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Priorizan gestión eficiente de las cuencas hidrográficas

La principal medida de adaptación ante el cambio climático es precisamente una adecuada gestión integrada del agua de la cuenca y sus vínculos con el resto de los componentes naturales y socioeconómicos, sobre todo en Cuba, donde los estudios científicos indican una menor disponibilidad de este recurso por la vía de las precipitaciones


Viernes 12 de Agosto de 2016 | 12:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

Con el establecimiento de polígonos de conservación de suelos, aguas y bosques se crean capacidades para enfrentar los efectos del cambio climático, aplicando tecnologías integrales con un enfoque agrícola sostenible y partiendo de la finca como unidad básica de manejo.

Jorge Mario García Fernández, secretario del Consejo Nacional de Cuencas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), informó que en el país funcionan 138 polígonos con una superficie de 30 240,3 hectáreas (ha), y muy buenas prácticas por parte del Ministerio de la Agricultura.

Explicó que entre 2011 y 2015 se beneficiaron en Cuencas de Interés Nacional, más de 94 500 ha de suelos agrícolas, con una tendencia media de 18 910 ha por año, cifra positiva y en ascenso, pero aún insuficiente según los requerimientos de mayores rendimientos productivos.

Porque la cuenca, más que un espacio meramente físico, es la unidad de planificación y gestión integrada del agua, donde se resumen todos los factores sociales y económicos, con la red hidrográfica como eje conductor.

Es decir que se trata de un área donde se siembra, se disponen las aguas residuales  y están enclavadas las industrias, las ciudades, los viales, los bosques, donde se desarrolla la vida del país, como en el caso de La Habana, donde las tres cuartas partes del territorio están asociadas a la cuenca Almendares- Vento. 

La gestión integrada del agua en una cuenca hidrográfica resulta una medida de adaptación para contrarrestar las terribles consecuencias del fenómeno del calentamiento global teniendo en cuenta que, según los estudios científicos más recientes, se tiene la certeza de que la disponibilidad de recursos hídricos en el país provenientes de las precipitaciones como tendencia será menor, por lo cual su uso más eficiente constituye una prioridad.

Uso racional y eficiente

La eficiencia en el empleo del vital líquido en Cuba ha respondido en los últimos años a la concepción del Comandante en Jefe Fidel Castro sobre la Voluntad hidráulica, que hoy en un contexto y escenario diferente garantiza  el mejor desempeño de la economía, la sociedad y el medio ambiente.

El llamado incluye la necesidad de establecer una diferente relación ética, económica, social y cultural con el agua y lo referido a su protección, sus vínculos y uso más responsable, que permita revertir la concepción y tendencia a asegurar que el incremento de la producción de bienes y servicios tiene que ir obligatoriamente acompañado de mayor consumo del líquido.

"En ello -enfatizó el especialista-  la introducción de la ciencia y la innovación tecnológica, juegan un rol determinante, junto al más estricto control y fiscalización del uso del agua en la economía y la sociedad."

También, en respuesta al proceso de implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución y en particular los referidos a los Recursos Hidráulicos (del 300 al 303), se  elaboró y aprobó por el Consejo de Ministros en diciembre de 2012, la Política Nacional del Agua, la cual constituye una vía para lograr su uso sostenible.

Esa estrategia establece prioridades como el uso racional y productivo del agua disponible, el empleo eficiente de la infraestructura construida, la gestión de riesgos asociados a la calidad del vital líquido y a los eventos extremos del clima.

En cuanto a los principios que rigen la Política hay que tener en cuenta que es un recurso renovable, escaso y vulnerable, y su uso debe ser equitativo respondiendo al derecho común al agua potable y al saneamiento, además de la obligación a enfrentar tanto las inundaciones como las sequías.

Resulta indispensable para el desarrollo, el uso eficiente de la infraestructura, y es notable su valor económico, pues se paga por su utilización y derechos, cobros y ahorros que se reinvierten en el sector hídrico, aunque la gestión del agua implica subsidios del Estado, pues el agua en sus múltiples empleos, tiene prioridades.

Al resumir el concepto de Cuenca hidrográfica, el experto señaló que se trata de un área delimitada por la divisoria de las aguas que conforman un sistema hídrico constituido por aguas superficiales y subterráneas y que abarca un ámbito multidimensional en donde se integran los recursos naturales, el medio ambiente y la infraestructura creada, para el desarrollo de actividades socioeconómicas, con el agua como eje central.

Proteger el medio ambiente

Se refirió a las inversiones para la preservación del medio ambiente en cuencas de interés nacional  y su ejecución, el funcionamiento de Redes de observación del ciclo hidrológico  y coberturas de agua potable y de saneamiento, el incremento de la superficie boscosa, el mejoramiento y conservación de suelos y la lucha contra incendios.

La labor del Consejo Nacional de Cuencas abarca también  la gestión integrada en la protección de los recursos naturales, la reducción de la carga contaminante, el uso sostenible de la diversidad biológica, la educación, concientización y divulgación ambiental, la  introducción de la ciencia y la  innovación tecnológica y el ordenamiento territorial de la cuenca.

En el periodo 2011-2015, por ejemplo, el monto de inversiones en las cuencas ascendió aproximadamente a 799,8 millones de pesos, con un promedio anual de alrededor de 160 millones de pesos, que representa una media de 32,4 % del total anual de las destinadas al medio ambiente.

Ya se tienen los planes de ordenamiento territorial de varias cuencas, aprobados por el Instituto de Planificación Física y los gobiernos locales a cada nivel, incluido el municipal.

En cuanto a la superficie boscosa, en ese lustro el incremento fue de alrededor de  66 000 ha, y las cuencas Toa, Cuyaguateje, humedal Ciénaga de Zapata y Hanabanilla concluyen el periodo con las mayores coberturas de bosques de sus áreas, con el 93 %, 70 %, 56,2 % y 41 %, respectivamente; en tanto las de menor cobertura son Zaza y Sagua la Grande (9,5 % y 7,7 %).

Actividades dañinas

La reducción anual de cargas contaminantes orgánicas y biodegradables a las aguas terrestres, aunque modesta, ha sido significativa como resultado de los planes de la economía en función de la gestión de las aguas en cuencas; un mantenimiento mayor a sistemas de tratamiento y la aplicación de prácticas de reciclaje, más el aprovechamiento de residuos, el reuso y cierre de ciclos.

Entre los perjuicios y daños más frecuentes se citan la contaminación del agua por vertimiento de residuales líquidos, tanto industriales como domésticos y de desechos sólidos; la insuficiente definición por parte de las entidades de los montos y plazos para solucionar los tratamientos y la falta de asignación de recursos financieros para el mantenimiento de estos sistemas.

Completan la lista, la poca introducción de prácticas para el ahorro de agua y de reuso y reciclaje de sólidos en las instalaciones productivas y de servicios, el mal uso del fuego, el pastoreo incontrolado y los perjuicios a la fauna silvestre y la siembra en las márgenes de ríos y arroyos por los tenentes de cultivos agrícolas, así como las inadecuadas prácticas de manejo de suelos que favorecen la formación de cárcavas por la erosión hídrica.

Citó García Fernández el uso no autorizado de artes de pesca, la utilización de sustancias tóxicas, la tala y caza furtiva, los tranques desordenados y sin autorización en ríos y corrientes que afluyen a embalses, la deforestación en la faja de protección y las alteraciones en cauces de ríos debido a la extracción ilícita y desordenada de minerales o de arena, así como de arcilla para la  construcción de  ladrillos.

En cuanto a los programas nacionales que tributan al propósito de disminuir los vertimientos de residuales en las redes hidrográficas de las cuencas, ilustró con el referido a la erradicación de focos que afectan fuentes de agua para el abastecimiento de la población y el  Estratégico Integral de Abasto de Agua y Saneamiento (Absan).

Se suman el Programa Higiénico-Sanitario y de Calidad Ambiental, más el de bahías receptoras de descargas contaminantes por vía directa y por cuencas hidrográficas asociadas.

Avanzan en el desarrollo de proyectos de ciencia e innovación tecnológica con un mayor enfoque integrador en su  ejecución y control, orientados a la reducción de desastres, uso eficiente de las fuentes renovables de energía (biogás, molinos de viento, secadores y paneles solares) y empleo racional del recurso agua, además de la protección y vigilancia comunitaria contra incendios forestales.

Indican como una fortaleza el contar con el sistema de Áreas Protegidas en  Cuencas de Interés Nacional y otras, que permite un manejo más eficaz de los ecosistemas localizados allí o vinculados funcionalmente a estas.

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