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Con sogas y cordeles, cerrar ciclos productivos

La Empresa de Fibras Naturales aprovecha la experiencia en el manejo del henequén para renovarlo e incorporar otras plantaciones


Miércoles 16 de Mayo de 2018 | 12:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Cordeles tabaqueros artesanales para la producción de tabaco; hilos sintético y de henequén destinados a los servicios integrales de la agricultura, la ganadería y el grupo Tabacuba; y la soga de tres pulgadas de polipropileno para los puertos de Occidente, son algunas de las producciones de la Empresa de Fibras Naturales,  donde crece la diversificación que los hace ocupar cada vez mayores espacios.

Surgida en 2016, a partir de un reordenamiento del sistema dedicado al cultivo y procesamiento artesanal e industrial del henequén, la entidad que tiene como nombre comercial Fibra Forte experimentó un proceso de renovación de enfoques, modos de pensar y hacer que, a partir de los resultados alcanzados, el camino escogido puede dar mayores frutos.

“Se tomó  la decisión de crear una  institución que se encargara de enriquecer, proteger e  incrementar las fibras naturales. La empresa surgió a partir de las henequeneras existentes y cuenta hoy con cinco unidades empresariales de base, ubicadas en Mariel, Artemisa;  Matanzas y Cienfuegos dedicadas a cultivar y desfibrar; y una industria  procesadora también en la Atenas de Cuba”, explicó Xiomara Baños, directora comercial de la empresa.

Los surcos de henequén

Esta empresa se creó para fomentar, cuidar y proteger el henequén. En Cuba existen en la actualidad unas 1 300 hectáreas en producción y otras 1 300 en fomento, que se incrementarán progresivamente a un ritmo de 260 anuales. “El henequén, que comienza en el vivero, va a existir en la medida en que sepamos sembrarlo, fomentarlo y cultivarlo, para poder cosechar en cinco años una producción adecuada”, sostiene Baños.

De acuerdo con Enrique Almeida Ruiz, director general, la principal estrategia de la empresa y sus 500 trabajadores -de ellos, el 80 % vinculado a la producción-,  es seguir sembrando henequén y mejorar el existente.

Las nuevas áreas sembradas tienen una sobrevivencia superior al 95 %, pues se le ha inyectado tecnología en la preparación de tierra, que las plantas que se llevan al campo sean vigorosas y se emplean fertilizantes, entre otras acciones, lo que ayuda a que el cultivo se desarrolle. “A la vuelta de cuatro o cinco años, el resultado será muy superior, pues hasta ahora nos concentramos en reorganizar el sistema productivo y mejorar las atenciones culturales”, dijo el Director.

El principio es que el país no importe fibras, para eso “existe un programa de desarrollo y en dependencia del interés que le pongamos, junto con lo que se importa de fibra sintética, vamos a ir satisfaciendo la demanda”, explicó la directora comercial.

En 2017, afirma el Director, se incorporó experimentalmente un nuevo clon, más productivo que el existente y cuya piña permite producir mayor cantidad de preparados medicinales. Este experimento, estudiado por el Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova, se está tratando de llevar a fase de vivero y a partir de ahí comenzaría un proceso a mediano y largo plazos, pues el primer corte, donde pueden obtenerse entre 14 y 15 hojas, se da a los cinco años.

Entre sogas y cordeles

El  desarrollo de la rama agrícola para disponer de mayores volúmenes de materia prima es una prioridad, pero no la única. Otro de los conceptos principales es cerrar los ciclos productivos: desde el vivero hasta el resultado final. La empresa produce de forma artesanal el cordel tabaquero, elaboraciones industriales como sogas e hilos de diferentes calibres -según su destino-, a partir del henequén y fibras sintéticas, entre estas, el polipropileno.

Aunque la tecnología es obsoleta, la calidad de la mayoría de los artículos terminados es elevada.  A juicio del director general, Enrique Almeida Ruiz, podrá pensarse en una renovación industrial cuando los volúmenes productivos de la hoja así lo requieran. “Hoy se están produciendo en el país entre 510 y 520 toneladas de henequén, con muy poca merma, pues se hacen cordeles artesanales, brochas y plumeros, dado que no toda la fibra reúne los requisitos para el proceso en la industria”, dijo.

Entre sus clientes principales, en más de un surtido se incluye el grupo Tabacuba, dedicado a la producción agrícola del tabaco y su procesamiento industrial. Hacia ese destino, en 2017 entregaron más de un millón de cordeles para las pacas de tabaco. De acuerdo con Xiomara Baños, directora comercial, como resultado de la diversificación, las ventas se duplicaron hasta alcanzar unos 9 000 000 de pesos en el pasado calendario y podrían llegar en 2018 a cerca de 12 000 000.

En algún momento, explica Baños, exportamos fibras, sin embargo, en la actualidad tienen una alta demanda a nivel nacional para producciones de gran importancia y algunos renglones específicos contribuyen a la sustitución de exportaciones, por lo que decidimos cerrar ciclos productivos con nuestras sogas y cordeles. “El Grupo Empresarial Agroforestal (GAF) está inmerso en la exportación de carbón y los hilos del tipo 400-1 tienen ese destino”.

La soga de tres pulgadas tiene como cliente exclusivo al sistema de puertos, para la manipulación de decargas. En esos dos últimos casos de sustituyen las importaciones de estos recursos hacía el país.

Otras salidas

En el suelo donde crece el henequén, generalmente de roca porosa de coral con poca tierra o margo-arcillosos, con afloramientos frecuentes de piedra caliza,  es muy difícil obtener otros cultivos. Sin embargo, la diversificación no se ha limitado al mundo de las fibras, en el que reconocen les queda mucho por hacer.

Multiplicar las producciones significa eficiencia en el aprovechamiento de los espacios y representa ingresos económicos tanto para la empresa como los productores.  En ese camino, fomentan la ganadería, carpintería y la producción de carbón vegetal, “lo que nos ha permitido capitalizarnos y obtener los principales renglones para los insumos y la atención a los trabajadores”.

A su vez, indica el Director, se ha reorganizado la fuerza de trabajo, rescatado los antiguos criterios de la labor por finca de los henequeneros, buscando un arraigo a la tierra”. Aunque un grupo de actividades agrícolas utilizan mecanización, buena parte de las acciones son manuales, lo que demanda de mucho esfuerzo de los trabajadores.

“Queda un largo trecho por andar para lograr lo que aspiramos y año tras año tendremos que ir incursionando en nuevos métodos y sistemas que garanticen que los trabajadores se sientan a gusto y el proceso productivo sea cada vez más eficiente”, dijo Baños.

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