Autor: Raquel Sierra Publicado: 21/06/2021 | 09:36 pm
Con un patrimonio boscoso de 98 000 hectáreas, de esas la mitad formada por bosques naturales de pinos, la Empresa Agroforestal Macurijes -perteneciente al Grupo Agroforestal (GAF)- piensa en verde y en grande, en correspondencia con su papel en la economía nacional.
Su principal actividad es la silvicultura. Para ello cuenta con dos viveros, uno con tecnología tradicional y otro, tecnificado, que emplea el sistema de tubetes, mucho más eficaz en la supervivencia de los bosques del mañana. Con esas producciones suministran toda la postura necesaria para repoblar casi el doble de las áreas que se talan anualmente, lo que asegura la sostenibilidad de la superficie boscosa de la empresa, asegura Abelardo Domínguez, especialista en desarrollo y negocios.
Número uno
Macurijes, bien conocida en el sector forestal por sus resultados, se extiende por Guanes y Mantua, en la provincia de Pinar del Río. "Tenemos uno de los aserraderos más grandes de Cuba que produce madera aserrada de pino para la reserva del país y los programas priorizados, entre estos servicios necrológicos y la vivienda, con lo que sustituimos importaciones", señala Domínguez.
Como principales productores de madera aserrada de la nación, el pasado año obtuvieron aproximadamente 24 000 metros cúbicos y en 2016 se proponen alcanzar otros 26 000. La política forestal cubana establece que por cada árbol que se tale deben plantarse cinco.
Otro destino es el tabaco. Cerca de la mitad de la madera que sale de los bosques, sobre todo en tratamientos silviculturales, va hacia ese cultivo, ya sea en horcones -para casas de tabaco y plantaciones tapadas-, madera rolliza como en postes para la solanácea. "Somos los principales suministradores de madera con ese fin", sostiene,
La empresa cuenta con la única planta de impregnación para postes de servicio público que tiene la Isla y que se dedica a preservar los troncos que emplean la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) y la Unión Nacional Eléctrica (UNE). Sus producciones cubren hoy solo una parte de las necesidades del país.
En la actualidad, con la fabricación nacional de postes sustituyen anualmente unos 8 000 000 de dólares.
Un estudio de factibilidad en curso indaga en las perspectivas y posibilidades de incrementar la capacidad de la industria, de manera que pueda asumir la demanda existente y que hoy debe ser cubierta por importaciones. A juicio del especialista, "el patrimonio forestal de la empresa sí puede responder a esos incrementos".
Entre otras líneas de la empresa se incluye la resina de pino, renglón en el que clasifica como uno de los principales productores del archipiélago. "La resina tiene más de 100 usos en cosméticos, farmacia y pinturas”.
En estos momentos, el surtido de Macurijes tiene como destino la exportación y una planta procesadora para la obtención de colofonia -cera con varias aplicaciones industriales-, y trementina, un aceite empleado en la fabricación de barnices.
La empresa produce carbón vegetal de tres especies de madera: marabú, pino y eucalipto, estas dos últimas, empleadas principalmente en los postes de servicio público, como madera aserrada y en horcones, mientras que los desperdicios de la tala y las ramas se aprovechan en la elaboración de carbón.
"El carbón de marabú y eucalipto, es exportado con buena demanda. Tiene buen poder calorífico, granulometría, peso y presentación adecuados", afirma Pedro Cabrera, especialista en inversiones.
Para 2016 tienen contratados con la empresa Cubaexport un total de 800 toneladas, mientras otras 400 serán comercializadas en el extranjero mediante la comercializadora Alcona.
Nuevas especies
Con cerca de 30 % de su territorio cubierto de bosques y una política sostenida de reforestación, Cuba no satisface sus necesidades de madera, por lo cual se ve obligada a suplir ese déficit con importaciones. Como en otras partes del país, en Macurijes se introducen especies como la acacia magnum, con relativo alto nivel de crecimiento anual y muy buena calidad para la confección de muebles.
Otra de las especies que fomentan es el cedro, destinado a la producción de cajas para los puros habanos, uno de los principales renglones de exportación del país.
Energía a partir de desechos
La actividad forestal genera numerosos desechos, tanto en las áreas de tala como en la industria, que hoy constituyen un problema medioambiental de consideración. Por esa razón están enfrascados en negociaciones para un proyecto de construcción de una planta de bioenergía que permita aprovechar esos residuos. "Se trabaja en los diferentes pasos dirigidos a la constitución de una empresa mixta con un socio extranjero para producir electricidad a partir de esa biomasa procedente del bosque, la industria y el marabú existente en áreas de la entidad, sin afectar el potencial que puede emplearse en el carbón".
Con esa planta, de tecnología muy avanzada, se evitaría el daño al entorno, por un lado, mientras que por el otro, permitiría dejar libres los terrenos ocupados por la especie invasora y dedicarlos a las producciones intensivas.
Según Domínguez, la perspectiva no puede ser seguir haciendo carbón de marabú, pues llegará un momento en que este se agotará, sin embargo, si disponemos de una bioeléctrica en esas áreas podremos sembrar plantaciones energéticas, capaces de sustituirlo como materia prima, de manera que tendremos energía renovable, junto con la posibilidad de revitalizar el bosque cada cierto tiempo.
"Una de las prioridades del país es cambiar la matriz energética y este proyecto apunta a eso. El marabú es un problema y usarlo fue una solución emergente, pero al final debemos desarrollar plantaciones con un mayor volumen de madera por hectárea, sean sostenibles y, a su vez, utilizar los residuos en la generación eléctrica", abunda el especialista en desarrollo y negocios.
