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Gestionar de forma colectiva la eficiencia

Otro paso en la actualización del modelo económico del país representa la constitución de cooperativas en los sectores no agropecuarios, de manera gradual y con carácter experimental


Viernes 02 de Agosto de 2013 | 12:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

En la búsqueda de las reservas de eficiencia que sobradamente existen en la economía cubana y como muestra del empeño por desarrollar al máximo posible las fuerzas productivas, desde el 1ro. de julio último comenzaron a funcionar en el país 124 cooperativas en diversos sectores, experiencia única luego del triunfo de la Revolución pues hasta ahora solo existían en la rama agropecuaria.

La decisión materializa lo expuesto en los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista, en abril de 2011, en cuanto a la necesidad de reconocer y promover, además de la empresa estatal socialista, otras modalidades de gestión como las cooperativas para contribuir al progreso económico de la Mayor de las Antillas.

Como expresó recientemente el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo Jorge, en una intervención especial ante el Parlamento nacional, se mantendrá la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción y no se propiciará la concentración de las riquezas en manos de unos pocos, aunque- subrayó- todos los ingresos provenientes del trabajo serán bienvenidos.

Explicó el también jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos de la Política Económica y Social, que existe espacio para fórmulas no estatales y para gestionar esa propiedad social con otras modalidades como las cooperativas, que ya se abren paso en el escenario cubano junto al trabajo por cuenta propia, al que se dedican hoy más de 400 000 personas, en unas 180 actividades disímiles.

Se trata de poner a los actores económicos en igualdad de condiciones y con las mismas oportunidades y facultades, como en el caso de los mercados agropecuarios, en los que no deben propiciarse acciones monopólicas que encarezcan el precio de los productos, pues todos se regirán por la ley de la oferta y la demanda.

La flexibilización del trabajo por cuenta propia y la generalización del sistema de gestión de arrendamiento de locales y áreas de trabajo en los servicios personales, técnicos y del hogar, que comenzaron por las barberías y peluquerías, tienen continuidad en las propuestas de política y normas transitorias en experimento en empresas estatales seleccionadas y en las cooperativas no agropecuarias.

Amén de representar vías alternativas de realización profesional y personal de los individuos, este incremento del sector no estatal en Cuba implica modificaciones en la planificación, las formas de regulación y control, y el tratamiento de los precios, entre otras adecuaciones que incluyen la posibilidad de que estas entidades accedan a exenciones y bonificaciones fiscales, además de ocupar mayores cuotas de mercado al asociarse con otros productores de la misma rama.

El proceso se ha caracterizado por el rigor y es reconocido por sus protagonistas como de gran beneficio para todos pues las cosas cambiarán  para bien ya que de la gestión colectiva dependerá la buena marcha de la actividad en cuestión, lo cual redundará en mayores ingresos personales para una más holgada economía familiar pero, sobre todo, en una mejoría de los bienes y servicios que recibe la población.

Es este el inicio de la incursión en la economía cubana de una nueva forma de gestión en actividades vinculadas con la satisfacción de las necesidades ciudadanas de manera directa y que estatalmente no han sido eficientes, como el transporte, la construcción, los mercados agropecuarios y la recogida de desechos, entre otros.

Significa también que el Estado deje de ser el soporte total de aquellos proyectos o asuntos de poca trascendencia en el avance de la economía y lograr entonces que estos marchen de la mano de quienes puedan enrumbarlos con rápidas soluciones e innovaciones, más motivaciones, a partir de generar mayor interés y control en sectores que influyen de forma particular en la vida cotidiana de las personas.

Se decidió entonces la constitución de 99 cooperativas de mercados agropecuarios en La Habana, Artemisa y Mayabeque; otras cinco relacionadas con la transportación de pasajeros (los llamados taxis ruteros de la capital y mini-ómnibus en Artemisa y Mayabeque), así como dos cooperativas de recuperación de materias primas y otras vinculadas a los servicios auxiliares del transporte (pintura, chapistería, grúas y auxilio en la vía, fregado de autos, ponche e inflado de neumáticos y mecánica).

En la construcción se crearon 12, algunas dedicadas al montaje, reparación y mantenimiento de sistemas de climatización, congelación, refrigeración, ventilación y extracción, más otras en la producción de materiales de la construcción y en los servicios ingenieros relacionados con las inversiones.

Con apoyo jurídico pleno

De acuerdo con el Decreto Ley 305, publicado en la Gaceta Oficial extraordinaria No. 53, de diciembre de 2012, y su Reglamento, se han establecido las normas que regulan la constitución, funcionamiento y extinción de cooperativas en sectores no agropecuarios de la economía nacional, además de ponerse en vigor decretos y resoluciones de diferentes ministerios y organismos.

Según se establece, las cooperativas son organizaciones económicas y sociales cuyo principio fundamental de constitución es la voluntariedad de las personas que pretenden conformarla, quienes para ser socios deben haber cumplido 18 años de edad y ser residentes permanentes en Cuba.

Con estos requisitos como premisa, se inicia la tramitación, que incluye hacer las propuestas a los respectivos órganos locales del Poder Popular, organismos o entidades nacionales rectoras de las actividades a ejecutar para proceder a una evaluación inicial, y que sean validadas por los organismos hasta presentar las solicitudes a la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo con la responsabilidad de analizarlas y presentarlas al Consejo de Ministros para su aprobación, de acuerdo con las factibilidad de los proyectos y sus beneficios.

Las cooperativas son entidades con personalidad jurídica y patrimonio propio, que usan, disfrutan y disponen de sus bienes, pero que también pueden emplear cualquier otro medio del Estado que este le dé en arrendamiento.

Se caracterizarán por ser constituidas voluntariamente (a partir de tres personas naturales al menos), por sustentarse en el aporte de trabajo realizado por sus socios y funcionar mediante la gestión colectiva para la producción de bienes y la prestación de servicios, cubriendo los gastos con sus ingresos.

No se subordinan administrativamente a ninguna entidad estatal, elegirán a su presidente y órganos internos de dirección, administración y control, y deben cumplir con las disposiciones vigentes en el país en las distintas esferas donde realicen su actividad.

En el caso de las constituidas en los mercados agropecuarios, lo que sucede es un arrendamiento por el uso y disfrute del inmueble, es decir que el Estado se beneficia con los ingresos por ese concepto y los cooperativistas con el empleo de los medios (igual sucede con los equipos de transporte de las bases en las cuales funcionan).

Significa que esta forma de gestión no es el resultado de un proceso de privatización, pues el Estado -en representación del pueblo-, continúa siendo propietario de esos medios aunque ahora los administre y gestione una cooperativa.

Como norma todos son socios en esta nueva modalidad, y si fuera necesario, pueden contratar servicios con personas naturales, trabajadores por cuenta propia u otras instituciones, cumpliendo con lo establecido al respecto en el régimen jurídico especial.

Por ser una organización que se gestiona colectivamente y tiene entre sus principales funciones satisfacer las necesidades de sus socios, no pueden minimizarse sus obligaciones sociales en cuanto a lograr, ante todo, que su puesta en marcha represente una mejoría considerable en la calidad de los productos y/o servicios que brinde.

En ese sentido, si bien los precios responden a la ley de la oferta y la demanda, en el caso de las que tengan gran repercusión en la satisfacción de las necesidades de la población, se mantendrán las tarifas y costos actuales, como en los ómnibus ruteros para la transportación y en los mercados (estos tendrán fijados centralmente el de algunos alimentos como papa, arroz y chícharos).

Además de su libertad de autogestión, cuentan con varios incentivos como los beneficios fiscales, incluidos en la propia Ley Tributaria y los documentos jurídicos emitidos para esta etapa experimental, pues, por ejemplo, serán exoneradas del Impuesto sobre las Ventas por la comercialización a la población de productos agropecuarios e igualmente, de forma general, todas las cooperativas serán favorecidas en cuanto al suministro de insumos y equipos.

Mientras no se pueda garantizar, por el momento, el acceso a un mercado mayorista, se decidió que las cooperativas, sobre todo aquellas que provienen de establecimientos en los que se modifica la forma de gestión, el Estado les continúe dando los suministros con los descuentos establecidos y en las mismas cantidades que hasta el momento recibían.

Como figura jurídica que son, tienen derecho además a solicitar créditos bancarios, si demuestran que los proyectos resultan económica y financieramente viables.

Y, aunque las cooperativas no van a tener un impacto inmediato a nivel de toda la economía, pues aún se está en la etapa de experimentación, sí se prevé paulatinamente perfeccionar los mecanismos diseñados y la legislación aprobada, con el propósito de buscar eficiencia en actividades que no tienen un peso significativo en el desarrollo económico del país y cuya forma de gestión estatal hasta ahora ha sido ineficaz.

Se espera además que promuevan una notable mejoría en la cantidad y calidad de las ofertas a la población, y que se conviertan en otra fuente de empleo en diferentes sectores socioeconómicos, pues estas cooperativas no agropecuarias, las más colectivas de las formas de gestión no estatales, podrían generalizarse una vez concluida la fase de experimentación.

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