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La apicultura cubana remonta vuelo

Esa actividad, una de las más extendidas en la agricultura nacional, representa hoy en el país un proyecto sustentable y en pleno desarrollo,  que se inserta de manera favorable en el mercado internacional como es el caso de la miel ecológica


Viernes 22 de Julio de 2016 | 12:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

Cuba ha sido capaz de ampliar la matriz productiva y de sacarle mucho más provecho a los atributos de los productos apícolas, ya sea miel, propóleo, y otros derivados; esa propuesta de país en el desarrollo de la actividad ha sido  sumamente valiosa, y es la enseñanza que nos llevarnos de este encuentro.

Así resumió su reciente experiencia en La Habana Misael Cuevas, presidente de la Federación Latinoamericana de Apicultura (Filapi), y de su homóloga en Chile, tras reconocer que la nación antillana está suficientemente ordenada en este tema y tiene mucho que decir al resto de Latinoamérica.

"Gracias a esta Isla caribeña, por ejemplo, Ecuador ha sido capaz de organizar su territorio para explotar la apicultura. Con Chile, mi país, vamos a avanzar en un plan de colaboración complementado con el Estado, que no solo puede derivar en el intercambio, pasantías, superación, capacitación y formación, sino que también puede extenderse a la gestión comercial", aseveró.

"En estos eventos (los recién efectuados XII Congreso Latinoamericano y VI Congreso Cubano, Apicultura 2016), vamos a dar el puntapié inicial de un proceso que desate todo un movimiento de colaboración comercial mutua, es decir, que genere la interrelación entre productores, especialistas y funcionarios públicos de un país a otro, que promueva cursos y asesorías, entre otras acciones", subrayó Cuevas.

Insistió en la importancia de fortalecer el gremio y sobre todo, exaltar la relevancia estratégica de las abejas; instaurar alianzas con el sector de la ciencia y otras instituciones para mirar más allá del apiario y de la cadena productiva con el propósito de defender un desarrollo inclusivo sustentable y equitativo, en un medio ambiente sano.

Sobre las perspectivas de Cuba en esta rama abundó el viceministro de la Agricultura, Idael Pérez Brito, al precisar que las inversiones de los últimos años se dirigen a un mayor empleo de la ciencia y la técnica para que ese producto logre cada vez ganar más mercados y posicionarse mejor a escala mundial.

El presidente del Comité organizador del evento por la parte cubana, Adolfo Pérez Piñeiro, director del Centro de Investigaciones Apícolas (Ciapi), impartió una conferencia magistral sobre la apicultura cubana en la que precisó que el promedio anual de miel por colmena es de 42 kilogramos, y en el país se producen entre 7 000 y 8 000 toneladas al año, cuyas ventas se destinan a Europa fundamentalmente.

La Isla cuenta con más de 1 600 apicultores y 18 unidades avícolas y, superan los 300 tipos de plantas las visitadas por las abejas en el país de las cuales alrededor de 60 son grandes melíferas. El promedio anual de miel por colmena es de 42 kilogramos.

El papel estratégico de la apicultura en la producción alimentaria y en la preservación de la biodiversidad es incuestionable hoy cuando se conoce que la supervivencia de más del 80 % de las especies vegetales en el planeta depende de las abejas, ya que estas no solo aportan miel y sus derivados, sino que con la polinización contribuyen a la reproducción de las plantas en una relación plenamente armoniosa.

En el mundo, Asia es la región de mayores resultados en esa rama con un crecimiento anual promedio del 4,3 % en su producción, y un incremento considerable en relación con el resto, tanto en el volumen de miel como en los rendimientos, fruto de una elevada productividad en la que parecen conjugarse las técnicas empleadas con la experiencia y disciplina de sus apicultores.

Latinoamérica en tanto se ha visto rezagada por la influencia en gran medida de las transformaciones en el contexto económico y rural, y al interior de la cadena productiva, debido al monocultivo, el cual es consecuencia del extractivismo impuesto por grandes compañías  multinacionales, en su afán transnacionalizador.

Esos cambios estructurales en las políticas agrarias y en la orientación de la producción resultan en un crecimiento desfavorable de 0,4 % en los últimos años en la región.

Las cifras de producción de miel de abeja lo ilustran muy bien pues en varios decenios en Latinoamérica sólo se incrementó de 230 000 toneladas a unas 350 000, a pesar de que se cuenta con un potencial muy superior.

Entre los principales desafíos se señalan el de pasar de un paradigma productivo de recolección y acopio de miel a un modelo industrial tecnificado, que requiere permanente capacitación y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado, así como proyectar inversiones en infraestructura y en registros de trazabilidad.

Sobre estos asuntos esenciales para el avance de la actividad apícola intercambiaron la semana última en el Palacio de Convenciones de La Habana, expertos, científicos, investigadores y productores de unos 25 países en el XII Congreso Latinoamericano y VI Congreso Cubano, Apicultura 2016.

Provenientes de México, Argentina, Chile, Guatemala, Brasil, Bolivia, República Dominicana, Costa Rica, Estados Unidos, Canadá, China, Uganda, Gana, Nigeria, España, Alemania, Irlanda, Finlandia, y de otras naciones, los participantes examinaron temas vinculados a la producción y comercialización de estos productos, en pos de lograr una apicultura sustentable e inclusiva.

En paralelo se realizó además una exposición de numerosos productos apícolas desarrollados en el país, así como de insumos, tecnologías y equipamiento de empresas proveedoras de China y México, entre otras naciones.

Miel ecológica y sustentable

"La apicultura ecológica en Cuba tiene un desarrollo sostenible y se va consolidando en todo el país", aseguró Alberto Bahamonde Fernández, inspector general de Kiwa BCS Cuba, agencia Certificadora de Productos Orgánicos y de Inocuidad de los Alimentos.

El experto indicó que en 2015 la miel también conocida como orgánica y cuyo destino es la exportación,  representó alrededor del 13 % (unas 1 077, 9 toneladas) de toda la producción nacional.

Explicó que a escala global los productos ecológicos con destino a la exportación cuentan con un diferencial de precio por su condición orgánica, lo cual es extensivo a toda la cadena productiva.

"En el país -dijo- suman hoy unos 342 productores incorporados a este sistema y ya se puede hablar de una cultura dentro de los productores apícolas ecológicos que asegura se consolide este proceso y que la miel, aparte de la demanda, tenga una buena aceptación en el mercado internacional."

"Hasta ahora no ha habido ningún rechazo de los productos apícolas ecológicos exportables, o sea, nuestra miel es muy bien recibida en el orbe por su nivel de calidad y su condición orgánica, lo cual está avalado por el proceso de certificación establecido por nuestra agencia certificadora, la Kiwa BCS, que cubre todo el espectro productivo y comercial, o sea, desde el apiario hasta las ventas al exterior", subrayó Bahamonde.

Se refirió a la proyección de crecimiento que debe tener el país en los próximos años, a partir de un estudio que indica aprovechar el máximo de posibilidades de los territorios que cumplan con la condición básica de una apicultura implementada en un medio no contaminante, libre de insumos químicos, basada en los principios de manejo y los medios que exige este tipo de actividad.

En cuanto a la comercialización, asumida por la empresa Cubaexport, señaló que ahora se ha sumado la entidad Cítricos Caribe, lo cual representa una nueva opción dentro de las posibilidades de exportación de las mieles orgánicas.

Reconoció que hay una comprensión a todos los niveles de la importancia que tiene este producto y existe un apoyo pleno a la apicultura ecológica y a todo lo que conlleva lograr la certificación de esa producción.

Los principales países importadores de mieles ecológicas de Cuba están en Europa, fundamentalmente Alemania, aunque, enfatizó, "los apicultores de la Mayor de las Antillas están en condiciones de  cumplir con los estándares de certificación de otras normas, y ello incluye la posibilidad de exportar a Estados Unidos".

Dado que la Kiwa BCS certifica también para la norma de Estados Unidos, la National Organic Program -NOP-, consideró que un buen grupo de productores cubanos puede cumplir con la misma, aunque, lo que limita al país expandir su comercio hacia esa nación norteña son las restricciones propias del bloqueo, y no los atributos técnicos de los apicultores en la Isla.

Sostenidamente en los últimos 15 años ha habido un crecimiento de la producción de miel ecológica, con las fluctuaciones propias de las condiciones adversas climatológicas y los efectos negativos del cambio climático.

En el primer semestre de 2016 el comportamiento ha sido favorable y si no hay afectaciones serias en lo que resta del año, esperan resultados positivos y lograr estar por encima de las 1 000 toneladas, que es la cifra prevista.

Actualmente en el ámbito apícola lo único que se exporta sobre todo para el continente europeo con carácter ecológico es la miel, pero  - puntualizó el experto- existe la posibilidad de ampliar la comercialización a otros derivados, por ejemplo, cera, propóleo.

Otro desafío está en la búsqueda de alternativas de comercialización que posibiliten la obtención de precios superiores en cuanto a la certificación de origen, en el caso de mieles específicas así como incrementar las ventas el producto orgánico envasado en frascos.

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