan cada uno de los pasos necesarios para lograr los mejores resultados, por ello es muy importante la experiencia de quienes ya han intervenido en cosechas anteriores, mejor aún si lo han hecho varios años ininterrumpidamente.

“Para que nos sigan, reiteró, es importante ofrecerles un buen trato, ajustar y enseñarles cómo queremos que se trabaje aquí; brindarle buena remuneración económica y vinculación con las utilidades, para que se sientan realizados económicamente mediante un salario que cubra una buena parte de sus necesidades en el hogar”.

Comentó que en las actividades cotidianas lo asiste además su esposa, “quien lo mismo ensarta hojas recolectadas, que hace el almuerzo para todos los trabajadores, mientras mis dos hijas ya graduadas de la universidad -una licenciada en español y la otra en estudios socio-culturales, cumplen sus compromisos con la sociedad-, siempre que pueden nos dan una mano en la finca.

“Ellas tienen deseos de seguirme. Pero sugerí que mientras no sea imprescindible, continúen ejerciendo como maestras porque fue su sueño desde niñas; no obstante, una de ellas quiere aprender y la voy enseñando poco a poco, no porque lo sepa todo; en lo personal considero que nunca terminamos de aprender”.

Reto personal

Comentó que en lo íntimo “me satisface mucho el reto que me impone el tabaco como cultivo, un ejercicio muy exigente, que siempre pone obstáculos y convoca a demostrar habilidad y sabiduría, así como establecer una competencia constante con el productor.

“Hoy puedo sentirme satisfecho con los rendimientos productivos, pero tengo una gran deuda conmigo mismo: estoy convencido de que en el cultivo del tabaco se puede lograr más. Varias veces me han propuesto para el Premio Habano, estar nominado es ya un logro. El año pasado recibí el premio como Maestro Tabaquero de la revista La Boutique del Fumador. Me eligieron por mi trayectoria en el sector”.

Sus tierras como todas las del macizo tabacalero de San Juan y Martínez se caracterizan por presentar niveles bajos en materias orgánicas, suelos ácidos, “pero parece que la naturaleza nos dio el complemento perfecto para que nuestro tabaco tenga las condiciones organolépticas correctas”, afirma.

Máximo Pérez vive firmemente convencido de que para ser un buen productor “lo primero es que a cada quien le guste lo que haga; en mi caso, tengo como profesión lo que llevo por vocación; si usted trabaja bien, el capital llega solo; pero hay que dedicarle las atenciones requeridas pues para lograr una buena campaña de tabaco hay que atarse al surco desde el principio hasta el fin de la cosecha”.

Ve el futuro con optimismo y afirmó que los productores de referencia reconocidos por el Instituto de Investigaciones del Tabaco, “somos los encargados de trasmitir, de seguir enseñando, de aplicar la ciencia y los métodos para no dejar morir la cultura del tabaco; para que por siglos el habano se mantenga como nuestro embajador por excelencia.

“El tabaco para mi es todo; no concibo mi vida sin tener una planta de tabaco porque es cultura, tradición, historia y cubanía; degustar un habano es también muy buen aliado para los momentos de tedio porque además contribuye a reflexionar y aliviar el estrés”.

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