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“El quid del tema está en la producción, en las propias capacidades para generar riqueza”, opina Vivian Herrera, directora general de Comercio Exterior del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex)


Jueves 05 de Junio de 2014 | 12:00:00 AM 

Autor

Eileen Sosin Martínez

Las compras cubanas en el mercado externo suman cada año cifras significativas, cuyo valor oscila según los precios internacionales. Los alimentos, maquinarias y piezas de repuesto se encuentran entre otros entre las prioridades a satisfacer. No en balde la Ley 118 “De la Inversión Extranjera” y la Zona Especial de Desarrollo Mariel ubican entre sus prioridades la sustitución de importaciones, buscando obtener a nivel nacional aquellas mercancías por las cuales el país debe desembolsar millones.

Vivian Herrera, directora de Comercio Exterior del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex), opina que el quid de este tema se encuentra en la producción (industrial, agrícola, de servicios…), en las propias capacidades para generar riqueza.

A su juicio, estas actividades tienen que regirse por parámetros de calidad equivalente a lo importado, costos rentables y satisfacción del cliente. “Tenemos que producir con la misma calidad lo que va a consumir la población, que la de los productos de exportación. Esa es una de las tareas fundamentales a que estamos abocados”.

En este primer momento inciden varios factores: el parque tecnológico y la infraestructura que permita responder a la demanda, tanto cuantitativa como cualitativamente. Si aquí existen deficiencias y limitaciones, el resto de la cadena se verá afectado. “Se está acometiendo un trabajo importante en este sentido, y en los lineamientos hay acciones específicas que abordan el tema de la calidad, la metrología, el control…”.

La directiva comenta que un factor de peso radica en la incomunicación entre los productores y sus potenciales clientes. A consecuencia de ello, en ocasiones se efectúan importaciones por desconocimiento de la oferta nacional, debido a que ambas partes están desconectadas entre sí. No se produce una real concertación de la demanda.

Asimismo persisten “esquemas mentales” sustentados en “la creencia de que lo comprado afuera es mejor”, problemática que señala nuevamente hacia las cuestiones relativas a la calidad, que en ocasiones no llega a los estándares internacionales.

A su vez, esta cuestión se enlaza con las posibilidades financieras para invertir en el mejoramiento de la base productiva; o sea, con escasos recursos es difícil alcanzar una tecnología que garantice la eficacia requerida. Se precisa aprovechar con inteligencia los recursos disponibles e invertirlos adecuadamente para obtener resultados palpables y en pos de la satisfacción del pueblo.

Tal situación refuerza la prioridad de hacer marketing interno e investigar el mercado de la Isla, antes de realizar encargos a las empresas importadoras, subraya Herrera.

Actualmente algunas empresas importadoras de GECOMEX llevan a cabo acciones para poner en contacto a sus clientes, quienes demandan determinado producto, con el sector industrial, o más específicamente, los mismos fabricantes de aquellas mercancías que solicitan.

Aun así, todas las manufacturas domésticas no resultan necesariamente ventajosas por el mero hecho de ser realizadas en el país. Pueden conspirar el costo de los insumos o componentes, los gastos de fabricación, la doble moneda, carencias de tecnología, entre otros factores. “Ahí radica el papel del MINCEX, en determinar la racionalidad de la sustitución, o sea, evaluar si es mejor comprar o producir”.

En estos momentos se encuentra en proceso de ser aprobada una estrategia para la promoción de las exportaciones y de la sustitución de importaciones,  “para que se facilite la comunicación, para que haya un derrame hacia la base, hacia los públicos internos”.

Asimismo se elabora la Política de estímulo a las exportaciones y la sustitución de importaciones por el Grupo de Trabajo Temporal creado a estos efectos.

La directiva señala que también deben existir estímulos de diferente tipo para los productores. “Es preciso brindarle especial atención a todo lo que se quiere promover, de hecho hay algunas normativas que se están revisando y que apuntan a eso”.

Los cuentapropistas y las cooperativas (agropecuarias y no agropecuarias) pueden ofrecer soluciones y alternativas interesantes en cuanto a la sustitución de importaciones. Así lo evidencian algunos ejemplos en las cosechas de papas y frijoles de Mayabeque.

De igual forma la gestión a escala municipal y provincial constituye un ámbito con grandes perspectivas, a partir de la autosatisfacción de sus propios requerimientos. “Estamos abogando por el desarrollo local, que los territorios puedan abastecerse de lo que son buenos produciendo”, puntualiza Herrera.

El MINDUS acomete un trabajo importante para alcanzar resultados importantes en la producción de equipos de refrigeración, calzado de trabajo, y partes y piezas de maquinarias, entre otros; de modo que disminuyan los montos de compra de esas mercancías.

Como otro ejemplo positivo Herrera menciona la producción de etiquetas autoadhesivas por parte de la empresa Geocuba para su comercialización a empresas exportadoras y productoras para el mercado nacional. Hoy por ejemplo se sustituyen esas importaciones para gran parte del etiquetado que llevan las botellas de ron para la exportación y el consumo nacional. Este caso confirma que “quienes debe llevar la vanguardia en la sustitución de importaciones son los productores, tienen que ser proactivos”.

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