Miércoles
24 de Abril  2024 

Ley del comercio con el enemigo, un bumerán

Establecida en Estados Unidos en 1917, sustenta el bloqueo económico impuesto por ese país a la Mayor de las Antillas, y aunque su intención es causar daños a esta, también perjudica a los ciudadanos de la nación norteña


Jueves 22 de Septiembre de 2016 | 12:00:00 AM 

Autor

El 5 de septiembre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, renovó por un año más la llamada Ley de Comercio con el Enemigo, un estatuto de 1917 que sustenta el bloqueo económico impuesto a Cuba y que se aplica solo para la Isla.

Esa legislación, a la que el entonces presidente John Kennedy recurrió en 1962 para imponer el bloqueo sobre La Habana y que desde entonces han renovado, año tras año, los nueve mandatarios siguientes, les confiere autoridad para aplicar todas las prohibiciones contra Cuba, congelar los activos, inhibir transacciones financieras y la concesión de servicios así como regular la conducta de personas con respecto a la Isla, en tanto sean nacionales de los Estados Unidos o individuos sujetos a su jurisdicción.

La prohibición a ciudadanos estadounidenses para viajar al país antillano y la mayor parte de las medidas extraterritoriales aplicadas por Estados Unidos han sido adoptadas sobre la base de esa ordenanza, entre estas la Ley para la Democracia Cubana o Ley Torricelli (1992), que impide a las subsidiarias de compañías de EE.UU. en terceros países, comerciar bienes con la Isla o nacionales cubanos y veda a los barcos de terceros países que toquen puerto cubano, la entrada a territorio estadounidense en un plazo de 180 días, excepto aquellos que tengan licencia del Secretario del Tesoro.

Aplicadas con saña para oprimir a Cuba, donde desde 1959 triunfó una Revolución que dignificó a su pueblo y lo beneficia socialmente, esas legislaciones han causado pérdidas millonarias, dolor y muerte en la Isla, pero también perjudican a los ciudadanos estadounidenses, muchos de los cuales luchan porque el bloqueo sea levantado.

El bloqueo se mantiene intacto

A casi dos años de la reanudación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el bloqueo permanece y continúa causando profundos perjuicios a la economía y a la población de la Mayor de las Antillas.

Los daños económicos de ese cerco por casi seis décadas ascienden a 753 688 millones de dólares, y solo en el año comprendido entre abril de 2014 e igual mes de 2015 son de más de 4 680 millones, según dio a conocer en conferencia de prensa el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, al presentar el informe sobre el bloqueo que será llevado a la Asamblea General de la ONU.

Se mantiene la persecución financiera a las transacciones cubanas en el exterior y el país sigue sin poder exportar e importar libremente productos y servicios hacia o desde EE.UU., con el cual la Isla no puede tener relaciones bancarias directas, ni recibir inversiones estadounidenses en otros sectores de la economía, con excepción de las telecomunicaciones.

Persiste el temor dentro del sector bancario estadounidense y de terceros países, a desarrollar relaciones con Cuba, aun cuando el Gobierno de la Casa Blanca ha autorizado el uso del  billete verde en las transacciones financieras internacionales de la Isla, medida que hasta el cierre de este informe no se ha materializado.

En los últimos tiempos, Washington ha impuesto multas millonarias a decenas de entidades bancarias internacionales y ha acentuado el efecto intimidatorio y la negativa de los bancos a relacionarse con la Isla, lo que se ha traducido en el cese de operaciones, el cierre de cuentas cubanas en el extranjero y el rechazo de transferencias desde o hacia la Isla, incluso en monedas distintas al dólar.

Las empresas cubanas se perjudican, pero también las de Estados Unidos

La Mayor de las Antillas posee recursos naturales y comercializa productos médicos únicos en el mundo, como el Heberprot-P, y otros como níquel, tabaco, ron, mariscos… que están prohibidos para quienes viven en EE.UU.

De acuerdo con el informe que Cuba presentará en la ONU, en el período analizado (desde abril de 2014 e igual mes de 2015)  el daño a la esfera del comercio exterior cubano asciende a 4 106 878 558 dólares. Ello significó un aumento de 255 962 129 dólares, en comparación con los reportado en la etapa anterior.

Los ingresos dejados de percibir por concepto de exportación de bienes y servicios cubanos a Estados Unidos o a terceros países como consecuencia de la aplicación de la política de bloqueo, constituye el indicador que mayores pérdidas registra en el sector. Solo en el lapso mencionado Cuba dejó de obtener ingresos en el orden de 3 149 284  420 dólares.

Ante la imposibilidad de importar insumos de EE.UU. y acudir a mercados alejados, también la rama de la alimentación sumó daños por 605 706 289 dólares, debido -entre otras causas- al encarecimiento de semillas para la producción, fertilizantes, piezas de repuesto para los equipos agrícolas y otros.

Además, al Grupo Agroforestal le fue imposible exportar la miel producida en Cuba al mencionado país del norte y como tuvo que reubicarla en Europa cuantificó una afectación de 32 182 150 dólares, que representó una disminución en 72 % del ingreso alcanzado.

Igual sucede con el carbón vegetal. La Isla ha mejorado la calidad y aumentado el volumen de producción de ese rubro, siendo elaborado sobre la base del marabú, uno de los más demandados a nivel internacional. Si hubiera vendido 100 toneladas a EE.UU. -segundo importador a nivel mundial en 2015- en el lapso examinado los ingresos por ese concepto ascenderían a 39 400 dólares.

El tabaco Premium, comercializado por Tabacuba, pudiera tener un lugar privilegiado en el mercado estadounidense. Se estima que de ser posible, durante el primer año de exportación del producto a esa plaza se alcanzarían ventas totales de 50 millones de unidades.

De no existir barreras, Cuba pudiera ingresar un aproximado de 105 millones de dólares por la venta del Ron Havana Club en el mercado estadounidense.

La empresa Tecnoazúcar, del Grupo Azucarero Azcuba, una de las que exporta otras marcas de rones cubanos, también continuó imposibilitada de realizar sus actividades en el país norteño. Se estima conservadoramente que la Isla dejó de introducir en ese mercado unas 30 000 cajas de 12 botellas, que a un precio de 25 dólares la caja, representan 750 000 dólares dejados de percibir.

La empresa de níquel Comandante Ernesto Che Guevara reportó daños equivalentes a 15 900 000 dólares ocasionados por el bloqueo, perjuicios asociados fundamentalmente a la imposibilidad de exportar ese producto los Estados Unidos.

En el mercado internacional durante el período analizado, el precio promedio del níquel fue de 10 468,34 dólares la tonelada, mientras que en el mercado estadounidense este producto se cotizó a 10 991,76 dólares la tonelada. Por esa razón, el país dejó de ingresar un monto equivalente a 8 800 000 dólares.

Por otra parte, en esa etapa fue imposible vender 635 toneladas de sulfuro de Ni+Co (Níquel + Cobalto) debido a la negativa de empresas extranjeras de comprar productos cubanos, por temor a ser sancionados por Estados Unidos. Como resultado de ello, Cuba dejó de ingresar 7 100 000l dólares.

Otra entidad, la mixta Moa Nickel S.A registró daños por la imposibilidad de que productos elaborados en terceros países que contengan níquel y cobalto fabricados en Cuba sean vendidos en EE.UU. El monto total de pérdida por esta medida en el período evaluado asciende a 3 610 700 dólares.

Barreras al turismo

La industria del turismo también ha experimentado severas afectaciones que ascendieron en dicho período a 2 058 250 000 dólares.

La región del Caribe recibió en 2015 la visita de 28,7 millones de turistas, lo que supone un crecimiento del 7 % respecto al año anterior, según cifras de la Organización de Turismo del Caribe (CTO, por sus siglas en inglés). En su informe para el 2015, la CTO explicó que los visitantes gastaron cerca de 30 000 millones de dólares. El principal mercado emisor de turistas al Caribe sigue siendo Estados Unidos, con un total de 14,3 millones de visitantes. Ello equivale a 6,3 % de crecimiento en relación con el año anterior y un peso cercano a 50 % del total de llegadas.

Se estima que al menos el 15 % de los estadounidenses que van como turistas al Caribe, hubieran visitado Cuba si no existieran las prohibiciones de viajes de turismo en el país norteño. Sobre esa base, en el año 2015 podrían haber vacacionado en la Mayor de las Antillas alrededor de 2,1 millones de ciudadanos de EE.UU., que de mantener el gasto promedio por estancia en el Caribe, estimado en 900 dólares, la industria turística cubana hubiera podido ingresar 1 890 millones de dólares.

En materia de promoción turística, Cuba no puede acceder a compañías publicitarias estadounidenses, ni a los canales de promoción en ese país. Por el contrario, en el lapso mencionado la Isla ha estado sometida a campañas, procedentes de la nación norteñas, dirigidas a desacreditar su industria turística.

Los daños totales del bloqueo al sector de la construcción en esa etapa fueron de 30 868 200 dólares. La razón principal de esta pérdida está dada por la imposibilidad de acceder a tecnologías constructivas más eficientes, ligeras, de menores consumos de materiales básicos y componentes energéticos, que están disponibles en el mercado estadounidense o son producidas por empresas subsidiarias de compañías radicadas en ese país. Por tal razón, las entidades cubanas tuvieron que importar los productos desde mercados más lejanos, con tiempos de travesía más largos que generaron gastos adicionales por concepto de fletes y seguros, así como por trasbordos de las mercancías.

Los estadounidenses imposibilitados de comer frutas cubanas

De no existir el bloqueo la población de EE.UU. pudiera disfrutar de las frutas de Cuba, que tanto se demandan en Europa, por su calidad. Por ejemplo, el Grupo Agrícola estima que pudiera expedir hacia allá alrededor de 95,36 toneladas de piña. En el país norteño  la tonelada de este producto se cotiza en 577 dólares, por lo que esta empresa dejó de percibir 55 022 dólares en el citado período.

El comercio marítimo hacia esa nación sería más rápido que con las del Viejo Continente, principal destino de los mencionados productos agrícolas de la Isla, que demora mucho tiempo en concretarse.

En Cuba, el programa de desarrollo de los frutales aspira a multiplicar las áreas existentes en los territorios y dotarlas de minindustrias para su procesamiento.

Actualmente las exportaciones de productos agrícolas de este país  rondan los 20 millones de dólares y se pretende incrementarlas mediante la incorporación de mango, aguacate, piña, ají picante y lima persa.

Carbón vegetal, naranja y jugos concentrados son renglones altamente demandados en el mercado internacional, por lo cual se mantienen las estrategias comerciales para multiplicar su presencia en los nichos de mercados.    

EE.UU. limita el desarrollo científico cubano

Los efectos del bloqueo impactan negativamente en el sector de la ciencia, la tecnología y el medio ambiente de este archipiélago.

Un ejemplo elocuente es el Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, ubicado en la parte central del archipiélago Sabana-Camagüey, al norte de la provincia de Ciego de Ávila, en Cayo Coco, con un área de 370 kilómetros  y constituye uno de los núcleos principales para el fomento del turismo en Cuba. 

Sin embargo, enfrenta dificultades por la rotura de equipos de su laboratorio que no puede resolver por la imposibilidad de adquirirlos en EE.UU.

Tales aparatos sirven para monitorear la dinámica costera, la calidad del agua de mar, de la potable y de sus residuales, así como los análisis bromatológicos de alimentos y materias primas vinculados a proyectos científicos.

La bromatología es la ciencia que estudia los alimentos en cuanto a su producción, manipulación, conservación, elaboración y distribución, así como su relación con la sanidad.

La institución tampoco ha podido comprar reactivos y medios de cultivo producidos solo en ese país, lo cual ha implicado que 1 570 muestras no se han podido analizar en lo que va de año.

Son cuantiosos los daños ocasionados a los centros de investigaciones en Bioalimentos y el de Información y Gestión Tecnológica, en Ciego de Ávila y las restantes provincias cubanas, en ese orden.

Ninguno de estos puede acceder a las bases de datos de EE.UU. en la gestión del conocimiento sobre temas relacionados con el cambio climático, gestión de recursos naturales (agua, biodiversidad y playas), nutrición animal y meteorología.

En contraposición, investigadores y técnicos de 63 instituciones cubanas alcanzaron resultados positivos en el programa para la protección de los recursos de la diversidad biológica del Proyecto del Ecosistema Sabana-Camagüey y la zona costera de la Isla.

Con la colaboración de organismos internacionales el archipiélago del mismo nombre y su plataforma marina comprende 465 kilómetros en el área norte central de Cuba, entre Punta de Hicacos al oeste y la Bahía de Nuevitas al este. Abarca las provincias de Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey.

Es el mayor sistema de cayos del Gran Caribe y contiene el 60 % de los cayos del país, con arrecifes coralinos, manglares, pastos marinos y hermosas playas de arenas blancas y aguas de impresionantes tonalidades. 

Esfuerzo en el Centro de Inmunoensayo (CIE)

A pesar de las limitaciones que le ha impuesto Estados Unidos para acceder a novedosas tecnologías, esta institución tiene participación en importantes programas de salud de la Isla.

Las materias primas y maquinarias que necesita para realizar los servicios tiene que adquirirlos en terceros países, lo cual encarece notablemente su compra.

Este centro habanero, del grupo empresarial BioCubaFarma y fundado por el líder de la Revolución Fidel Castro Ruz el 7 de septiembre de 1987, en estos años ha logrado sustituir un número significativo de importaciones, con lo que el país prescindió de comprar en el extranjero.

EL CIE tiene amplia participación en proyectos con impactos decisivos en la situación sanitaria del país, entre estos, el primer diagnosticador de Alfafeto Proteína para detectar malformaciones congénitas, de vital importancia en el Programa Materno Infantil.

A partir de la visión de Fidel de que Cuba tiene que ser un país de hombres de ciencia, el colectivo de investigadores del Centro de Inmunoensayo se propuso lograr esa prueba, para ponerla al alcance de todas las embarazadas cubanas.

También ha aportado las tecnologías destinadas a las pesquisas del sida, la hepatitis B y C, y el cáncer cérvico-uterino, de próstata, de colon y otras dolencias.

El CIE incursiona en nuevos proyectos en los que el bloqueo no permite avanzar con la rapidez que se quisiera, pues se precisan equipos que en su mayoría los tienen firmas estadounidenses.

(Tomado del informe sobre el bloqueo que Cuba llevará a la Asamblea de la ONU y de la Agencia Cubana de Noticias)

Comparte esta noticia