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18 de Abril  2024 

Espacio integrador de la industria alimentaria y la gastronomía

La calidad centró el interés del Salón de Exposiciones Latinoamericano y del Caribe sobre Industria Alimentaria que sesionó en el Palacio de Convenciones de La Habana 


Miércoles 24 de Septiembre de 2014 | 12:00:00 AM 

Autor

Minerva Herández Basso

El mejoramiento de la calidad de productos y servicios y el enriquecimiento de la cultura alimentaria fueron los móviles esenciales que estimularon la presencia de unas 36 empresa nacionales y foráneas en el Salón de Exposiciones Latinoamericano y del Caribe Sobre Industria Alimentaria (Sial Cuba 2014) que sesionó la semana última en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Asimismo, en esa ocasión se hizo visible el interés por mostrar el avance de la innovación tecnológica en la industria y en todo lo referido a aspectos de avanzada en la ciencia de los alimentos, la gastronomía y el turismo, los cuales fueron destacados en esta Expo-feria asociada al Congreso latinoamericano y del Caribe sobre Calidad e inocuidad de los alimentos y al Congreso nacional de alimentación y nutrición, que sesionaron de forma simultánea en el mismo recinto.

A las jornadas de Sial  confluyeron productores de alimentos de  diferentes  ramas y representantes de las diversas vertientes de la gastronomía, con el objetivo de aprovechar ese espacio común de intercambio para facilitar nuevos conocimientos que permitan ampliar el uso de los productos cubanos en la elaboración culinaria y de la cantina en el país, tanto en el turismo como en las redes públicas del comercio.

Según la ingeniera Betsy Díaz Velázquez, viceministra de la Industria Alimentaria, en la Expo-feria "queremos demostrar cómo se están usando los productos cubanos. Opina que es necesario buscar, mediante alimentos inocuos, los que tengan mejor calidad para los servicios gastronómicos, no solo en la red del comercio y la gastronomía, sino en el turismo y en las cadenas de tiendas minoristas.

Durante un recorrido por la Expo -feria, que ocupó el Grand Foyer del Palacio de Convenciones, la viceministra habló a los expositores acerca de la necesidad enseñar también a quienes asumen las nuevas formas de gestión no estatal a prestar servicios con calidad y responsabilidad de modo que cuando  las personas visitan las instalaciones de esa rama se sientan seguras. Al respecto señaló: "tenemos la responsabilidad estatal de lograr una gastronomía segura con alimentos de calidad".

También se refirió al trabajo que falta por hacer para consolidar una cultura integral que una a la industria, la gastronomía y la población a partir del incremento de la información acerca de los alimentos.

 Luego de reconocer que en esta esfera la industria actual necesita renovación tecnológica por los muchos años de explotación, aclaró: "eso no quiere decir que haya que hacer grandes transformaciones, pues  tenemos los recursos humanos bien preparados".

Aunque dejó claro que son muchos los retos de esa rama, la cual tiene que seguir trabajando con el Instituto de Investigaciones para estudiar, por ejemplo, las causas de las enfermedades como la diabetes y el cáncer, al igual que en la reducción de los niveles de consumo de azúcar y grasa para crear cultura en la población. Sobre ese particular explicó que no basta con transformar los productos en la industria, es preciso lograr que la población los asimile.

La gastronomía y sus cambios

Para el sector de la gastronomía que transita por un proceso de transformaciones de su estructura a partir de la ampliación de las formas de gestión, resulta muy beneficioso acceder a este encuentro especializado que reúne a los productores con los elaboradores de alimentos.  

Ada Chávez Oviedo, viceministra de Comercio Interior, explicó a este semanario los beneficios que reportó la Expo-feria al vincular productores y clientes. Sobre ese particular dijo: "es muy bueno que hayan participado la Asociación de Cantineros, la Federación de Asociaciones Culinarias, los trabajadores por cuenta propia y los gastronómicos en general". En su opinión es muy importante que los productos que la población necesita consumir los reciba de forma adecuada, con calidad y le sean servidos de manera agradable "porque la gastronomía es el arte de servir", indicó.

Considera que el evento se  desarrolló armoniosamente y subrayó cómo ese vínculo ayuda a los clientes en sus relaciones con los productores. En ese sentido se prioriza la profesionalidad de los cantineros y culinarios quienes deben conocer los nuevos artículos.

Explicó que el Ministerio de Comercio Interior, como rector de la gastronomía, aspira a mejorar tales nexos incluso con los trabajadores por cuenta propia. Se refirió al significativo grupo de unidades gastronómicas que antes funcionaban de forma estatal y que ya han pasado al sistema de arrendamiento de locales y destacó otros que ya funcionan como cooperativas, tanto en la gastronomía como en el comercio.

Puntualizó como aspecto imponderable el lograr que la gastronomía se haga con calidad y aclaró: "para nosotros lo más importante es aunar a los productores con los clientes -en este caso la gastronomía-, la cual es intermediaria con el cliente final que es la población, para hacer que esta pueda adquirir productos de reconocida calidad".

 Momentos especiales

El programa de SIAL Cuba 2014 tuvo momentos especiales en la rama de la cantina cubana, que confirmaron el interés integrador del evento. Uno de estos fue la presentación de las 10 joyas de la coctelería cubana promovida por la Asociación de Cantineros.    

En cuanto a esta temática la viceministra Díaz Velázquez confirmó el empeño de ese organismo por lograr que en todas las instalaciones gastronómicas, tanto las del turismo como en la red pública exista siempre una representación de los tragos cubanos.

Al respecto, José Rafa Malém, presidente nacional de la Asociación de Cantineros de Cuba, precisó que tanto la rama culinaria como la de cantineros son dos hermanos gemelos a la hora de defender los productos de Cuba.

Quizá por esa convicción eligió ese escenario para presentar el libro de su autoría titulado Un brindis por mi Habana, un valioso compendio en el que narra la historia de los bares en Cuba. Al respecto dijo que se trata de un volumen valioso sobre centenares de bares, instalaciones gastronómicas, clubes, cabarés, cafés, restaurantes y hoteles, que se expandieron por la ciudad desde finales del siglo XIX hasta inicios de la década de los años 60 del pasado siglo. 

En seis capítulos el autor describe apasionantes historias de los bares y otros centros turísticos habaneros, que fueron leyenda en las noches de la urbe capitalina en esa época, y en los que muchos cantineros se entregaron a quehacer haciendo derroche de amor y creatividad.

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