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Distinguen relevancia creativa e innovación tecnológica

En su XIX edición, el premio de la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial fue otorgado en la categoría de Invenciones a la vacuna terapéutica para el tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas, identificada con la marca Vaxira, del Centro de Inmunología Molecular


Jueves 19 de Noviembre de 2015 | 01:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

La Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI) entregó el Premio a la Creatividad y la Innovación tecnológica 2015 a creadores e instituciones que se distinguen en la promoción y desarrollo de esta actividad, a partir de estrategias acertadas.

En la categoría de Invenciones, el galardón lo recibió la vacuna terapéutica antiidiotípica para el tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas, identificada con la marca Vaxira y obtenida por un equipo del Centro de Inmunología Molecular (CIM).

Los investigadores Rolando Pérez, Ana María Vásquez e Irene Beausoleil se refirieron al producto de baja toxicidad, probadas propiedades en tratamientos adyuvantes combinado con terapias estándares y de un impacto favorable en la calidad de vida y la sobrevivencia de los pacientes, al no provocar  malestares y efectos secundarios de otros procedimientos terapéuticos requeridos.

Por su seguridad se puede aplicar durante largos períodos de tiempo en la atención primaria de salud, incluso en personas de avanzada edad aquejadas por ese tipo de carcinoma, el más común y mortífero de los tumores malignos en ese órgano.

"La vacuna está compuesta por el anticuerpo monoclonal Racotunomab absorbido en alúmina y actualmente se efectúan estudios clínicos para el uso de esta molécula en otras localizaciones como mama y ovario. Tiene patente de invención concedida en 17 países y en 2013 le fue otorgado el Registro Sanitario en Cuba y en Argentina", precisó Pérez Rodríguez, Miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba.

El especialista, quien forma parte del colectivo de autores, subrayó que esta es una de las pocas vacunas antiidiotípicas  que permanecen activas en la cartera de productos biotecnológicos a escala mundial y en los últimos años ha obtenido varios premios de la Academia de Ciencias de Cuba, entre otros reconocimientos.

La solicitud de la marca Vaxira, presentada en 2011 y registrada en Cuba desde el 2012 tras recibir la aprobación del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), se encuentra en trámite en más de 10 países, entre estos, Brasil, México, Turquía, Chile y naciones europeas, además de aportar considerables ingresos derivados de colaboraciones conjuntas con otros laboratorios.

También Lien López Matilla, jefa de la Oficina de Patentes del CIM, opinó  sobre la necesidad de proteger legal y adecuadamente las invenciones para introducirse en los más disímiles mercados y reconoció que el Centro ha implementado una estrategia muy acertada de propiedad industrial para resguardar sus más novedosos proyectos.

En la modalidad de Marcas y otros signos distintivos el trofeo fue para el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (Censa), de Mayabeque, por el bionematicida conocido por KlamiC.

La marca fue concedida en el año 2004 y con esta se identifican productos que se emplean en el manejo de nemátodos formadores de agallas que provocan serias afectaciones en los rendimientos y en la calidad de la cosecha de cultivos de importancia económica en el país.

"Resulta, pues, una alternativa ambientalmente segura para el manejo de plagas en los programas de producción diversificada de alimentos y en la reducción de plaguicidas químicos", indicó Jersys Arévalo Ortega, investigadora auxiliar del Censa.

Explicó que la formulación relativamente sencilla permite un control biológico muy eficaz de las plagas y evita además el uso de químicos en el manejo de nemátodos, sobre todo, en sistemas hortícolas, y otras plantaciones, pero -aclaró- aún la producción está a escala piloto.

Ante esa limitación en la que trabajan para lograr mayores volúmenes del compuesto (por ejemplo coordinan con el grupo empresarial Labiofam la posibilidad de incorporarlo a su planta industrial) hasta la fecha han realizado transferencias de tecnología en varios países, atraídos por su gran demanda como alternativa menos agresiva para la salud humana y más amigable con el medio ambiente.

Rafael Ramírez Mirabal, agente oficial de la Propiedad Industrial del Centro, señaló que el producto se comercializa en la Mayor de las Antillas, México, Honduras y Kenya y se extiende a varios países de Centroamérica. Se encuentra además en proceso para su registro marcario en Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras y República Dominicana.

Un Premio recibió la Empresa de Diseño e Ingeniería de Las Tunas por el  emblema empresarial y nombre comercial Crever (Creaciones Versátiles).

Esa entidad brinda servicios técnicos profesionales de proyección y diseño, ingeniería, consultoría y topografía, aplicados a la construcción e integrados para inversiones y obras.

Abarca el mercado nacional y destaca su presencia en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, en la rehabilitación de redes así como en otras obras de significación para el avance económico del país, en sectores diversos: educación, salud, turismo y energético, entre otros.

Una mención mereció la marca de vinos, cavas y otros licores Sicilia Belenguer, registrada desde 2003, del productor holguinero Ernesto Sicilia, quien se destaca por la obtención de elaboraciones artesanales y ecológicas destinadas, fundamentalmente, a la esfera turística.

El creador, en conversación con la prensa, afirmó que su propósito es esencialmente fabricar un compuesto autóctono y, como representante del sector no estatal, aportar su granito de arena en la sustitución de importaciones.

De ahí que cada vez más multiplique la presencia de sus bebidas en diferentes eventos, exposiciones y actividades comerciales que se organizan en el país, donde las pone a prueba y -dijo- han recibido gran aceptación.

Al destacar la tradición familiar, Sicilia apuntó que como trabajador por cuenta propia cumple sus deberes fiscales con el pago de los impuestos, y tiene en cuenta todas las normativas referidas a la inocuidad alimentaría, en todas las fases del proceso productivo.

La OCPI distinguió en creatividad infantil y juvenil al proyecto Maqueta de revestimiento para muros, de Noelvis Amores Jiménez, estudiante de  Técnico medio de Construcción Civil, y la multimedia Por nuestros mares y costas, de César Enríquez Bosch, alumno de la escuela militar Camilo Cienfuegos, de Santiago de Cuba.

Además, se otorgaron cinco menciones a educandos de la enseñanza primaria y secundaria básica de Villa Clara, Holguín y La Habana.

Según María de los Ángeles Sánchez Torres, directora general de la OCPI,  en esta XIX edición compitieron más de 30 trabajos provenientes de provincias de casi todo el país.

"La propiedad industrial -afirmó- adquiere nuevas dimensiones y mayor relevancia como herramienta de gestión para las exportaciones, inversiones, el comercio y el desarrollo científico y tecnológico tanto para el sector no estatal como las formas no estatales".

Tras convocar a la XX edición del Premio OCPI para 2016, la funcionaria  recordó que este representa un medio para promover las innovaciones que desarrollen el intelecto y las habilidades en función de una mayor competitividad de los bienes y servicios de avanzada, con el consiguiente impacto de su introducción en los mercados nacional y extranjero.

Desde 1997 la Oficina convoca a este premio con la finalidad de reconocer la actividad innovadora relevante de creadores individuales e instituciones, así como el logro de estrategias acertadas en el campo de la propiedad industrial.

La OCPI es el órgano subordinado al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente que establece el régimen legal, la política, gestión y gerencia de la propiedad industrial en Cuba, así como la prestación de sus servicios.

Profesionales cubanos han sido acreedores de diez medallas de oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), por sus resultados durante más de 20 años en materia de innovación tecnológica.

Según expertos, resulta este un suceso excepcional para una nación en desarrollo como Cuba, la cual confiere gran relevancia a la creación y desarrollo del capital humano.

La primera medalla otorgada a Cuba fue en 1989 y correspondió al Instituto Finlay por la vacuna contra la Nisseria Meningitidis del grupo B; y la última fue este año al Centro de Inmunología Molecular por el Itolizumab, un anticuerpo monoclonal humanizado que reconoce el antígeno leucocitario CD6 para el tratamiento de enfermedades autoinmunes, específicamente la psoriasis severa (un padecimiento inflamatorio de la piel que afecta a millones de personas en el mundo).

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