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De tránsito por el aeropuerto de Santa Clara

Funcionarios de Inmigración y de la Aduana, con categórico rigor profesional, velan por la máxima seguridad para garantizar a todos los pasajeros un feliz viaje


Jueves 15 de Septiembre de 2016 | 12:00:00 AM 

Autor

Amado de la Rosa Labrada

Mediodía en el aeropuerto internacional Abel Santamaría de Santa Clara; por los altavoces de la terminal llaman a presentarse en la puerta de salida B a los pasajeros del vuelo AA 1444, de American Airlines, que viajarán a la ciudad de Miami. Afuera, ya sobre la losa, espera el ómnibus de servicios de la instalación que nos llevara hasta el Boeing 737-800, donde volaremos a ese destino en la Florida.

Se trata de una de las primeras operaciones que esa aerolínea hace desde Cuba tras el restablecimiento de las rutas comerciales regulares entre Estados Unidos y la Isla; sin dudas, un paso positivo y de contribución al proceso de mejoramiento de las relaciones entre los dos países, han reconocido autoridades de ambas partes.

Unas tres horas antes, trabajadores de la instalación santaclareña atienden con profesionalidad y agradable cordialidad a los pasajeros que se presentan con sus reservaciones y documentos adecuados, ante el mostrador asignado a esa línea, del grupo de empresas comerciales de aviación autorizadas por el Departamento de Transporte de EE.UU. a realizar vuelos diarios a Cuba.

La fila de pasajeros, al principio larga -compuesta fundamentalmente por residentes de la Mayor de las Antillas que recibieron visas para viajar a territorio estadounidense, cubanos con ciudadanía española y cubanoamericanos, todos en visitas familiares en ambos sentidos-, transita ágilmente por la espaciosa área de trafico del aeródromo de Villa Clara, uno de los diez del país dispuesto para estas operaciones directas.

Evidentemente hay limitantes en cuanto a los viajeros. Como se conoce la actual administración de Washington modificó en 2015 y 2016 algunas regulaciones del bloqueo, que permiten 12 categorías de viajeros hacia la Isla, pero son insuficientes porque prohíbe el turismo, lo que limita un derecho ciudadano de los estadounidenses para venir a Cuba.

Hoy, antes de entrar al salón de espera final de la terminal de Santa Clara, los potenciales viajeros -como es usual en todos los aeropuertos del planeta-, somos atendidos por funcionarios de Inmigración y de la Aduana, quienes respetuosamente se dirigen a la persona, pero con categórico rigor profesional, velan por la máxima seguridad para garantizar a todos un feliz viaje.

Al respecto, autoridades del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), han confirmado el alto nivel de seguridad operacional de los aeropuertos de la Isla, los que cumplen los estándares y normas de la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI, por sus siglas en inglés), y destacaron las relaciones de trabajo estables, profesionales y respetuosas del organismo que dirige con la Administración de Seguridad del Transporte de EE.UU. (TSA).

Vuelos seguros

Alfredo Cordero Puig, presidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), declaró a esta publicación que desde hace muchos años Cuba trabaja de conjunto con la Seguridad de Transporte de Estados Unidos, y lo hace con todos los requisitos, procedimientos y normas de la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI), los que cumplen todas las aerolíneas que vuelan o sobrevuelan a nuestro territorio.

La Mayor de las Antillas cuenta dentro de su región de información de vuelos, con un extenso sistema de rutas por las cuales sobrevuela diariamente un promedio de 600 aeronaves de diferentes compañías, a las que se les brindan servicios de control de tránsito y navegación aérea con personal calificado y el equipamiento necesario, garantizando así un alto nivel de seguridad operacional.

El titular del IACC subrayó que durante estos 15 años, no ha habido ningún incidente y se debe a que se hace todo lo necesario para garantizar la seguridad, "cuyas medidas incrementamos constantemente, cumpliendo lo que se estipula en Estados Unidos y el resto del mundo, refiriéndose a los rayos X, la técnica canina muy bien entrenada y otras de alta efectividad, que requieren los vuelos seguros".

Por su parte, Eduardo Rodríguez Dávila, viceministro cubano de Transporte, ha reiterado que Cuba posee fortaleza en materia de seguridad operacional y seguridad de la aviación, que son reconocidas internacionalmente. "Lo avala, dijo, la trayectoria de nuestros aeropuertos".

Argumentó que la seguridad no es un compromiso únicamente con las entidades estadounidenses, sino una práctica cotidiana con todas las aerolíneas que operan en nuestro país y aviones que sobrevuelan cada día el territorio nacional.

Aseguró que los cuestionamientos recientes en el seno del Congreso de Estados Unidos sobre supuestas deficiencias en la seguridad aeroportuaria y de la aviación en nuestro país carecen de fundamento especializado.

A pesar del bloqueo, afirmó, se ha podido crear una infraestructura aeroportuaria y de recepción de visitantes extranjeros en un ambiente de seguridad ciudadana y con amplias perspectivas de desarrollo.

Las instalaciones aprobadas para recibir vuelos directos de los Estados Unidos, agregó, han recibido inspecciones de la Administración de Seguridad del Transporte de ese país (TSA por sus siglas en inglés), y los resultados han sido satisfactorios.

También funcionarios de la Corporación de la Aviación Civil Cubana (CACSA), aseguran que en la contratación de los servicios aeroportuarios por las aerolíneas estadounidenses que ahora vuelan de manera regular a los primeros nueve destinos cubanos, se mantienen los mismos requisitos con que actualmente viajan a Cuba otras 110 empresas foráneas de la aviación, entre los que se incluyen 18 vuelos chárter diarios desde EE.UU.

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