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18 de Abril  2024 

Abriendo espacios a los productos agrícolas

La marcha en Matanzas de la venta directa de los productores agrícolas a entidades turísticas, confirma los beneficios que esta nueva modalidad comercial reporta al turismo y a los productores


Martes 17 de Enero de 2012 | 01:00:00 AM 

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"Veinte instalaciones hoteleras han firmado contratos con siete formas productivas. El volumen de productos comercializados supera las 20 toneladas. Ambas partes velan para que las cosas se hagan bien, haciendo de los contratos la herramienta principal y decisiva en esta relación."

Así expresó Amado Acosta, delegado del MINTUR en la provincia, aunque todavía es muy temprano para formarse una opinión acabada, la venta directa propicia dinamismo en la gestión comercial, así como la calidad y frescura de los productos, dos de sus principales ventajas desde que se diseñó, reconoce la información aparecida este martes en el diario Granma.

“Como novedad al fin –plantea Acosta-, no todo marcha con la rapidez que quisiéramos. Ahora los directivos de los hoteles deben acercarse a las unidades y es algo que está ocurriendo poco a poco”. Explica también que han sugerido incentivar a las formas productivas ubicadas en los territorios más cercanos al polo turístico, como Boca de Camarioca, Cantel, Guácima, Humberto Álvarez, Cárdenas, Coliseo y Máximo Gómez.

"Eso reduciría los gastos de transportación y las mermas. Hoy, por ejemplo, el melón se trae de Pinar del Río. De poder comprarlo aquí, el ahorro sería innegable", comenta. “Por otra parte, implica un reto, pues nuestro turismo es estacional y tenemos que poder contar con hortalizas y otros productos durante todo el año, con un poco más de variedad.

"Creo que el éxito estará en cómo el MINTUR, junto con la Agricultura y la ANAP, nos organicemos. Es un magnífico paso, pero requiere de organización”, resume Amado Acosta  

Ejemplo de lo anterior es el hotel Sandals Royal Hicacos donde Fernando Cruz (comprador de la entidad), muestra algún volumen de piña y frutabomba que preservan en una de las neveras. Está visiblemente entusiasmado con la novedad y la excelente calidad de los productos contratados a las CCS Niceto Pérez, de Calimete, y Nicomedes Nodarse, de Jovellanos.

"Los adquirimos a un mejor precio. Llegan más frescos, con mejor presencia y maduración natural. Hay buena aceptación por parte de los clientes. Ganamos todos, los clientes, la forma productiva y el hotel."

Fernando relata que realizan dos compras semanales; por ejemplo, pagan el kilogramo de piña a 5,40 pesos, y el de frutabomba, a 4,40, aunque todavía sean reducidas las cantidades y por tanto no cubren la demanda, ni en cantidad ni en variedad de productos.

Otra instalación turística complacida con la venta directa es el complejo Acuazul. Ya hicieron compras de ocho renglones productivos a las CCS Victoria de Girón y José Díaz, de Pedro Betancourt, según informó Leonel Acanda, jefe de compra y mantenimiento de dicho hotel.

"Intercambiamos visitas y luego de ponernos de acuerdo, firmamos el contrato, el cual comprende productos como malanga, plátano, yuca, frutabomba y arroz. Los clientes celebraron especialmente la presencia de la llamada ciruela china, fruta exótica que hizo las delicias de los turistas."

“Son muy buenos los productos, antes, por ejemplo, aprovechábamos muy poco de la piña y de la frutabomba compradas a Fruta Selecta”, refiere Miguel Luis Piña Conde, subdirector general del hotel Bella Costa. “Nos consta que otras CCS quieren acudir a hacer los contratos y comercializar sus productos, pero los entorpece el tema del combustible”, acota.

Según José Miguel Rodríguez, delegado de la Agricultura en la provincia, ninguna preocupación en torno a esta experiencia se ha dejado de analizar y el combustible es una de ellas. Las ganancias deben proporcionarles a los productores los recursos para comprar el combustible a precio de CUPET.

El acceso legal a este importante complemento del proceso —mediante el cual se garantiza la transportación— no debe constituir un inconveniente, pero tampoco una regalía.

Si el Estado entregara ese básico insumo, además de introducirse como un elemento ajeno a la relación entre los empresarios, podría prestarse también para la corrupción, no estaríamos haciendo una verdadera contribución a la economía del país.

Sin duda, por lo desacostumbrada, es necesario continuar prestándole atención al desarrollo de esta modalidad, sin pretender que prevalezca la vieja idea de los subsidios para que la comercialización entre las bases productivas con el turismo sea tan directa como transparente.

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