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Traje al detalle para múltiples bordadores

La diversidad biológica es un concepto complejo, con diferentes actores y responsabilidades estatales y civiles varias. Su pérdida ha sido identificada como problema ambiental principal en el país y,por tanto, requiere de una plataforma estratégica de seguimiento y control


Jueves 23 de Febrero de 2017 | 01:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Más que a pegar el grito en el cielo, la alerta de expertos sobre los peligros que amenazan a la flora existente en el país, invita a la sociedad toda a centrar el tiro en la urgencia de atender con celeridad e integralidad el asunto.

La lista roja de la flora de Cuba, un estudio realizado por unos 80 especialistas de más de una treintena de instituciones nacionales a más de 60 % de la flora existente, arrojó que casi la mitad de esta se encuentra en peligro de extinción.

En su segunda edición, el documento indica que pese a ser una de las floras insulares más diversas del orbe, ha perdido parte de su riqueza al tener declaradas extintas 25 especies florísticas, a la vez que 20 % se encuentra en peligro crítico. Los estudiosos destacan que aunque más de 70 % de la flora amenazada se encuentra bajo algún grado de protección dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, queda buen trecho por andar en la conservación de la diversidad y sobre todo en materia de especies exóticas invasoras, deforestación, fragmentación, ganadería no amigable con el entorno, la forestación y la agricultura, consideradas las principales causas que afectan el cuidado de la flora.

Pinar del Río, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo son las provincias con mayor número de especies en peligro, por lo que se deben incrementar las acciones en aras de la sostenibilidad del medio ambiente y de la diversidad biológica.

Una realidad, un programa

La diversidad biológica, consideran especialistas, es un concepto complejo, con múltiples actores y responsabilidades estatales y civiles. Su pérdida ha sido identificada como problema ambiental primordial en el país y, por tanto, requiere de una plataforma estratégica de seguimiento y control.

Movilizar a la sociedad, organismos, ministerios, instituciones y ciudadanos en torno a la defensa de la biodiversidad es el objetivo del Programa Nacional sobre la Diversidad Biológica (PNDB) 2016-2020, que constituye la principal plataforma para implementar la política ambiental cubana en los años por venir.

Al dar a conocer el documento la representante residente adjunta del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Soledad Bauza, valoró la importancia de este programa, principal plataforma de acción para la implementación de los objetivos estratégicos definidos en la política ambiental para enfrentar la pérdida de especies.

“El programa no solo responde a uno de los compromisos contraídos con la Convención sobre la Diversidad Biológica, sino que representa el mecanismo para integrar las acciones de conservación y uso sostenible de la diversidad biológica en el país, con metas y objetivos pertinentes, definidos, alcanzables y estratégicamente importantes”, consideró durante la presentación del documento la doctora en Ciencias Daysi Vilamajó, del Instituto de Ecología y Sistemática, que codirigió la confección de este instrumento programático junto con a otras instituciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).

El PNDB se traza cinco objetivos estratégicos generales: abordar las causas subyacentes de la pérdida de la diversidad biológica, controlar las amenazas principales a la diversidad biológica y fomentar su utilización sostenible, promover la conservación de ecosistemas, hábitat, especies y genes, favorecer la restauración y conservación de los ecosistemas que proporcionan servicios esenciales y mejorar las capacidades nacionales para la ejecución del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Conformado por 20 metas nacionales insertan junto al Citma, como organismo rector, a cada una de las entidades responsables de cada una de las metas y establece el plazo de su cumplimiento, así como los indicadores que medirán los progresos.

Nada le es ajeno

Pudiera pensarse que el sector de la salud humana es ajeno a la diversidad, pero no es así. El nuevo programa, elaborado bajo la conducción del equipo coordinador del proyecto

GEF/PNUD Plan Nacional de Diversidad Biológica para apoyar la implementación del Plan Estratégicodel Convenio sobre la Diversidad Biológica 2011–2020 en la República de Cuba, orienta concluir el levantamiento y diagnóstico de las principales fuentes fijas de contaminación atmosférica y comenzar la estimación de las emisiones, acción que tiene entre sus participiantes al Ministerio de Salud Pública.

Al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), por su parte, le corresponde incrementar la cobertura de tratamiento de residuales líquidos, realizando las inversiones necesarias tanto en la construcción de nuevas capacidades, como en el mantenimiento y reparación de los sistemas existentes, con especial énfasis en los sectores doméstico, industrial, agropecuario, farmacéutico y hospitalario.

Asimismo,  debe  lograr efectivos funcionamiento, rehabilitación y mantenimiento de los sistemas de tratamiento de residuales construidos en los principales objetivos económicos y sociales, considerando obligatoria su inclusión en las nuevas inversiones que así lo requieran y que deben, prioritariamente, contar con las tecnologías ambientalmente más avanzadas, así como garantizar un control sistemático de los principales fuentes contaminantes de las aguas terrestres y marinas, logrando su caracterización y mantener la adecuada exigencia por el cumplimiento de las medidas que conduzcan a atenuar y eliminar su efecto nocivo.

Pensando en el mañana

Dada la universalidad del  vital asunto, hay tareas para casi todos. Según proyecta la Meta 5, se gestionan, de manera sostenible, zonas destinadas a agricultura y silvicultura, a partir de la aplicación efectiva de herramientas de ordenación jurídica y territorial.

Al Ministerio de la Agricultura, rector de la actividad agropecuaria en el país le corresponde entonces controlar que, al menos en  80 % del patrimonio forestal del país, se monitoreen los indicadores de manejo forestal sostenible y al menos 35 % de las áreas boscosas de montaña bajo regímenes de explotación sostenible.

Manejar sosteniblemente, al menos el 30 % de las tierras de producción de café y cacao, incluido el uso de diferentes especies vegetales para la creación de una sombra diversa e incrementar el área que se encuentra bajo manejo sostenible de tierras, priorizando las zonas montañosas, también son tareas de su competencia, al igual que desarrollar acciones que contribuyan al manejo integrado agroecológico de plagas así como completar y actualizar los proyectos de ordenación en 76 % de las áreas del patrimonio forestal.

La meta 4 pone esperanzas en que “se recuperan los ecosistemas marino-costeros y acuícolas mediante una gestión sostenible”. Por ello responde el Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal) el cual deberá, en el plazo fijado por el programa, desarrollar acciones como identificar en las zonas de pesca de las especies más vulnerables a la pesca y establecer límites de captura para al menos el 20 % de estas;  actualizar el marco legal que regula para los recursos acuáticos las actividades en áreas de cría, las pescas en zonas de desove, nuevas tallas mínimas de captura, vedas anuales en períodos reproductivos y el uso de artes de pesca no agresivos al medio ambiente, delimitar las responsabilidades de los diferentes actores en relación con el uso sostenible y el control del marco legal vigente de los recursos acuáticos.

Para alcanzar los objetivos deseados el organismo deberá también realizar una evaluación del uso de artes de pesca masiva y el cumplimiento de las regulaciones pesqueras establecidas y estudios especiales de los golfos de Batabanó,  de Guanacayabo y de Ana María,  de gran significación económica y social; fortalecer y complementar los mecanismos para el control de la actividad pesquera no estatal (deportiva, recreativa y comercial) y de autoconsumo social, así como establecer los procedimientos normativos para la creación de cooperativas no agropecuarias para la actividad pesquera y acuícola, entre otras.

Como traje a la medida de las necesidades nacionales, este programa incluye también las acciones necesarias para la sensibilización y la transmisión de conocimientos a toda la sociedad, de modo que no se deshaga por un lado el futuro que se quiere construir para todos, sin perder ni una especie más.

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