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Las Terrazas: turismo, comunidad y naturaleza

Enclavado en un exuberante entorno de la Sierra del Rosario, en la provincia de Pinar del Río, este sitio fue declarado en 1985 por la UNESCO como Reserva de la Biosfera


Domingo 04 de Diciembre de 2005 | 12:00:00 AM 

Autor

Amado de la Rosa Labrada

Las vivencias más sorprendentes o leyendas casi místicas enriquecen la historia de la comunidad serrana de Las Terrazas, donde un “Guajiro natural”, llamado Polo Montañez, cambió los aparejos de sus bueyes por una guitarra para darle la vuelta al mundo con genuina música cubana.

También el pintor guantanamero Jorge Duporté, especializado en el tema de la flora, su conservación y protección, llegó a este lugar y no quiso marcharse nunca más porque había descubierto el sitio anhelado de sus sueños para plasmarlo en sus obras.

Enclavado en un envidiable entorno de la Sierra del Rosario, en la occidental provincia de Pinar del Río y declarado en 1985 por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, deviene paraje deseado para que el visitante disfrute en un ambiente acogedor, de grandes valores naturales e históricos, enriquecidos por la inteligencia del hombre en pos de reanimar la economía y mejorar la calidad de vida de sus pobladores.

Víctor de Armas Rodríguez, responsable de Cultura en el complejo turístico Las Terrazas, explicó a Opciones que esta entidad, con unas 5 000 hectáreas, tiene como instalación insignia el Hotel Moka, erigido en el valle de San Juan al pie de la Loma del Salón, con un estilo que favorece el respeto a la flora, la cual a su vez embellece al inmueble, de 26 habitaciones.

A la infraestructura del complejo han añadido otros puntos de interés que incluyen, un centro náutico, senderos por entre las montañas para apreciar la flora y la fauna, muy rica en esta zona; los Baños de San Juan y El Rancho Curujey, un restaurante atractivo por su ubicación junto al lago El Palmar y frente a la montaña, con una oferta de comida criolla.

Están también los baños del Río Bayate, conocido como la Cañada del Infierno, porque antaño, cuando los habitantes de esta región necesitaban salir de urgencia el traslado se convertía en un caos, debido al desbordamiento del río y lo apartado del lugar, narra De Armas Rodríguez.

El especialista significó que este entorno es rico en ruinas de cafetales, cultivo desarrollado a finales del siglo XVIII o inicios del XIX, por colonos franceses que emigraron de Haití y establecieron aquí sus haciendas, algunas famosas como La Unión, junto a la cual hoy se encuentra el restaurante la Casa del Campesino, caracterizado por su tipicidad: construcción con materiales naturales, patio con animales domésticos, árboles frutales y jardines de flores tropicales.

En las ruinas del cafetal Buena Vista, en proceso de restauración, funciona otro restaurante, rodeado de secaderos de café, la piedra tahona y los restos de los barracones donde vivían los esclavos, “un sitio, con una vista bellísima porque está frente a la Trocha de Mariel a Majana, que en días claros permite divisar desde allí las costas norte y sur de Cuba”, explica el mencionado especialista.

Hay en Las Terrazas unas 800 especies de plantas -una buena parte de ellas son maderables preciosas (caobas, cedros, nogales y otros) sembradas como parte de un proyecto de revitalización-, y más de 70 tipos de aves, muchas endémicas, que son protegidas por los más de mil habitantes, quienes se dedican fundamentalmente al turismo -los más jóvenes- y a la explotación forestal regulada.

Esta comunidad fue ideada como una pequeña ciudad, con sus instalaciones básicas (mercados, centro de recreación, escuela, policlínica, farmacia, correo, museo, cine, biblioteca, heladería, panadería y otros) creadas en armonía con los espacios y las viviendas que integran su entorno urbanístico, cuyo estilo constructivo tiene como elemento distintivo la conjunción de las edificaciones con el paisaje y el relieve.

Es un proyecto con múltiples opciones atractivas para los amantes de la naturaleza y que propicia la integración del turismo y la comunidad, en un intercambio directo de los vacacionistas con los habitantes tanto en las instalaciones gastronómicas como en los propios hogares, donde hay comodidades incluso para los turistas más exigentes.

Coinciden cotidianamente en este complejo visitantes cubanos con turistas interesados en la ecología, naturaleza, excursiones y, senderos y que proceden fundamentalmente de países europeos (Reino Unido, Francia y Alemania, Bélgica, Austria, Suiza y España).

De Armas Rodríguez significó que una parte de los ingresos en divisas y moneda nacional que obtiene este complejo por sus servicios turísticos se revierte en la elevación de la calidad de vida de los pobladores de Las Terrazas, quienes ya disfrutan en sus casas, en más de un 80%, de los servicios más indispensables como gas manufacturado y teléfono, a la vez que la entidad asume los gastos de todo el mantenimiento de las viviendas de la comunidad (entre 215 y 220 núcleos familiares).

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