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Aprovechar el camino del viento

En el municipio de Gibara están los dos mayores emplazamientos que en conjunto son capaces de tributar 9,6 megaWatts hora (MW/h) de electricidad


Martes 24 de Julio de 2012 | 12:00:00 AM 

Autor

Alexis Rojas Aguilera

El mapa eólico cubano identificador de 32 áreas de interés, y las experiencias derivadas de la explotación de los cuatro parques existentes hoy en el país, resultan sustentos para el desarrollo de esta fuente renovable de energía (FRE) de cara al futuro cercano.  

Estas granjas, nutridas con el aporte de las bondades y furias del mítico dios griego Eolo, que modelan en buena medida los vaivenes del clima cubano, soportaron ya huracanes y los efectos de la corrosión marina, entre otros desafíos.  

También permitieron el adiestramiento de especialistas y obreros en la operación de las tecnologías empleadas para convertir el aire en electricidad, evaluar ventajas y desventajas y desarrollar ideas innovadoras.  

Destacan entre estas últimas, tras el paso devastador del huracán Ike por la provincia de Holguín en septiembre de 2008, la instalación de filtros para combatir la intrusión salina en los dispositivos electrónicos y la creación del software para controlar parámetros de funcionamiento.  

En el presente, este territorio es el principal en la Mayor de las Antillas en cuanto al aprovechamiento del recurso aire, al estar instalados en el municipio de Gibara los dos mayores emplazamientos que en conjunto son capaces de tributar 9,6 megaWatts hora (MW/h) de electricidad.   

Los dos restantes parques, de menor capacidad, se ubican en Turiguanó, Ciego de Ávila -el pionero- y en Los Canarreos, en la Isla de la Juventud, distinguido por la peculiaridad de sus mástiles abatibles.  

En algunos años, la participación del poder energético del viento deberá crecer de manera significativa, a partir del gran salto que representará la construcción de la primera instalación de 50 MW en la costa norte oriental.  

Otros le seguirán en el tiempo, casi todos previstos para 30 y 50 MW de capacidad, cifras de respeto que anuncian la creciente importancia de esta fuente renovable de energía.  

La factibilidad técnica y económica de tales inversiones para obtener energía limpia, le confiere al aire sitio especial en el empeño por elevar hasta más de 16 % la participación de las FRE en la matriz energética cubana, ahora de poco más de 3 %.  

El carácter amigable con el medio ambiente por la energía producida con el respaldo de los vientos alisios provenientes del Océano Atlántico, la hace muy atractiva socialmente, más allá del impacto positivo en la economía.  

Esta percepción estuvo presente desde la aprobación del Programa de Desarrollo de las Fuentes Nacionales de Energía, aprobado por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros en mayo de 1993, fortalecido con el surgimiento de la Revolución Energética en 2005.  

En las FRE la revolución energética tiene uno de sus tres pilares esenciales, junto con el esfuerzo por aumentar la eficiencia y el ahorro de la energía convencional, así como incrementar el uso del petróleo y el gas natural de la Isla. (AIN)

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