Viernes
29 de Marzo  2024 

Un modelo de gestión más solidario y sostenible

Hasta hace apenas un lustro, las cooperativas en Cuba eran exclusivas de la rama agropecuaria, pero con la renovación del modelo socioeconómico del país, esas formas de gestión no estatal se abren paso en una gran multiplicidad de sectores


Miércoles 08 de Febrero de 2017 | 01:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

Aún con reconocidos antecedentes en el desempeño socioeconómico cubano, las cooperativas resultan novedosas para la multiplicidad de actores que hoy, junto a la empresa estatal como protagonista principal,  desempeñan un papel estratégico en el escenario del país.

Y es que hace apenas unos cinco años, estas habían sido exclusivas de la rama agropecuaria, hasta que con la aprobación de los Lineamientos Económicos y Sociales del Partido y la Revolución esa forma de gestión se extendió a otros sectores y hoy transitan ese camino más de 390 Cooperativas No Agropecuarias (CNA).

Sistematizar, examinar y evaluar la marcha de una experiencia que con sus logros y deficiencias, se enrumba hacia la consolidación, es tarea de varios organismos de la administración central del estado e instituciones del país, involucrados en este proceso como ocurre con el ministerio de Comercio Interior (Mincin), al cual corresponde una buena parte de las entidades creadas.

Según trascendió en un reciente taller nacional sobre el tema, efectuado en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba, con representantes de las CNA, del Mincin, del sistema empresarial y de los sindicatos, entre otras organizaciones, de las 498 cooperativas autorizadas por el Consejo de ministros, 399 ya fueron constituidas, dos de las cuales se extinguieron, por lo que hoy funcionan 397  (el 62 % pertenece al comercio y la gastronomía).

Se anunció que en los próximos meses deben crearse unas 90 CNA, vinculadas a las transformaciones de la gastronomía en La Habana, teniendo en cuenta el cumplimiento de varios de los propósitos que posibilitan extender la experiencia hacia buena parte de las entidades estatales en ese sector y a todas las referidas a las prestaciones y los servicios personales y técnicos.

Uno de los objetivos por los que desde 2013 funcionan de forma experimental las CNA  es el de descentralizar la actividad empresarial y dar espacio a nuevas formas de gestión no estatal, además de liberar al Estado cubano de determinadas obligaciones, propiciando que este pueda concentrarse en las líneas fundamentales de desarrollo del país,

Las CNA ofrecen una alternativa de gestión diferente que favorece servicios claves para el avance socioeconómico del país, sirven de fuente de empleos productivos, solidarios y sostenibles y contribuyen también a mejorar los niveles de eficiencia en esferas muy vinculadas con la atención directa a la población como el comercio y la gastronomía, que ganan en eficacia y variedad de las ofertas, al transferirse los establecimientos estatales a manos de las cooperativas, un proceso que se implementa de manera gradual.

Grisel Tristá Arbesú, jefa del Área de Perfeccionamiento de Entidades de la Comisión Permanente para la Implementación de los Lineamientos, recordó en una conferencia durante el evento que el surgimiento y desarrollo de esta forma de gestión no estatal se basa en lo acordado en el VI y el VII congresos del Partido y resulta un experimento que se consolida, un proceso en el que se está validando lo definido en la política aprobada y en las normas jurídicas que sustentan a estas nuevas entidades.

La especialista señaló que se trata de una forma de propiedad colectiva, la preferente con respecto a otras formas de gestión no estatal, pues esta organización con fines económicos y sociales es de carácter asociativo, tiene personalidad jurídica y patrimonio propios, y es fruto de una fusión que debe vincular el interés general y el de los socios.

Subrayó que no se trata de querer experimentar el concepto de las cooperativas, eso ya está validado y Cuba tiene antecedentes en el desarrollo del cooperativismo desde la agricultura.

“Lo que estamos experimentando es cómo estas nuevas cooperativas que se constituyen en sectores bien definidos y que tienen un alto impacto en la población van insertándose en un contexto macroeconómico y empresarial en constante transformación; un proceso que sin dudas responde a la actualización de nuestro modelo económico”, insistió.

Precisó la especialista que de las 397 CNA ya creadas, 248 operan en el sector de la gastronomía y los servicios técnicos y personales, y las otras dos ramas con más cooperativas son la construcción (69) y la industria (33).

Para entender mejor el camino que transitan  las CNA, hay que recurrir al General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cuando llamó a “no masificar la creación de cooperativas; la prioridad deberá ser consolidar las que existen e ir avanzando de forma gradual, pues de lo contrario estaríamos generalizando los problemas que se presentan”.

Rectificar sobre la marcha, adecuar procederes y/o renovar su gestión, son buenas maneras de abrirle paso a esta nueva forma de gestión que puede dinamizar la economía con su eficiencia,  servir de creciente fuente de empleos, ayudar a diversificar y ampliar el mercado nacional, y, sobre todo, demostrar la viabilidad de la implementación de novedosos métodos de dirección y gerencia empresarial.

Como si no bastaran tantos beneficios, se añaden los de un considerable ahorro de los recursos disponibles en el país, la generalización del sentido de pertenencia entre sus socios, la repercusión en su entorno con el aporte a programas de desarrollo local, el cumplimiento de sus obligaciones fiscales y la integración a las dinámicas y procesos productivos de las empresas estatales, entre otros.

El rescate de importantes servicios en las comunidades asociados con el abasto de agua, la edificación y reparación de viviendas, y el mantenimiento y reparación de inmuebles, constituyen otras acciones favorables al funcionamiento de las CNA, que, aún por definir lãs  cuantías, aportan con creces a la sustitución de importaciones en varias esferas.

En el taller se discutió sobre la implementación de las normas jurídicas de la política para esta forma de gestión no estatal, el papel de los estatutos en el funcionamiento de esas entidades y el trabajo sindical en las CNA. Se analizó, además, la vinculación de los productores y comercializadores mayoristas con estas cooperativas, entre otros temas.

En ese último punto, desde el pasado año se aprobó que aquellas que se dedican a las actividades de gastronomía y prestan servicios personales y técnicos, pueden acceder de forma directa a los suministros de las empresas productoras y comercializadoras mayoristas, tanto estales como mixtas.

Deficiencias, retos y prioridades de las CNA

Que la vida es más rica que cualquier norma pues la realidad casi siempre supera lo previsto en una ley, queda muy claro entre quienes se encargan hoy de conformar el cuerpo legal rector para la actividad cooperativa en un país donde perfeccionar es el verbo clave para actualizar el modelo económico con fundamento socialista.

El encuentro demostró que en cuanto al tema de la legislación de las cooperativas, se está en un continuo proceso de aprendizaje y este evento y otras acciones sucesivas servirán como laboratorio para lograr perfeccionar la norma jurídica vigente.

 Al respecto, Camila Piñeiro, profesora de la Universidad de La Habana, indicó que la capacitación debe ir más allá de explicar la ley para lograr que las CNA sean realmente efectivas y competitivas, a partir de que se constituyan allí donde los futuros socios estén decididos y convencidos plenamente de asumir la nueva gestión.

En ese sentido, se instó a la capacitación de quienes opten formar una CNA, para no violar lo establecido legalmente y en particular, los Estatutos; así como, hacer adecuaciones en función de su avance hasta lograr extender y generalizar las buenas prácticas en la actividad cooperativa.

Se refirieron también a los incumplimientos de los contratos, la inexistencia de mecanismos de control más eficaces, y al reto del cambio de mentalidad que presupone una propiedad colectiva con intereses comunes.

Comparte esta noticia